Tecnología HC

¿Cómo reconoce un vehículo el estado ‘de salud’ de su batería?

Es una pieza clave y fundamental de los eléctricos... y, por eso, el vehículo debe 'chequearla' constantemente para conocer su estado. ¿La manera de hacerlo? Mediante los llamados 'algoritmos de aproximación'.

IMagen de un voltímetro antiguo HackerCar
Foto de Thomas Kelley en Unsplash

El vehículo eléctrico es la gran apuesta de futuro de la mayoría de los fabricantes de la automoción para lograr los objetivo de descarbonización que proponen las marcas, los organismos y los gobiernos.

Un elemento fundamental en este proceso es conocer la vida útil de las baterías, que se define por el SoH -State of Health- de este componente.

El SoH o el estado de salud informa de la capacidad real de la batería respecto a la capacidad de la batería cuando el vehículo salía por la puerta de la fábrica, representado porcentualmente -es decir, que cuando un vehículo está completamente nuevo, la batería debe aproximarse al 100% de su capacidad; pero pasados diez años puede que su capacidad se quede en el 80%; de esta manera, si de inicio tenía 75 kWh de capacidad neta que le proporcionaban 500 km de autonomía, se habrá quedado en 60 kWh y 400 km de alcance-.

Por tanto, la batería se deteriora fundamentalmente por el paso del tiempo, temperatura de los materiales, corriente de carga y los ciclos de carga, pero no son las únicas variables que influencian el estado de salud de la batería.

De hecho, se desconocen o no se pueden cuantificar todos los factores relacionados con el deterioro de la batería; por eso se utilizan algoritmos de aproximación mediante modelos informáticos. Estos modelos abarcan un amplio abanico de variables, como la resistencia interna, la conductividad, la tasa de autodescarga…

Mediante estos modelos se intenta conseguir el valor más fiel posible a la realidad, aunque no siempre es posible. Los errores en la aproximación del estado de salud de la batería pueden acarrear consecuencias notorias. Por ejemplo, que el sistema limite la capacidad de carga de la batería con el objetivo de protegerla ante una sobrecarga inexistente.

Por ello, con el vehículo eléctrico se abre un mundo nuevo, con sistemas, algoritmos y datos nuevos, que se deberán diseñar y proteger de manera adecuada, ya que pueden poner en peligro el correcto funcionamiento de los vehículos. No obstante, cada parte implicada, depositando su granito de arena, contribuirá a poder alcanzar la descarbonización y la sostenibilidad en el mundo de la automoción.


Mikel Bilbao Hernandez / Área Técnica de EUROCYBCAR

Bibliografía.

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