Aunque pueda parecer mentira, una vez quedó claro el método para lograr que un carruaje se desplazara solo -es decir, el motor y sus ciclos-, el gran reto de la técnica automotriz fue… conseguir ponerlo en marcha. Tanto, que la mejor ventura que podían desearse entre sí los primeros automovilistas solía ser la de un arranque satisfactorio.
Y es que, en aquella época, podía pasar cualquier cosa en esta maniobra. Todo comenzaba por la manivela, fija -en algunos casos- al propio cigüeñal del motor. El secreto consistía en buscar, mediante la fuerza bruta, el ‘momento feliz’ en el cual la máquina reunía la compresión suficiente para arrancar.

Eso sí, no te convenía estar cerca en el momento de la primera explosión. Las manivelas tenían la fea costumbre de reaccionar ‘en solidaridad’ durante los primeros segundos… Y ello podía costarte el brazo.
No pasó mucho tiempo antes de que aparecieran los primeros motores de arranque. Consistían en un pequeño motorcillo eléctrico, encargado de iniciar ese ‘primer golpe’ con mucha más fuerza -y celeridad, que era la clave- que cualquier humano. Hacia 1920, su combinación con la cerradura de contacto -un invento de securización coetáneo- era ya común en la mayoría de modelos, y un estándar entre los de alta gama.
Un símbolo de movilidad
Mercedes-Benz guarda una singular relación con esta clase de equipos. Para los de Stuttgart, la llave de un coche es algo más que un pedazo de metal. Se trata de un símbolo de movilidad, de propiedad… y, también, de tecnología punta.

Ya en la década de los sesenta, fueron de los primeros en unificar las llaves de las puertas y la ignición. Pero no se quedaron ahí: en 1963, introdujeron un sistema neumático de cierre centralizado.
La Clase S haría de este mecanismo una de sus señas de identidad en 1972, y su evolución culminaría en el decenio siguiente con la integración de un telecomando electrónico en el cuerpo de la llave. No bastaba con la habilidad de un cerrajero: la propia marca -desde entonces- es la única capacitada para suministrar copias.

Con el nuevo milenio a las puertas, el buque insignia de la estrella -una vez más- estrenaría el sistema ‘Keyless-Go’. Esta primera llave inteligente ya permitía abrir el coche y ponerte en marcha… sin tener siquiera que sacarla del bolsillo. Una tecnología que, en la actualidad, posee toda la gama de serie… pero que, por otro lado, no está exenta de vulnerabilidades.