Neumáticos de invierno, de verano, radiales, diagonales, de perfil bajo, semislicks o para barro y nieve: existen un sinfín de opciones para elegir la forma en la que ‘conectan’ las manos del conductor y la carretera a través de un vehículo.
No obstante, a todo el mundo le llega la hora de cambiar los neumáticos, aunque hay conductores que prefieren apurarlos hasta dejarlos ‘en las lonas’, poniendo en riesgo su seguridad vial y la de los demás que circulen por la carretera -sin olvidar que supone riesgo de multa: nada menos que hasta 200 euros por cada neumático en mal estado-.
Conscientes de la criticidad de la función de los neumáticos, nace el concepto del neumático conectado, que consiste en recolectar y analizar datos de estos elementos.
Tras la implementación del sistema TPMS –Tyre Pressure Monitor System-, la industria quiere avanzar en relación con los neumáticos, hacia objetivos como el mantenimiento predictivo.
Así, mediante el tratamiento de estos datos, se pretende predecir el momento óptimo de realizar el cambio de gomas, mejorar el diseño de los neumáticos o adaptar la conducción a las propiedades instantáneas del compuesto.
En este camino, Bridgestone ha decidido colaborar con Microsoft Azure, para impulsar su proyecto de neumático conectado, beneficioso para controlar la seguridad y el coste de flotas de vehículos, entre otros.
Con ello, la industria avanza para mejorar el mundo de la automoción mediante la conectividad y el desarrollo de nuevas tecnologías. Así, el valor de los datos recolectados incrementa, convirtiéndose en un activo valioso tanto para el beneficio de los fabricantes, conductores… pero también los atacantes informáticos, que analizarán los sistemas con el fin de encontrar vulnerabilidades.
Por ello, es necesario exigir a los fabricantes implementar un diseño ciberseguro en el neumático conectado, protegiendo nuestras vidas y nuestros datos.
Mikel Bilbao Hernández / Área Técnica de EUROCYBCAR