Luchar contra las crisis del coronavirus es una misión que necesita de las mentes más brillantes. Expertos en todo tipo de campos se han sumado a la causa para poner su granito de arena. Y Bob Riley, ingeniero responsable de automóviles que han sido campeones en Daytona o Indianápolis, también está echando una mano.
El veterano -89 años- integrante del Salón de la Fama del Motor estadounidense fue consultado para ayudar en la fabricación de material sanitario. En realidad no solo él, sino Riley Technologies, empresa de la que es fundador. La petición provenía del Centro Médico Piedmont en Carolina del Sur, que estaba necesitado de respiradores especiales.
El testigo fue cogido al instante por la fabricante, cuyo diseñador jefe, Christian Rushforth, dijo que «es un gran honor que nuestro bagaje en la ingeniería sirva para ayudar en estos momentos».
El modelo de mascara está totalmente diseñado por el equipo de ingenieros de Riley, y supervisado por el propio Bob. El mítico constructor trabaja codo con codo con su hijo Bill, pero el parón de las competiciones les había supuesto dejar de lado su actividad.
Curiosamente, el encargo llegó cuando ya buscaban una manera de ayudar. Todo gracias a una recomendación de Composite Resources, un competidor directo. Lo cual habla del pedigrí de la fabricante.
Los contactos comenzaron a principios de abril, pero las medidas de distanciamiento social y la saturación de personal sanitario han atrasado la producción de respiradores. Aún así, Riley asegura estar «acostumbrados a trabajar con mucha rapidez».
Un dispositivo complejo
Para conseguir las piezas necesarias, el personal de la compañía está utilizando impresoras 3D que imprimen con carbono. Además, están consultando también a otros fabricantes de piezas.
El diseño y desarrollo se separa en dos vías paralelas. El respirador está compuesto por la mascarilla y por una pequeña caja de ventilación que es la que purifica el aire respirado e irá sujeta a la cadera de los sanitarios. Rushforth se encarga de la primera y Bob Riley de la segunda. Tyler Hook supervisa los componentes eléctricos de ambas.
En estos momentos, el mítico ingeniero espera tener terminado el prototipo para devolverlo a Piedmont para su evaluación final lo más pronto posible. Esto le hará dar el pistoletazo de salida para la producción de unos 500 dispositivos.
Desde la compañía aseguran que «no hay muchos sectores capacitados para desarrollar y producir una tecnología así a la velocidad que lo están haciendo los constructores de competición».
Entre los grandes logros de Bob Riley primero y su empresa después-fundada en 2001- está construir el Daytona Prototype, el cual ganó las 24 horas doce veces en poco más de una década. Ahora, rozando los 90 años y aún pudiendo ser considerado población de riesgo, el ingeniero está enfrascado en el proyecto más importante de su carrera: salvar vidas.