En Durango (Colorado, EE.UU.), un concesionario de la marca Nissan se ha identificado como el origen de un brote de coronavirus. El primer caso detectado relacionado con este foco se confirmó el 19 de junio. Sin embargo, no fue hasta el pasado 7 de julio cuando siete de sus empleados y tres de sus contratistas dieron positivo en los tests, por lo que tanto las autoridades de salud pública locales como la filial de Nissan en Durango pusieron en marcha planes de mitigación y trazabilidad de contactos.
Una zona azotada
Según las autoridades sanitarias locales, a fecha de 10 de agosto ya se habían producido 12 casos; al menos cinco corresponden a la variante Delta del coronavirus, y tres de ellos han desembocado en el fallecimiento de los afectados. Estas mismas fuentes indican que se habría producido una cuarta muerte tras contraer la COVID-19; sin embargo, no cumpliría los criterios del Departamento de Salud Pública de Colorado para añadirla a los casos por el brote del concesionario. Para que dicho departamento establezca que se ha producido un brote en un negocio, tienen que haberse detectado al menos cinco casos relacionados con sus instalaciones, durante un periodo de 14 días.
Estas desafortunadas estadísticas se suman al brote en un supermercado Walmart de otro condado de Colorado, el de Archuleta. El condado de La Plata, donde se sitúa Durango, también se ha visto especialmente azotado por las últimas olas de la pandemia; destacan los 50 casos en el instituto local entre febrero y junio.
Alabanzas a la colaboración… y críticas a la prevención
“Estamos muy agradecidos por la cooperación de Nissan de Durango para dar respuesta a este brote, y a todos los negocios que todavía trabajan por mantener sus comunidades seguras”, declaró Liane Jollon, directora ejecutiva de la agencia de Salud Pública de la Cuenca de San Juan (Colorado). De paso, Jollon animó una vez más a la población a vacunarse a la mayor brevedad, y a llevar mascarilla en espacios interiores.
Sin embargo, ello no impidió a esta agencia afirmar que, según las pruebas recabadas, hubo una «falta de precauciones de salud pública en el lugar de trabajo, en especial en lo relativo al personal sin vacunar«. De hecho, en el protocolo aplicado sólo se ha aislado a los contactos estrechos que no se habían vacunado todavía. No obstante, la agencia de Salud Pública ha informado igualmente de que dos de los 12 casos detectados hasta la fecha son de personas vacunadas.
Por otro lado, el concesionario Nissan no ha cerrado en ningún momento desde el estallido del brote, manteniendo sus horarios de apertura habituales. Su copropietario, Rob Celedonia, ha confirmado que, en estos momentos, todos sus empleados se encuentran bien.