Tecnología HC

Cómo aparcar mejor, gracias a la tecnología

Para el 30% de los conductores, la tarea de estacionar el coche no es sencilla... e, incluso, llega a resultar desagradable. Por suerte, las marcas cada vez lo ponen más fácil con sus asistentes al aparcamiento. ¿Cuáles hay y qué son capaces de hacer?

Persona manejando un movil para aparcar sus coche

Es cierto que es una de las pruebas más exigentes que te van a pedir en un examen de conducir; es verdad que tener que aparcar contrarreloj en un hueco con otros conductores que esperan impacientes a que concluyas puede ponerte de los nervios. Sin embargo, ya hay muchos dispositivos que la tecnología ha puesto al servicio de los coches con tal de ayudarte a estacionar.

Igual que existen niveles de conducción autónoma, también podríamos decir que hay niveles de aparcamiento asistido. Desde los que te dan algún tipo de pista o indicación -visual o sonora- hasta lo que se encargan de hacer todo por ti. Y eso es sólo el principio. Te mostramos los sistemas más populares hoy en día… y alguno en el que ya trabajan las marcas para ofrecerlo en apenas uno o dos años.

Lo básico: pitidos aquí y allá

Es el más ‘veterano’, pero sigue siendo útil e interesante; en la actualidad, ha quedado reservado para modelos básicos o de acceso que lo ofrecen como elemento opcional por apenas 180 euros. Se trata de una serie de sensores instalados en los paragolpes delanteros y traseros que miden la distancia con los objetos que te rodean mientras inicias una maniobra de aparcamiento -normalmente entran en funcionamiento cuando introduces la marcha atrás-.

Para indicarte cómo de lejos o cerca estás de algún obstáculo, emiten un pitido discontinuo que gana en velocidad conforme te acercas a algo. Como todos estos asistentes, se pueden desactivar si lo consideras necesario.

Un vehículo aparca marcha atrás en línea

Quiénes lo pueden llevar: prácticamente todos los vehículos de cualquier marca. En los microurbanos y urbanos suelen ser una opción. A partir de los compactos y berlinas, el trasero suele venir de serie en todas las versiones, mientras que el delantero es una opción. En los vehículos de lujo, tanto los delanteros como los traseros vienen de serie.

Un paso más: hacerlo muy visual

Como complemento a la ayuda sonora al aparcamiento, también existe el asistente que emplea indicaciones visuales para hacerte una idea de la proximidad de los obstáculos. En las versiones más sencillas se muestran en un display de la instrumentación o en la pantalla de la consola central una silueta del vehículo visto desde arriba. Mediante un código de colores -amarillo, naranja, rojo…- el contorno de esa silueta se va ‘rellenando’ para indicar la proximidad de algo o alguien cuando estás maniobrando.

Imagen del sistema de ayuda al aparcamiento con código de colores

Quiénes lo pueden llevar: Es algo habitual a partir del segmento de los urbanos y compactos, donde se suele ofrecer como opción -a partir de unos 250 euros-. En modelos tipo berlina, SUV o monovolumen, depende del acabado: opcional en los básicos, de serie en los más completos. En los vehículos de lujo suele incluirse de serie.

Otro paso más: aún más visual

Aquí entran en juego las cámaras, que muestran una imagen concreta de lo que hay alrededor de una parte del vehículos. La primera que se introdujo y que sigue siendo la más habitual es la cámara trasera, que muestra desde una cámara normalmente ubicada por encima de la matrícula posterior, la imagen de lo que hay detrás de nuestro coche.

Imagen que capta una cámara trasera de ayuda al aparcamiento

Una imagen que aparece en la pantalla multifunción que lleva el vehículo en el salpicadero -hay algunas excepciones que muestran esa imagen en el propio espejo retrovisor interior-. En algunos casos, esas imágenes llevan lo que se denomina ‘guías de aparcamiento’ para ayudarnos a estacionar marcha atrás en alguna plaza donde se estacione en paralelo a otros coches.

Imagen de la ayuda al aparcamiento de un volvo XC40

Más recientemente, los coches han empezado a añadir otras cámaras para cubrir con imágenes todo el perímetro del vehículo: una debajo de cada retrovisor exterior que ‘controlan’ lo que pasa en los laterales -por ejemplo, la distancia respecto al bordillo o a las líneas que delimitan una plaza de aparcamiento-, otra en el frontal cerca del logo de la marca… Lo habitual es que el coche que disponga de un total de cuatro cámaras disponga de un programa informático que procese las imágenes de cada una y las combine para tener la sensación de estar bien en la pantalla una imagen ‘a vista de pájaro’.

Imagen en 3D generada por el sistema de ayuda al aparcamiento del Audi A8

Incluso los hay aún más sofisticados a la hora de generar esa imagen conjunta; el caso más evidente es el de los Audi -por ejemplo, en el A8- y BMW, que ofrecen una imagen ‘en 3D’, que puede mostrar el vehículo ubicado en su entorno… pero con una imagen que es como si estuviera siendo tomada en tiempo real desde una cámara que ‘sobrevuela el coche’, y que tú puedes mover desde la pantalla del vehículo en la que se muestra dicha imagen.

Quiénes lo pueden llevar: Las cámaras de marcha atrás se pueden encontrar en casi cualquier segmento y salvo en modelos de lujo, casi siempre como opción -los precios pueden variar desde 400 hasta 600 euros; suelen venir en un pack con más elementos de equipamiento-. En cuanto a los sistemas con varias cámaras son habituales como opción a partir del segmento de los compactos y siempre como opción. Por lo que se refiere a los sistemas ‘3D’, de momento son opcionales y reservados a las firmas premium.

Aparcamiento semi-automático: la cosa se pone interesante

Con la aparición de las direcciones con asistencia eléctrica, hace ya casi 20 años, empieza a surgir la posibilidad de que los coches ‘tomen el control’ para maniobras sencillas para un cerebro electrónico instalado en un vehículo, como la de aparcar. Este dispositivo recurre a una serie de sensores para que, cuando circulas a baja velocidad cerca de alguna fila de coches y con el intermitente encendido, pueda medir los posibles huecos de aparcamiento que existen.

UNa persona está al volante de un coche que realiza solo la maniobra de aparcar

Una vez que encuentra uno válido para que tu coche entre en él, te lo hace saber con señales en el cuadro de mandos o la pantalla central, indicándote que detengas el vehículo e introduzcas la marcha atrás: si le haces caso, el tomará el control de la dirección para meter el coche en el hueco, mientras tú sólo tienes que encargarte de acelerar o frenar. Hoy en día, estos sistemas pueden aparcar en plazas en línea -incluso salir-, pero también en batería.

Quiénes lo pueden llevar: Es algo habitual del segmento compacto a los superiores -SUV compactos y grandes, berlinas medias, berlinas de lujo…-. Eso sí, casi siempre es una opción con precios que parten desde unos 600 euros.

Aparcamiento automático: tu trabajo consiste en pulsar un botón

Esta modalidad es parecida a la anteriror… pero tiene un mayor grado de automatismo. El proceso inicial es parecido: el coche busca un hueco y advierte al conductor. Sin embargo, aquí si das tu consentimiento, sólo tienes que mantener pulsado un botón -si lo sueltas, la maniobra se detiene- para que el coche se encargue de todo, no sólo de la dirección. También introducirá marcha atrás o marcha adelante para llevar a cabo varias maniobras que dejen el coche perfectamente cuadrado en la plaza.

Imagen del botón que permite a un Peugeot aparcar por sí solo

Quiénes lo pueden llevar: De momento es algo que sólo está disponible en modelos de alta gama y de gran tamaño, si bien empieza a extenderse a fabricantes generalistas -Peugeot ya lo tiene en opción por algo más de mil euros-. Eso sí, esta modalidad de aparcamiento tan automático requiere que el coche lleve cambio automático.

Aparcamiento a distancia: bájate y toma el control

Basada en el aparcamiento automático, aquí la diferencia es que la maniobra se puede llevar a cabo sin que haya nadie a bordo del vehículo… ni siquiera el conductor. Los pasos previos son como en los sistemas anteriores: hay que dejar que el coche busque la plaza y esperar a que nos diga que ha encontrado una donde puede estacionar por tamaño.

Cuando lo haga, podemos bajarnos del vehículo y o bien desde el propio mando de la llave o desde una app en el móvil, apretar un botón o un icono de una pantalla para que el coche haga todas las maniobras necesarias para aparcarse.

Una persona utiliza el mando a distancia del vehículo para aparcar el coche

En caso de que durante la maniobra el coche detectase la presencia de algún obstáculo -por ejemplo, una persona que cruza andando justo por detrás del vehículo- el dispositivo frena al vehículo y te pide permiso para saber si puede continuar la maniobra con seguridad.

Este tipo de aparcamiento también es muy cómodo si queremos dejar el coche aparcado en paralelo con otros vehículos y la plaza es muy estrecha. En todos los casos, si se desea, una vez concluida la maniobra, el coche desconecta el motor, pone el freno de mano -que tiene que ser eléctrico-, pliega los retrovisores y cierra las puertas.

Una persona aparca su coche con la ayuda del teléfono

Quiénes lo pueden llevar: A día de hoy, modelos de alta gama y en opción -más de mil euros-. Por ejemplo, los BMW Serie 5 y 7 -desde el mando de la llave-, el Mercedes Clase E -con la ayuda de una app para el móvil-.

Y lo que viene: que el coche ‘se busque la vida’

Marcas como VW ya están estudiando fórmulas para que cuando llegues a un aparcamiento convenientemente sensorizado e inteligente, puedas dejar el coche a la entrada, bajarte y que él sólo busque una plaza vacía y se aparque de manera automática -e incluso que se recarguen sus baterías, si es un eléctrico-. También será capaz de hacer el proceso inverso: desplazarse e irte a buscar a la salida que le digas.

El último en incluir algo así ha sido Mercedes, que ya ha demostrado en colaboración con Bosch lo que es capaz de hacer la última generación de su Clase S. Esta berlina de lujo ha llevado a cabo una experiencia piloto en el aeropuerto alemán de Stuttgart. La idea es que el usuario del coche llegue al aparcamiento, pulse un botón, se baje del coche… y el Mercedes ruede por sí solo hasta una plaza libre.

También al sentido contrario, el Mercedes puede ir a buscar a su propietario a la zona donde lo dejó.

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