En cierta forma, quien tenga Google Maps en su teléfono sabrá de lo que hablamos; y ahora una marca como Toyota quiere desarrollar su propia plataforma que sea capaz de predecir la evolución del tráfico (es decir, no ver los atascos en tiempo real, sino de anticiparse a ellos) y de ofrecer a los usuarios, posibles itinerarios alternativos.
Este proyecto ha sido elaborado junto con el Alain Turing Institute (en efecto, este instituto lleva el nombre del matemático y ciéntifico que descubrió los secretos de la máquina ‘Enigma’ y al que se considera padre de las computadoras) con el “objetivo es optimizar la movilidad dentro de las ciudades (se centra en este ámbito por ser donde se producen más concentraciones de vehículos) y mejorar la vida de las personas”.
Según los responsables del proyecto, gracias a la “Optimización del flujo en sistemas de movilidad con inteligencia artificial (IA)”, que forma parte del nuevo programa de inteligencia artificial del Instituto Turing, es posible promover una transición de los sistemas estáticos de gestión del tráfico complejo a sistemas optimizados, más dinámicos, gestionados en tiempo real teniendo en cuenta los distintos tipos de movilidad.
Como comentábamos, la idea es que el dispositivo no nos avise de lo que pase cuando ya sea tarde… sino que vaya por adelantado.
Para conseguirlo, habrán de llevarse a cabo diferentes medidas, como integrar un sistema de inteligencia artificial para el control de señales de los semáforos, crear una plataforma para la manipulación interactiva de datos -su objetivo sería el de supervisar y predecir la evolución del tráfico y probar distintos escenarios de planificación-.
También la de buscar mecanismos para que los operadores de flotas y las ciudades colaboren -que podrían facilitar datos sobre los principales focos de congestión o contaminación, algo que permitiría ofrecer itinerarios alternativos en torno a los problemas antes de que se agraven-.
Según Alan Wilson, Consejero Delegado del Alan Turing Institute e investigador principal, “los planificadores urbanísticos y los operadores deberían disponer de un sistema que les muestre los datos en tiempo real para poder analizar el funcionamiento de la ciudad, integrando tanto modelos matemáticos como informáticos, así como modelos de aprendizaje automático, a fin de simular distintos escenarios y que les ofrezca información cuando los patrones de comportamiento cambien.
La amplia disponibilidad de datos y las nuevas tecnologías pueden hacer que los patrones de transporte cambien drásticamente en muy poco tiempo. Esperamos que eso dé lugar a mejoras en los ámbitos de la salud y la movilidad de las poblaciones urbanas, así como a unos mayores niveles de seguridad y eficiencia en la gestión del tráfico”.
Por otra parte, Ryan Klem, Director de Programas de la Toyota Mobility Foundation, asegura que “aparte de que se ha prestado especial atención a los sistemas de inteligencia artificial en el interior del vehículo, nos hace especial ilusión la oportunidad de trabajar con el Instituto Turing para aplicar el análisis de datos y la IA a una faceta complementaria de la movilidad: la infraestructura.
Creemos que la movilidad es esencial para promover el progreso social y mejorar la vida de las personas en todo el mundo y este proyecto representa un importante paso adelante para alcanzar una sociedad mejor y ayudar a conseguir la armonía entre todas las formas de movilidad para todos los ciudadanos”.