La electrificación de los vehículos ha aumentado de forma notable en los vehículos que ya se puede comprar en cualquier concesionario; y aunque la gente cada vez está más conforme con las cifras de autonomía y velocidad de carga que ofrecen los nuevos lanzamientos, puede que esos valores sigan siendo un problema en los vehículos militares, que deben moverse en terrenos donde la autonomía es vital, donde es difícil recargar y donde el consumo energético es elevado -por el propio peso de los vehículos, por los terrenos donde se desenvuelven-.
Con todo, la electrificación también es una tendencia al alza en este tipo de sector, y son muchos los ejércitos que ya han empezado la transición. Rusia con nuevo modelo ERA, España con el VAMTAC o Estados Unidos con JLTV y los nuevos patrias híbridos de Jeep. Comienza una nueva batalla en la que terminarán imponiéndose los vehículos eléctricos y autónomos.
Son varias las empresas que han entrado al mercado y que están desarrollando estos modelos electrificados y autónomos. Aparte de las míticas Oshkosh, Jeep o la división militar de Kia, existen otras empresas que ofrecen modelos híbridos y eléctricos muy interesantes. Uno de los más recientes es el Rex Mk II de Tomcar.
REX MK II: cuando el conductor es prescindible
Este modelo, desarrollado por los estadounidenses de Tomcar y la agencia aeroespacial israelí, es usado en la actualidad por el ejército británico. Se trata de un aunténtico ‘todo terreno’ autónomo con un sistema avanzado de monitorizado conectado directamente con satélites espaciales, radares y cámaras inteligentes.
Está diseñado para llevar a cabo operaciones de asistencia al combate terrestre, ataques a distancia, rescate de soldados, apoyo logístico y recopilación de información. También se está empleando, en su fase final de pruebas, para el patrullaje y vigilancia de las fronteras.

A pesar de que no tiene un tamaño muy grande, sí que es capaz de cargar 1,3 toneladas e incorporar drones y otro tipo de armas ligeras. Su motor híbrido goza de una buena autonomía -hasta 300 km- y dispone de tracción a las cuatro ruedas… así como una ametralladora de calibre 7,62 mm. Destaca su capacidad de para atravesar terrenos difíciles, y también su adaptabilidad anfibia. El vehículo puede ser controlado a distancia por un soldado a través de un control remoto, pero puede ser completamente autónomo; en ambos casos, una forma de evitar bajas humanas.
La industria israelí ya produce vehículos autónomos
Zvi Yarom, director general de la División de Sistemas Terrestres de la unidad Elta de IAI, asegura que «la base del concepto de productos terrestres de IAI era la necesidad de ayudar a las fuerzas terrestres sobre el terreno a realizar operaciones con un riesgo mínimo para la vida de los soldados.Nuestros vehículos terrestres autónomos se utilizan de forma operativa en las fronteras de Israel y en varias unidades de combate, así como en otros lugares del mundo, y estamos observando una creciente demanda de sistemas terrestres autónomos por parte de los clientes», afirmó.
El Rex Mk II se suma a la serie de vehículos operativos autónomos desarrollados por IAI, como el vehículo de protección de fronteras y recopilación de información Jaguar, el vehículo RobARC para descubrir y destruir bombas, el vehículo de apoyo al combate RoBattle y el RobDozer, un sistema autónomo de ingeniería de combate.
Robattle, ideado para el combate ligero RobDozer (Panda), creado para la ingeniería militar RobArc, con un sistema único capaz de detectar y desactivar bombas, minas y artefactos explosivos