Qué debes saber del VW Taigo de la prueba
Que es un SUV urbano ‘de tipo coupé’, tal y como lo define la marca. Tiene una longitud de 4,26 m, una altura de 1,51 m y una anchura de 1,75 m -o bien 1,995 si se tienen en cuenta los retrovisores-. La distancia entre ejes es de 2,554 m y solo está disponible con carrocería de cinco puertas.
Que la versión analizada es la 1.5 TSI, lo cual quiere decir que lleva un motor turbo de gasolina con cuatro cilindros y una potencia total de 150 CV, siendo un motor que emplean multitud de modelos del grupo VW -Audi, Seat, Skoda, Cupra…-. Con esta mecánica, combinada con la tracción total y el cambio automático de siete marchas única combinación disponible-, hablamos de un modelo que alcanza 212 km/h y acelera de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos.
Que el consumo medio declarado es de 5,1 l/100 km, siendo la capacidad del depósito de 40 litros. El vehículo, que cuenta con la etiqueta ‘C’ de la DGT, tiene un peso en marcha de 1.304 kg, mientras que la capacidad del maletero es de 440 litros -pudiendo llegar a los 1.222 si se abaten los asientos traseros-.
Tiene un precio de tarifa de 35.380 euros; para hacerse una idea, un T-Cross con el mismo motor, caja de cambios y acabado Sport -algo menos vistoso, pero también bastante completo- sale por 31.925 euros.
lleva incluido el paquete ‘R-Line España’, normalmente valorado en 1.230 euros y que se ofrece sin coste para el cliente.
Que lleva el acabado R-Line, de estética más deportiva, pero también con la dotación más completa posible. De hecho, este modelo incluye de serie climatizador de dos zonas, aparcamiento automático, luces delanteras de led matriciales, sistema multimedia con pantalla de 8″, cuadro de mandos digital, control de presión de neumáticos, control de mantenimiento de carril, control de velocidad adaptativo con función Stop&Go, front assist -con frenada automática en caso de emergencia-,volante multifunción, control de presión de neumáticos, sistema de acceso y arranque manos libres, iluminación interior ambiental, cámara trasera de ayuda al aparcamiento, cambio automático entre luz corta y larga, sensores de aparcamiento delanteros y traseros, cuatro tomas USB…
En cuanto a opciones, destacamos el pack ‘Hola Confort’ por 1.075 euros -compuesto del equipo de sonido Beats Audio, el cargador de móvil por inducción, los asientos delanteros con climatización…-, el pack ‘Hola Seguridad’ -con más asistentes a la conducción- por 560 euros, el techo panorámico corredizo por 945 euros, el sistema de navegación -desde 615 euros-, el sistema multimedia más avanzado con pantalla de 9,2″ y navegación -1.530 euros-…
En apenas un año, el Taigo ha superado en ventas a un Golf y a un Polo; y va camino de superar a su hermano T-ROC, que es más barato
En España nos podemos considerar afortunados por muchas cosas; una de ellas es porque, desde hace ya mucho tiempo, Volkswagen ha confiado en nuestro país para fabricar los modelos urbanos con los que compite en la práctica totalidad de mercados europeos.
Todo empezó en el año 1984 con el Polo ‘original’ -y las sucesivas generaciones hasta el día de hoy- al que se sumaría bastante tiempo más tarde -en el año 2018- el Volkswagen T-Cross y, más recientemente, -en 2021- el Volkswagen Taigo.
La cuestión es que, en la actualidad, solo durante el año pasado salieron de la fábrica de Volkswagen en Landaben -Navarra- un total de 288.000 coches, es decir, prácticamente uno cada 56 ó 57 segundos.
Esos tres modelos que hemos comentado también representan lo que ha sido la evolución del segmento de los coches de tamaño pequeño en los mercados en los últimos 10-15 años. Durante mucho tiempo, los que triunfaban eran los modelos urbanos también denominados en su momento como ‘utilitarios’ -también eran los únicos disponibles-.



Sin embargo, desde hace ya algo más de diez años, lo que está de moda son los urbanos… pero de altura más elevada, un puesto de conducción dominante, un extra de capacidad interior y maletero… y un aspecto más ‘robusto’, como son los todo camino de tipo urbano representados por el T-Cross.
Y últimamente, asistimos a una nueva evolución de los gustos de los consumidores que nos ha llevado a un momento en el que se buscan modelos de tipo SUV, pero con carrocería de aspecto coupé y es lo que representa el Taigo que estamos probando aquí.
Este modelo, aun siendo el último que ha llegado dentro de esa oferta de pequeños VW -al menos en Europa, pues en mercados de sudamérica ya llevaba un tiempo comercializándose con el nombre de ‘Nivus’-, ya podemos considerarlo todo un éxito, pues el año pasado prácticamente se fabricaron 100.000 unidades en la planta de Landaben.
Como es lógico, uno de los motivos de que funcione también tiene que ver con su diseño exterior y más en el caso de la unidad probada, que dispone del acabado deportivo conocido como R-Line -que también pasa por ser el más completo- y que le aporta al coche una apariencia más vistosa que, incluso, se puede mejorar con las llantas de 18″ por 350 euros o el techo en color negro por 950 euros. No convence tanto esas salidas de escape ‘simuladas’ que se ubican a a ambos lados del paragolpes.
Este vehículo ya mide unos considerables 4,26 m de longitud, lo que le hace medir prácticamente como un Volkswagen Golf que está ubicado en una categoría superior.




Respecto a las tecnologías que puede llevar el Taigo, destacaríamos que, de serie -en este R-Line- cuenta con un sistema de iluminación muy completo y también muy llamativo porque ofrece luces de LED delanteras y traseras, siendo las primeras de ellas de tipo matricial y que, además, cuentan con una firma luminosa específica y llamativa a base de una tira de LED que se extiende por todo lo ancho de la parrilla delantera, dándole al coche un aspecto bastante sofisticado.
Asimismo, este modelo viene con acceso y arranque manos libres de tipo keyless, siendo de los sistemas que necesitan que el usuario, aparte de llevar consigo el mando a distancia del vehículo, tenga que tocar alguna de las manecillas de las puertas delanteras para que el VW bloquee o desbloquee los seguros de las puertas.
Por lo demás, si te fijas de cerca verás que hay sensores de aparcamiento tanto en el paragolpes delantero como en el trasero, y que sí inviertes 500 euros más dispondrás de un sistema de aparcamiento asistido que conforma un pack junto con esa pequeña luz en los retrovisores que te indica que el coche dispone de un sistema de aviso de obstáculos en el ángulo muerto.
¿Cosas que echamos en falta? Por un lado, el portón trasero siempre tiene accionamiento manual -no se ofrece con sobreprecio algún sistema eléctrico-, aunque no es una gran pega, porque no es un portón muy grande ni muy pesado, si bien cuando está arriba del todo queda a 2,08 metros del suelo.
Por otra parte, en ese mismo portón encontrarás la única cámara disponible en el Taigo, que es la situada cerca de la matrícula para ver lo que pasa en la zona posterior del vehículo cuando estás realizando alguna maniobra de aparcamiento. No vas a ver en este coche más cámaras, como en esos vehículos que disponen de un sistema 360 grados para controlar el perímetro.

Y en cuanto al interior, quizá causa menos impacto que el exterior en cuanto a diseño, ya que si bien el Taigo por fuera no se parece al modelo del que deriva que es el T-Cross, en el habitáculo no se puede decir lo mismo, puesto que el salpicadero es prácticamente una copia del que puedes encontrar en su hermano SUV o en el Polo.
La originalidad se acabó en el exterior
Eso, simplemente, es una falta de originalidad -y una forma de ahorrar costes para el fabricante-, pero no supone nada malo porque se trata de un salpicadero con un buen nivel de ergonomía y una calidad excelente entre los modelos de su tamaño.
Su otra característica es que es un interior bastante digitalizado, por el hecho ya habitual de que puede contar con dos pantallas; en este caso, la principal es la de la instrumentación, que tiene un tamaño de algo más de 10 pulgadas y que al estilo de los virtual cockpit de los modelos de Volkswagen es bastante configurable, muy legible y dispone de un nivel de información lo suficientemente completo. Eso sí, la pantalla no engloba todo el espacio disponible, dejando dos espacios en los laterales para temperatura del motor y nivel del depósito de combustible.
También es cierto que este coche no se puede complementar con un dispositivo de proyección de datos en el parabrisas o que en la unidad probada, al no tener la navegación instalada, le falta el modo de visualización del mapa.



En la consola central se encuentra el dispositivo multimedia que pertenece a la última generación de los que ya ofrece Volkswagen, es decir, la conocida como familia MIB3. En este caso, tenemos un sistema que, de serie, cuenta con una pantalla de 8″.
Si quieres que luzca más sofisticado, puedes hacer dos cosas; por un lado, gastarte 600 euros para que cuente con navegación o bien invertir 1.530 euros para que, aparte de la navegación, también incluya una pantalla más grande que supere las nueve pulgadas de tamaño.
El dispositivo en sí convence sobradamente porque, para empezar, su ubicación es bastante buena y aunque el tamaño de ocho pulgadas ya no sorprende a nadie, sí que sirve para que el vehículo mantenga dos mandos físicos en forma de ruedecitas que ayuda mucho a su manejo.
Además, cuenta con funciones adicionales que no son muy habituales, como la de que sea receptivo a gestos que realices con tu mano por delante de la pantalla, básicamente para desplazarte de forma horizontal dentro de algunos menús, como puede ser el de las emisoras de radio memorizadas.




Lo que no tiene es un control de funciones por voz natural, es decir, cuenta con el asistente de voz pasivo -solo funciona si le dices una serie de comandos pre-fijados-, pero no con un dispositivo de lenguaje natural que sea capaz de entender tus órdenes de voz de una manera menos rígida que la de los controles clásicos.
Por lo demás, el sistema multimedia también es sencillo de controlar porque a ambos lados de la pantalla cuenta con hileras de accesos directos, para llegar a alguna de las funciones principales como puede ser la radio, las fuentes de sonido, la telefonía, los asistentes a la conducción o, en caso de que lo tenga incluido, el sistema de navegación.
Y el resto del interior, lo más novedoso diríamos que es el climatizador de dos zonas por el hecho de que se controla desde unas superficies táctiles, es decir, no hay los tradicionales botones, sino que tienes que simplemente pasar el dedo sobre unas superficies para que se ejecuten acciones como la de subir o bajar la temperatura.
El volante es de tipo multifunción y consideramos que es una idea acertada que aquí no se hayan implementado esas superficies táctiles, sino que se mantengan los mandos clásicos, porque lo que se consigue es un funcionamiento de lo más sencillo e intuitivo.




Para concluir con la parte multimedia, hay que decir que este sistema es, lógicamente, un dispositivo conectado y hay varios aspectos que lo demuestran.
Como era de esperar en un coche de los ‘años 20’, es compatible con los protocolos Android Auto y Apple Carplay y también es compatible con una aplicación que te instalas en el teléfono móvil y con la cual puedes controlar información y funciones del coche a distancia.
Además, demuestra que es un coche conectado por disponer del sistema de llamada de emergencia e-call -mediante una SIM virtual- o por el hecho de que puede recibir actualizaciones inalámbricas las conocidas como OTA -over the air- y, de hecho, durante la prueba del coche apareció en la pantalla un mensaje emergente diciéndonos que disponíamos de una de esas actualizaciones para instalar.
Eso sí, hablamos de actualizaciones que están pensadas para funciones de manejo del propio dispositivo. Incluso como curiosidad, puede que haya cierto equipamiento vinculado a este sistema que no hayas querido elegir o pagar en el momento de comprar el coche… pero que luego te lo puedas descargar a posteriori como actualización y ese es el caso de la navegación: puedes solicitar desde la tienda online de la marca para instalártelo cuando tú desees.
En cuanto a la privacidad, también es un aspecto bastante bien cuidado como en otros modelos de Volkswagen; en este caso, si despliegas un menú desde la parte superior de la pantalla encontrarás información sobre los cuatro niveles de privacidad que ofrece este coche, además de decirte en cada uno de ellos los elementos que quedan desactivados.




Como ya es sabido, en este tipo de vehículos conectados, y en relación a lo que es la protección de datos del usuario, cuanto más información dejes de compartir, menores funcionalidades te va a ofrecer el vehículo.
Por último, como también sucede en la mayoría de coches actuales, dentro del menú de los ‘ajustes’ puedes elegir la opción de restablecer el sistema a los valores de fábrica. También nos ha llamado la atención lo sencillo que resulta administrar y desconectar dispositivos que hayas conectado al coche, por ejemplo, vía Bluetooth.
Otros aspectos tecnológicos del habitáculo del Taigo: Cuenta con un cargador inalámbrico para teléfonos móviles compatibles con esa tecnología y que es un dispositivo que Volkswagen denomina ‘de alta velocidad’.
Además, en el habitáculo hay un total de cuatro tomas USB, aunque todas son de tipo C, existe un sistema de luz ambiental, pero no se puede cambiar el color, ya que siempre es blanca.
Y luego, en opción, está el interesante equipo de sonido Beats Audio con una potencia de 300 W, dotado de subwofer… y, eso sí, por un precio bastante elevado, ya que forma parte de un pack que sale por 1.075 euros. Es bastante, si tenemos en cuenta que Seat ofrece un dispositivo muy parecido en el Arona y su precio ronda los 500 o 600 euros.
Así se entiende hoy el concepto de urbano deportivo
Lo cierto es que la versión que hemos analizado resulta una combinación perfecta para un modelo de apariencia tan sugerente y atractiva como es este Taigo.
Como comentábamos al principio, bajo el capó hay un motor 1.5 turbo de gasolina -cuatro cilindros- con 150 CV que se asocia a un cambio automático de doble embrague con siete velocidades -no hay posibilidad de elegirlo manual-.
Las prestaciones casi podríamos considerarlas de mini GTI, con una velocidad máxima de 212 km/h y, sobre todo, una aceleración de 0 a 100 km/h en 8,3 segundos, que no está mal para un coche que ya pesa 1.304 kg.

En todo caso, es muy agradable la respuesta rápida y deportiva que tiene el modelo y en la que también puede intervenir el selector de modos de conducción, que puedes controlar desde un botón situado junto a la base de la palanca del cambio automático.
Esos modos de conducción son ‘eco’, ‘normal’, ‘Sport’ o individual, siendo este último el que permite realizar ajustes distintos a gusto del conductor en los aspectos sobre los que interviene esta tecnología, como puede ser el tacto de la dirección, la respuesta del motor o el funcionamiento de algunas de las ayudas electrónicas a la conducción. Si eliges el modo Sport, te sorprende la respuesta muy instantánea del pedal del acelerador.
Y si las prestaciones son buenas, los consumos podríamos calificarlos de razonables. La marca declara una cifra media de apenas cinco litros, siendo el consumo real más bien de unos siete litros, que no está mal si tenemos en cuenta que este propulsor, aún siendo muy moderno y avanzado, no dispone de ningún tipo de hibridación o electrificación.
Es una pena, ya eso también significa que no cuenta con la etiqueta ‘Eco’ de la DGT. Algo que no pasa ni en esta versión del Taigo ni en ninguna de las de la gama actual, lo cual es curioso y sorprendente para un coche tan moderno y porque ya hay otros vehículos de Volkswagen con mecánicas de potencias parecidas que sí disponen de algún sistema de micro hibridación.
En todo caso, como decimos, el rendimiento es muy bueno; solo tiene stop start -sistema que detiene el motor de manera automática en semáforos, atascos, retenciones… y lo vuelve a arrancar en cuanto se suelta el pedal del freno- y la única pega puede venir del tamaño del depósito de combustible, que es digno de un coche urbano con solo 40 litros -una marca como Skoda ofrece la posibilidad de elegir un depósito opcional más grande, de unos 50 litros, en sus urbanos-, lo cual hace que las cifras de autonomía en un uso normal se queden en torno a los 600 km.




En cuanto a los asistentes a la conducción, en esta versión R-Line, curiosamente, vienen incluidos de series los más sofisticados, entendiendo como tal el control de velocidad adaptativo y el dispositivo de centrado dentro del carril que funcionan particularmente bien.
Sin embargo, resulta algo chocante que tengas que recurrir a packs opcionales para disfrutar de sistemas que son ya más habituales y que deberían ser de serie en un coche de este precio, como puede ser el avisador de obstáculos en el ángulo muerto de los retrovisores o el lector de señales de tráfico este último unido a lo que es alguno de los sistemas de navegación que puede llevar el Taigo.
Y antes de concluir con el apartado dinámico, hay que refrendar un hecho que es más que evidente… y es que este modelo -como, por otra parte, casi todos sus rivales- no está pensado, de ninguna forma, para circular fuera de carretera.
En otros mercados, el taigo se vende como nivus. En ambos casos, este modelo no anuncia -por ahora- que cumpla con la normativa unece/r155 de ciberseguridad
Se nota por los neumáticos que equipa, por la escasa altura libre al suelo, por las cotas TT -con un ángulo de entrada de 16,6º y uno de salida idéntico-, porque dispone solo de tracción delantera… pero también porque no cuenta con ningún asistente que mejore su rendimiento fuera del asfalto como un control de tracción con funciones adicionales -como ya hemos visto en modelos similares de la competencia; por ejemplo, un Peugeot 2008- o ni siquiera un control de descensos de pendientes.
Y llega el momento de las conclusiones; resulta curioso que, al contrario que en otras ocasiones en las que Volkswagen ha llegado un poco tarde a una determinada categoría -como pasó en su día con el Tiguan entre los SUV de tamaño compacto-, ahora hay que aplaudirle la rapidez y el atrevimiento por ser de los pioneros en el segmento de los SUV urbanos de tipo coupé, en los que prácticamente no tiene competencia a día de hoy.

Respecto al precio esta versión que hemos probado, con este motor y con este acabado, se va por encima de los 35.000 euros… víctima de lo que le ha sucedido a la mayoría de modelos del mercado, que no es sino una continua escalada de precios. De hecho, hay que tener en cuenta que este coche hace pocos meses -a principio de año- costaba 33.480 euros… o cuando debutó en el mercado costaba por debajo de los 32.000 euros.
Su precio actual es una cantidad considerable, y también hay que analizar esa cantidad en comparación con sus propios modelos de la gama. Por poner algunos ejemplos, un Volkswagen T-Cross con el mismo motor, el mismo cambio -automático- y un acabado similar llamado Sport, sale 2.300 euros más barato.
Si lo que quieres es un Taigo ya que te atrae su diseño, pero te sirve con un motor menos potente, puedes elegir la versión 1.0 de 110 CV, con lo que te ahorrarás 2.270 euros. También es cierto que este Volkswagen Taigo está claramente por debajo de su hermano mayor, el Volkswagen T-ROC, que sale por 4.500 euros más