Entre esas medidas, destacan la de desarrollar un sistema de transportes completamente de cero emisiones; aumentar el uso de energías renovables; optimizar la eficiencia energética mejorando el consumo; promover medidas económicas que animen y faciliten la descarbonización.
Lógicamente, muchas de estas medidas afectan al sector del automóvil, que además de ‘pasarse a lo eléctrico’ tendrá que replantear sus modos de producción. Nos lo cuenta todo Jonathan Bedoya, del equipo de redacción de HackerCar.