Si hacemos un poco de memoria, todos recordamos lo que eran las grandes berlinas de Citroën: es decir, modelos como el CX de los 70 y 80; su sucesor, el XM… o el más reciente C6. Muchas veces eran tratados de una manera injusta por la prensa, que siempre los colocaba por detrás de las alternativas premium de origen alemán.
Sin embargo, a día de hoy, todos aquellos modelos, aunque ahora muy entrados en años, cuentan con infinidad de seguidores y todos hablan de las maravillas de unos vehículos muy originales desde el punto de vista estético… y, sobre todo tecnológico, en especial, lo que tiene que ver con las suspensiones.
El último integrante de esas berlinas grandes podría ser este C5 X; lo hemos probado, concretamente en su versión Shine Pack y con el motor 1.6 turbo de gasolina con 180 CV para ver si también conserva esas dos señas de identidad de las berlinas con portón de la marca francesa: atrevimiento estético y tecnológico.