Hace escasas fechas, Amazon y Stellantis anunciaban un convenio de colaboración con el desarrollo de la experiencia conectada en los vehículos como gran eje común.
El grupo automovilístico -resultado de la fusión de FCA y PSA-, acelera así su transformación tecnológica, ya que pasará a contar con los servicios del líder mundial en cloud computing, como es Amazon Web Services -AWS-.
Gracias a la experiencia en la ingeniería software de AWS, Stellantis podrá avanzar en el desarrollo de sistemas y conectividad para sus vehículos, que es, sin duda, el futuro del sector de la automoción/movilidad.
Entre otros objetivos, el acuerdo pone en foco la plataforma STLA SmartCockpit -un entorno digital basado en la IA, con la capacidad de adaptarse a cada conductor-, que Stellantis integrará en millones de sus modelos en todo el mundo a partir de 2024.
Por su parte, Amazon refuerza su flota de vehículos para la logística de último kilómetro, con nuevas soluciones sostenibles proporcionadas por Stellantis. Por ejemplo, serán el primer cliente profesional del nuevo Ram ProMaster eléctrico de batería (BEV), cuya comercialización está prevista para 2023.

La opinión de los hackers
Enrique Serrano Aparicio, Founder & CEO de hackrocks
Enrique Serrano es un hacker experto en ciberseguridad y tecnología. En su opinión, el mundo de la automoción se parece cada vez más al mundo de los smartphones: “estamos pasando ya de coches a auténticos ordenadores con ruedas”. Por eso, cree que, probablemente, este convenio “será uno de muchos” relacionados con la movilidad conectada.

Enrique Serrano sostiene que este tipo de alianzas “permiten avanzar a gran velocidad”, ya que no es lo mismo “invertir tiempo, dinero y talento en desarrollar un producto desde cero”, a llegar a un acuerdo con una empresa “experta en la materia, que lleva ya años en el sector”.
En cuanto al nivel de experiencia que pueda desarrollar Stellantis para su modelos, de la mano de Amazon, nuestro hacker opina que “cada vez veremos más vehículos conectados, inteligencia artificial orientada a la conducción, servicios muy personalizados para conductores y pasajeros y mucho más que no nos imaginamos”.
Pero advierte: “integrar datos y fuentes de información, probablemente haga que la experiencia de usuario mejore. Eso sí, debemos ser precavidos“, ya que con el aumento de la conectividad, los ciberataques “también estarán a la orden del día”.
Pablo F. Iglesias, hacker, consultor y fundador de CyberBrainers
Para Pablo F. Iglesias, el acuerdo Stellantis-Amazon también se trata de “un paso obvio en la que ya es, y cada vez será con mayor hincapié, el negocio de la industria automotriz”.

En su opinión, esta alianza le da a Stellantis “acceso a una plataforma y un expertise, en cuanto a conectividad, que claramente les posicionará como uno de los principales referentes del sector en años venideros”. Y no solo eso, sino que habrá que ver “qué puede hacer la competencia para ponerse a su nivel“.
El hacker destaca las posibilidades del STLA SmartCockpit, “que a priori empezaremos a ver a partir de 2024”, y en el que “se intentará unificar toda la experiencia de conectividad esperable en un vehículo moderno dentro de la infraestructura de Amazon Web Services“.
Esa es, para Pablo F. Iglesias, la clave del acuerdo, ya que “esa futura plataforma podrá desarrollarse partiendo de los módulos ya creados en AWS, y aprovechándose por tanto de la flexibilidad del que sigue siendo, hoy en día, el Cloud más usado -por delante del Azure, de Microsoft y de Google Cloud- en industria”.
Esto es algo muy importante, ya que “una vez migrada la base y comprendida la idiosincrasia de AWS, Stellantis podrá diseñar nuevas funcionalidades en su plataforma con ciclos de desarrollo más cortos, lo que a medio-largo plazo supone una ventaja competitiva clara. Y ojo, que Amazon también gana al tener dentro de su propio ecosistema a un partner de la altura de Stellantis“.
Para Pablo F. Iglesias, convenios como este son “algo que ya llevamos viendo en los últimos años, con acuerdos de compañías históricas acercándose a gigantes tecnológicos”. Y concluye: “esto no es más que la punta del iceberg de lo que será la conducción, y por tanto la industria del automóvil, en años venideros”.