Los conductores estadounidenses se preocupan por la seguridad de sus vehículos. Es el resultado de la encuesta llevada a cabo por la Compañía HSB -Hartford Steam Boiler-. Algunos incluso creen que un cracker podría atacarles a través de sus sistemas de audio del coche, o desconectar los elementos de seguridad que incorpore su modelo.
El sondeo de HSB, llevado a cabo por Zogby Analytics, descubrió que el 37% de los consumidores se preocupa por los coches conectados y ‘automatizados’. Esto es, tanto por su ciberseguridad como por su bienestar. El 35% teme que un virus, así como otro incidente que implique un crackeo, pueda dañar o destruir los datos de sus vehículos, los sistemas operativos, o incluso el software.
En hallazgos similares, el 11% de los que contestaron afirmó poseer un automóvil eléctrico. Además, el 50% de estos dice estar preocupado por la posibilidad de que los puntos de carga se vuelvan un vector usual para perpetrar ciberataques.
Por su parte, del 55% que sincroniza el automóvil con el teléfono inteligente u otro dispositivo, el 55% dice no conocer o no estar seguro de qué información personal almacena su vehículo, en sistemas como el equipo de música.
El vicepresidente de HSB, Timothy Zeilman, concluye que “nuestros coches están más conectados que nunca“, lo cual es un hecho evidente. Avanza que “es complicado para los consumidores mantenerse al tanto de la rápida evolución tecnológica, y se preguntan si su privacidad e información personal están protegidas“.
El miedo a perder el control del vehículo
Uno de cada diez encuestados reportó algún tipo de ciberataque que afectó a su vehículo. Este porcentaje es un 3% superior al registrado el año anterior, en un estudio similar de HSB. Con una tecnología conectada que no cesa de avanzar, a algunos no sólo les preocupa que se pueda crackear su automóvil, sino que también terceros lo controlen remotamente.
Al preguntarles qué les preocupa más de un posible ciberataque, al 46% les frustraba que un ciberdelincuente pudiese hablarles a través de la radio del coche, quizás para coaccionarles, o para demandar un pago por rescate. Otras preocupaciones destacadas son: para el 25% que se inmovilice el vehículo, para el 23% que se alteren sistemas de seguridad, para el 14% que se les bloquee el acceso.
Las tecnologías más comunes en automóviles incluyen Bluetooth -53%-, sistemas de navegación -49%-, o sensores de seguridad del vehículo -39%-. El 36% de los consumidores posee aplicaciones con las que su “smartphone” se conecta al vehículo. Asimismo, el 24% utiliza Wi-Fi o zonas Wi-Fi para disfrutar de los servicios de Internet en la carretera.
Con unas cifras que ya se antojan importantes, y que se ve que crecen con el paso del tiempo, la cuestión ya no es algo que se pueda dejar de lado. La ciberseguridad automotriz ya no es cosa del futuro. Con la demanda creciente de vehículos con nuevas tecnologías, se incrementa también la necesidad de instaurar sistemas y protocolos para proteger a todo aquel que los posea, o que tenga pensado hacerlo.