Qué debes saber del VW de la prueba
Que tiene un precio de partida de 44.520 euros, pero la propia marca ofrece dos descuentos. Uno es la rebaja ‘oficial’ de 1.780 euros y el otro es una promoción de 890 euros si financias con la marca. Aplicando ambas rebajas, el precio final del modelo serían 41.850 euros.
Que hay muchas alternativas… dentro de la propia gama del T-ROC. Es cierto que la combinación del motor 2.0 TSI solo puede darse con el acabado R-Line, pero también puedes elegir un motor 1.5 TSI de 150 CV con ese mismo acabado, tracción delantera y cambio automático por 36.890 euros -sin promociones-. Si lo que quieres es el T-ROC más deportivo, tendrás que poner tus ojos en el ‘R’ con sus 300 CV y un precio de 54.720 euros. Finalmente, la versión más barata es la 1.0 TSI 110 CV con cambio manual de seis marchas que con las promociones se quedarían en 27.785 euros.
Que el T-ROC no es sino ‘uno más’ entre los SUV de VW. De hecho, cuenta con dos hermanos ‘pequeños’ como son el Taigo y el T-Cross, mientras que por encima se emplazarían el Tiguan y el Tiguan All Space, así como el SUV buque insignia de la marca, que es el Touareg.
El modelo analizado tiene un motor 2.0 turbo de 190 CV. Se trata de un cuatro cilindros en línea situado en posición delantera transversal que consigue que este modelo con un peso cercano a los 1.600 kg sea capaz de alcanzar los 218 km/h, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 6,8 segundos. Esta mecánica solo se puede adquirir con un cambio automático-secuencial de siete velocidades y tracción a las cuatro ruedas.
El consumo medio declarado para el modelo es de 7,8 l/100 km. Eso equivaldría a unas emisiones medias de 177 gramos de CO2 y al no contar con algún sistema de hibridación significa que cuenta con la etiqueta medioambiental ‘C’ de la DGT. Combinado con un depósito de combustible de 55 litros, la autonomía media es razonable para un modelo de esta potencia y puede superar los 700 km.
Que nuestra unidad lleva la terminación R-Line, la más completa de la gama -si exceptuamos la variante ‘R’- y que, además, le otorga un cierto aspecto deportivo al vehículo por disponer de un kit de carrocería, llantas específicas de aleación, detalles interiores específicos -volante, pedales, pomo del cambio…-. De serie, este modelo incluye elementos como faros delanteros de leds, cuadro de mandos digital, climatizador automático de dos zonas, asistente de aparcamiento automático, acceso y arranque sin llave, selector de modos de conducción, cámara de visión trasera, detector de fatiga, llamada de emergencia, control de presión de neumáticos, radio digital, bluetooth, sistema de mantenimiento de carril, control de velocidad adaptativo, cámara de visión trasera, iluminación ambiental interior, sistema multimedia con pantalla de 8″…
Entre las opciones disponibles se encuentra el techo panorámico -1.205 euros-, el sistema de sonido Beats Audio -490 euros-, carga por inducción para el móvil -490 euros-, navegador -590 euros-, sistema multimedia con la pantalla de 9,2″ y reconocimiento de señales de tráfico -590 euros-, pack deportividad -que incluye suspensión regulable o discos de freno sobredimensionados por 630 euros-, paquete seguridad -por 965 euros añade ampliaciones a los asistentes a la conducción- o el pack ‘hola confort’ -1.170 euros y con elementos como el portón del maletero con apertura eléctrica, la alarma, asientos delanteros deportivos…-.
El VW T-ROC es todo un éxito de ventas para la marca. El año pasado se vendieron 186.644 uds. en Europa y este año ya supera a todo un golf
Un modelo con motor turbo de cerca de 200 CV, un aspecto exterior e interior discretamente deportivos, un tamaño exterior recortado de unos 4,2 m de largo, prestaciones ‘asequibles’ para un gran número de conductores -en el sentido de que es un vehículo fácil de conducir muy rápido para casi cualquier persona-, un aura de cierta exclusividad y un precio que no es para todos los bolsillos.
Si estuviésemos a mediados de la década de los 2000, esta descripción habría resultado perfectamente válida para describir a un icono -uno más- de la marca VW: el Golf GTI de la quinta generación. El primero en estrenar un motor con dos litros de cilindrada; el primero también con la posibilidad de combinarse -en opción- con un cambio automático de doble embrague. También el primero con esas siglas que ya rondaba, cuando no superaba, los 30.000 euros de precio. Y, por supuesto, fue todo un éxito de ventas.
Pero los tiempos cambian. Hoy en día sigue existiendo un Golf GTI y conserva o potencia todas esas virtudes que le han hecho único -también es cierto que un precio más elevado-. Sin embargo, el concepto de compacto deportivo se entiende de otra forma distinta… concretamente con la ‘forma’ de un SUV. Y es que si echas un vistazo por el listado de modelos que se venden en estos momentos te darás cuenta de que coches como el Ford Puma ST, el Hyundai Kona N, Mini Countryman Cooper S, el Audi SQ2… ya no son ninguna rareza.
Y a ellos habría que añadir al protagonista de nuestra prueba, a la nueva manera de entender el concepto ‘GTI’: nos referimos al T-ROC 2.0 TSI 4Motion, el SUV de tamaño urbano y compacto que ofrece VW y que este mismo año ha recibido un lavado de cara. Originalmente, el vehículo se presentó en 2017 y venía a ser, precisamente, un derivado de un Golf VII -con el que compartía plataforma y numerosos motores-, con aspecto y altura de todo camino.
Comercialmente hablando, la idea le salió muy bien a la marca, que situó al coche como uno de los productos más vendidos en toda Europa, con muy buenas cifras en mercados como el español. Sin duda le beneficiaba el hecho de contar con una gama muy amplia y que se fue incrementando hasta nuestros días; no hay más que recordar que en su oferta no falta un tipo de carrocería que no ofrece ningún rival en el mundo, como es la variante descapotable.



Y si bien es cierto que por diseño era un modelo actual, lo cierto es que la estética no resultaba del todo atrayente -y eso que se ofrecía con llamativos colores y elementos para personalizar la carrocería-. Incluso se podía calificar de algo ‘sencilla’ si se la comparaba con la de un Peugeot 2008, un Audi Q2 o el mencionado Ford Puma.
Pues bien, el rediseño acometido ataca ese punto y mejora sobre todo lo que es la parte frontal, que pasa a ser tremendamente llamativa. Puede que, incluso, demasiado… si bien habría que hacer una serie de puntualizaciones sobre nuestra unidad de pruebas.
La primera es que hablamos de la variante con terminación R-Line, que es la única disponible para el motor que hemos probado y que logra, como pasaba en los mencionados Golf GTI, que sepas que estás ante un coche con cierto toque deportivo, pero sin caer en excesos -si bien puedes equiparle dos llantas en tamaño de 19″ que ya sí que empiezan a llamar la atención-.
Por otro, que nuestra versión venía con uno de los elementos tecnológicos más destacados del T-Cross 2022, como el sistema de iluminación opcional, llamado ‘Vision Plus’, que tiene un precio de 1.735 euros -no es barato- pero que incluye numerosas funciones.




Por ejemplo, con este pack tienes los faros matriciales de leds -capaces de encender o apagar de forma selectiva los 24 módulos de luces que hay en cada faro delantero y así crear patrones de iluminación-, faros traseros también de leds y con intermitentes dinámicos, luces que se proyectan desde los retrovisores en la zona del suelo cercana a las puertas y la llamativa moldura delantera iluminada con leds que, junto con las luces diurnas ubicadas en el paragolpes, complementan una identidad lumínica que hacen al coche inconfundible. Además de eso, hablamos de una tecnología que aporta seguridad en la conducción nocturna, pues esa iluminación se adapta según la velocidad a la que circula el coche, lo que se gira el volante, las condiciones climatológicas…
Del resto de tecnologías incorporadas, es interesante que el T-ROC pueda llevar un portón trasero con apertura eléctrica, que suele ser más habitual en modelos de un segmento superior y que aquí está disponible en un pack opcional, eso sí, a un precio de 1.170 euros. Por el contrario, el equipo de cámaras en el exterior se reduce… a una, ubicada en la zona del portón posterior, de tal manera que no es posible disponer de un sistema 360º. Hablamos, en cualquier caso, de una serie de dispositivos que eran inimaginables en el mencionado Golf de hace 15 años.
¿De verdad cambia el interior?
El restyling del T-ROC también se extiende al habitáculo, que cambia de manera notable porque lo hace todo el salpicadero. Para empezar, su aspecto se ha vuelto más sobrio, en el sentido de que ya no se apuesta por inserciones en colores a juego con la carrocería. Por otro lado, los renovados sistemas multimedia ahora apuestan por una pantalla táctil de tipo flotante.

Mientras en su predecesor dicha pantalla iba ‘incrustada’ en la consola central y estaba enmarcada por las dos salidas laterales que limitaban su crecimiento, en el modelo 2022 se opta por subirla ligeramente, rebajar la posición de las salidas de aire centrales y permitir que el tamaño de la pantalla del dispositivo de info-entretenimiento llegue hasta los 9,2″, si bien no era el caso de nuestra unidad que se quedaba con la versión con pantalla de 8″.
Antes de analizar ese dispositivo del vehículo y por concluir con lo que cambia, tecnológicamente hablando, del interior -por cierto, ahora con una sensación de calidad más elevada que lo hace más agradable- destacaríamos los nuevos controles con superficies táctiles para el climatizador -puede que más vistoso, pero quizá no mejor en cuanto a la sencillez de manejo-, o el volante, también actualizado por diseño, pero sin superficies táctiles.



La parte más digital la ponen, como era de esperar, las dos pantallas: una para la instrumentación y otra para el sistema multimedia. La primera de ellas forma parte de una tecnología en la que VW ya tiene una gran experiencia, pues la actual generación del Passat ya la luce desde 2015. Aunque empezó con un formato de 12″, con el tiempo ha ajustado su tamaño hasta quedarse en los 10,25″ que es lo que mide la que lleva -de serie- el T-ROC de la prueba -en las versiones inferiores se queda en las 8″-.
Como en otros modelos de la marca -incluso del Grupo VW- hay una pantalla principal que imita el diseño ‘clásico’ de los cuadros de mandos, con sus dos esferas redondas a los lados que dejan espacio entre medias para una zona donde se puede mostrar todo tipo de datos, desde los del ordenador de a bordo hasta los del sistema de navegación, el funcionamiento de las ayudas a la conducción -que también se pueden activar o desactivar desde aquí-…
Otro de los habituales es el que permite elegir la opción de ‘mostrar mapa’ para que se visualice en casi todo el ancho de la instrumentación, prescindiendo de los relojes, ya que la velocidad pasa a mostrarse en formato digital, mientras que el cuentarrevoluciones, directamente, desaparece.
Hay un tercer modo ‘simplificado’ que utiliza los laterales de la pantalla para mostrar datos seleccionados por el usuario -algo que se lleva a cabo desde la pantalla del sistema multimedia-. Cualquiera de estos modos lo tienes que seleccionar desde unos mandos colocados en el lado derecho del volante.




Esa selección también se puede aplicar en el modo de vista ‘clásico’, en el sentido de que dentro de las esferas de los relojes, puedes elegir la información que quieras ver. Pueden ser desde los pictogramas del sistema de navegación, hasta lo que capta el lector de señales de tráfico, información de la autonomía restante, consumo medio, posición de la palanca del cambio…
Por calidad de visualización, fluidez en las transiciones o detalles como el movimiento de las ‘agujas virtuales’ cuando sube la velocidad o las revoluciones están plenamente conseguidas. Además, es un cuadro que se ve particularmente bien en todo momento y que no te abruma con un exceso de información.
En la parte negativa, que se hayan dejado fuera de esta parte digital los indicadores del nivel del depósito de combustible o la temperatura del motor. Tampoco es posible variar la apariencia en cuanto a decoración; es decir, que a diferencia de otros modelos, cuando varías entre algunas de las posiciones del selector de modos de conducción no hay modificaciones en cuanto a color del cuadro y la única diferencia es que aparece una pequeña palabra con la leyenda ‘Eco’, ‘Sport’ ‘Normal’ o Individual’ según lo que hayas seleccionado.
Y en cuanto a la parte multimedia, nuestra unidad venía equipada con el sistema intermedio, con su pantalla de 8″. Hay una variante más grande que llega a las 9,2″ y que tiene un precio de 1.470 euros -aunque también añade elementos como el lector de señales de tráfico o el control natural por voz-, que en apariencia se distingue también porque no cuenta con los botones y mandos laterales que sí ofrece la variante que nosotros hemos probado.
Es un sistema nuevo, de hecho, se encuadra en los que la marca denomina dispositivos de ‘tercera generación del sistema modular de infotainment’ o MIB3, que dispone de mayores funciones de conectividad, pero la parte gráfica no es tan moderna como la que puedes encontrar, por ejemplo, en un Golf 8 o en los nuevos eléctricos de la marca.
En cualquier caso, es un sistema bastante avanzado y completo que, entre otras cosas, permite recibir actualizaciones inalámbricas de software. Unas actualizaciones que, por cierto, se pueden descargar en segundo plano -es decir, que puedes seguir utilizando el sistema-, si bien es necesario permanecer con el vehículo activo, ya que si te bajas de él, la actualización se detendrá para continuar cuando alguien vuelva a acceder al interior. Como en los teléfonos móviles, el sistema se encargará de mostrarte las mejoras que incluye para el dispositivo.



Por ejemplo, durante los días de prueba del T-ROC se produjo una de esas actualizaciones que incluía ‘pequeñas mejoras’, ‘eliminación de errores’… y se anuncia que para poder registrarte en la plataforma WeConnect -que es un paso previo para poder disfrutar de los servicios conectados de la marca-, ahora tendrás que hacerlo desde algún dispositivo como el móvil o el ordenador, pero no desde el propio vehículo.
Por apariencia, el sistema es elegante y sobrio en cuanto a diseño de la interfaz; además, algún menú, como el de inicio, que dispone de varias pantallas, permite realizar un manejo mediante controles gestuales.
Desde la pantalla principal puedes llegar a la radio y diversas fuentes de sonido -Bluetooth, radio online o música que lleves en algún dispositivo tipo memoria USB; todas se escuchan con una calidad muy buena gracias al equipo Beats Audio de 300W que llevaba nuestra unidad y que es una opción interesante teniendo en cuenta el precio razonable de 500 euros que pide la marca-.
También se puede controlar el sistema de navegación, activar e informarse de los asistentes a la conducción que lleva el vehículo -con imágenes que se mueven-, ordenador de a bordo, los llamados datos off road -con inclinómetro, altímetro, ángulo de giro de la rueda…- y, por supuesto, es compatible tanto con Android Auto o Apple Car Play de manera inalámbrica -además, también cuenta con la funcionalidad Mirror Link-.
También se pueden manejar funciones de la climatización, si bien el coche conserva esos controles aparte, siendo novedad en el modelo 2022 el cambio de los clásicos botones por unas superficies táctiles. Además, la pantalla también sirve para seleccionar entre los cuatro modos de conducción disponibles -incluido el ‘Individual’, que se personaliza desde aquí- o la cámara trasera de ayuda al aparcamiento.




Como en otros sistemas de este tipo, es posible crear varios perfiles de usuario, por si el coche es utilizado por distintas personas, algo que permite seleccionar diferentes ajustes, conforme a quien conduzca el vehículo en cada momento.
Y como suele ocurrir en los multimedia equipados en coches del grupo Volkswagen, desde la parte superior de la pantalla se puede desplegar un menú para acceder a todo lo que tiene que ver con la privacidad del sistema. En el T-ROC puedes elegir entre cuatro niveles, de mayor a menor nivel de privacidad.
¿Qué es lo que cambia? Cuanta mayor privacidad elijas, menos datos e información vas a compartir, pero también dispondrás de menos funcionalidades… salvo aquellas que, motivos legales, deben seguir utilizando datos, como puede ser el ecall o llamada de emergencia.
La privacidad y el tratamiento de datos se controlan igual que en todos los modelos del Grupo VW
En cuanto le des el permiso para que se comparta tu ubicación es cuando percibirás que ya se activan funciones de conectividad, como pueden ser los servicios asociados a la aplicación móvil. Una app que, instalada en tu móvil -y gracias a que el coche viene con su propia tarjeta SIM integrada- te servirá para conocer la ubicación del vehículo o llevar a cabo acciones remotas, como abrir o cerrar los seguros de las puertas.
También, como en otros modelos del Grupo, eres libre de decidir si quieres que el coche, mientras lo conduzcas -y de manera anónima: ubicación, número de identificación del vehículo- comparta con la marca información que pueda resultar de interés para el desarrollo de la conducción autónoma.



Por lo que se refiere a los datos, desde ajustes del sistema puedes elegir la opción de ‘restablecer los ajustes de fábrica’; asimismo, acciones como desvincular un dispositivo que hayas conectado mediante Bluetooth se hacen de una manera muy rápida, con un solo toque de botón.
Como detalle curioso y por concluir con la parte multimedia, en la parte de ‘aviso legal’ viene numerosa información de Volkswagen, incluyendo nombres de la cúpula directiva… y entre los que sigue apareciendo Herbert Diess como Presidente del Comité Ejecutivo, cuando desde el 1 de septiembre ha sido sustituido en el cargo por Oliver Blume.
Una combinación inusual…
Quizá hace 15 años, la idea de tener un modelo de tamaño compacto con un motor turbo de gasolina que rondase los 200 CV resultaba algo bastante habitual. El mejor ejemplo era el VW Golf GTI, si bien existían alternativas en marcas como Seat con el León, Renault con el Mégane, Honda con el Civic, Opel con el Astra…
En la actualidad, esa fórmula en esos modelos compactos ya casi no existe, pero curiosamente sí puedes encontrarla en la categoría de los SUV, en apariencia, menos indicados para practicar una conducción deportiva, pero que sí que demuestran que pueden ser vehículos muy rápidos. Y es que concretamente a nuestro T-ROC no le falta pedigree: solo se vende con tracción a las cuatro ruedas, el cambio automático de doble embrague y el ya mencionado aspecto diferenciador de su kit R-Line.
Tecnológicamente hablando, no se trata de una disposición mecánica que se combine para la ocasión con algún dispositivo de electrificación, ni siquiera con un sistema micro-híbrido, que la marca los reserva para sus modelos de nueva generación. Aquí el ahorro se confía a soluciones más ‘sencillas’ que consiguen un buen resultado… si bien lo que no son capaces de lograr con la etiqueta ‘Eco‘ de la DGT.
Aparte de la propia eficacia del motor y su buen rendimiento, cuenta con el sistema stop/start que desconecta el motor en los atascos o semáforos para no consumir combustible innecesario. Además, cuando llevas seleccionado el modo ‘eco’, este motor también puede desacoplarse de la transmisión y funcionar en el conocido como ‘modo a vela‘, que se activa en circunstancias muy favorables, como un terreno en cuesta abajo donde no tengas que acelerar. Percibirás su entrada en funcionamiento porque el cuentarrevoluciones se queda en el cero y porque aparece un pequeño testigo con la leyenda ‘eco’ en la instrumentación.
Bien asistido, por un pequeño incremento
Para ver de todo lo que es capaz este modelo en cuanto a asistentes a la conducción -que es mucho-, lo primero que debes hacer es pagar los 965 euros del paquete de asistentes mejorado que se denomina IQ.Drive. Al invertir esa cantidad ya cuentas con el control de velocidad activo con todas sus prestaciones, como puede ser el llamado ‘Travel Assist’.
Eso lo que quiere decir que contarás, por un lado, con el sistema que mantiene las distancias con el vehículo que te precede acelerando o frenando de manera automática. Un radar es el encargado de hacer el trabajo, mientras que tú lo único que debes hacer es activarlo desde los mandos del volante y regular la distancia que quieres que guarde tu coche con el que va por delante -en la más corta, apenas si deja diez metros de margen-.
Una tecnología que, en este caso, es capaz de llegar a detener el vehículo en caso de que te encuentres con un atasco y luego volver a reanudar la marcha; es la funcionalidad conocida como Stop&Go.

En el T-ROC, esta tecnología cada vez añade más funciones, y un buen ejemplo es que este control de velocidad tienen en cuenta información que le llega a través de las señales de tráfico o de la propia cartografía del navegador, de tal manera que puede adaptar mejor el ritmo del vehículo según las circunstancias.
Por nivel de asistentes, el t-roc es tan bueno como los suv más grandes y caros de la marca
Lo mejor es que se combina con el sistema de mantenimiento y centrado de carril, es decir, que lleva un control bastante continuo sobre la dirección con el fin de conducir el coche prácticamente por si solo… aunque ojo, hablamos de un nivel 2 de conducción autónoma, pero en ningún caso que la persona al volante pueda desentenderse. Y eso, a pesar de que como en otros modelos de VW, los asistentes funcionan a la perfección.
Por lo demás, nos quedaríamos con el side assist, un asistente que vela por tu seguridad a la hora de hacer cambios de carril, y que tiene la particularidad de que se activa desde velocidades muy bajas, apenas 10 km/h, con el fin de advertirte en el caso de que quieras hacer un cambio de carril y se aproxime un vehículo más rápido por el carril adyacente que te vaya a superar.
Además, tiene muy buena vista como lo demuestra el hecho de que rodando más rápido y en autopista, puede detectar otros vehículos a una distancia de hasta 60 metros.
Queda claro que, por si especial configuración mecánica, el T-ROC analizado es un tanto ‘especial’ y eso se nota en el precio o en el limitado número de rivales con los que puede enfrentarse de manera directa. De inicio, decíamos que el coche costaba algo más de 41.000 euros… que es, sin dudas, una cantidad considerable, pero queda ponerla en contexto con sus rivales. Entre estos últimos, destacaríamos sin lugar a dudas dos modelos. Uno de ellos es el Volvo XC40 B4 AWD, con su motor turbo de 197 CV y un precio de 51.150 euros; por otro lado, estaría el Mini Cooper S All4 Countryman, que con 178 CV tiene un precio de 44.050 euros.

DISPOSITIVO | CUÁNTO CUESTA | QUÉ TAL FUNCIONA | ¿DEBES PAGAR POR ÉL? | |
![]() | Confort Pack* | 1.650€ | Bien | TÚ DECIDES |
![]() | Techo panorámico | 1.350€ | Bien | NO |
![]() | Convenience Pack** | 2.850€ | Bien | TÚ DECIDES |
![]() | Driver assistance | 1.650€ | Muy bien | TÚ DECIDES |
![]() | Cable de carga | 373€ | Bien | SÍ |