El reto de la movilidad sostenible avanza imparable, y trae consigo todo tipo de medidas. Por poner un ejemplo, desde el 1 de enero de 2023 se ha dado un paso más allá en cuanto a la normativa de Zona de Bajas Emisiones -ZBE-.
Esto quiere decir que en aquellas ciudades con más de 50.000 habitantes y localidades de más de 20.000 que registren una alta contaminación, deben contar con un área en la que solo pueden entrar los vehículos con etiqueta medioambiental ECO o «cero».
Hay alternativa y se llama suscripción
Por lo tanto, todo consumidor que cuenta con un vehículo antiguo o que no cumpla con estos estándares establecidos, deberá renovar su coche si quiere seguir desplazándose por determinadas zonas. Algo que mucha gente no puede permitirse.
Pues bien, la investigación realizada por Mobility Institut, plataforma independiente impulsada por el RACC y Deloitte, pone el foco en lo que opinan los conductores. Sus resultados apuntan que más de la mitad de los consumidores que compraron un vehículo privado sin plantearse otra fórmula de adquisición que no fuera la compra tradicional, ahora admiten que cuando les toque reemplazarlo valorarán otras opciones. Es decir, aquellos que no pueden realizar ese desembolso, han buscado entre las modalidades que ofrece el mercado.
¿Cuál es la opción que te puede sacar de este apuro? El consumo por suscripción, que comienza a calar en el mundo de la automoción -después de haberlo hecho en otros sectores… como el del entretenimiento en casa y las plataformas de contenidos de TV-.
Es algo similar al conocido como renting, es decir: el usuario no adquiere un vehículo en propiedad, sino que lo alquila, pero la diferencia es que la suscripción es aún más flexible con los plazos de alquiler.
Y es que el estudio Global Automotiv Executive Survey, elaborado por la red global de firmas de servicios profesionales, KPMG, ha afirmado que la suscripción a vehículos se está consolidado dando lugar a un cambio de paradigma en el modelo de propiedad de vehículos. Según datos de este mismo estudio, el 74% de los encuestados en España considera que la suscripción será un modelo competitivo frente a la venta tradicional en 2030, lo que lleva a que la gente esté demandando más información sobre cómo funciona este tipo de contrato.
No es difícil, es flexible
Una suscripción ofrece la posibilidad de poseer un vehículo durante un periodo de tiempo, contando con una mayor flexibilidad y, por tanto, una mayor libertad a la hora de modificar las condiciones del acuerdo. Es así como parece que se ha abierto una nueva puerta que se adapta a las necesidades de cada usuario, que paga unas cuotas mensuales, en las que todo está incluido: seguro, mantenimiento y asistencia en carretera.

Con este modelo, los usuarios no solo contribuyen con el medio ambiente, sino a impulsar la economía circular, fomentando la reutilización, reparación y renovación de vehículos.
Plataformas como Simplr, ya ofrecen este tipo de servicio, y su CEO y cofundador Ángel Bou, ha afirmado que: “El aumento de la conciencia medioambiental y la necesidad de reducir las emisiones contaminantes en las ciudades están transformando las tendencias en movilidad. Es fundamental implantar normativas que preserven la protección de las ciudades en términos medioambientales. En este sentido, el modelo de Simplr no sólo ofrece una alternativa de transporte responsable, sino que contribuye a un modelo de economía circular que pretende reducir los niveles de fabricación, disminuyendo la generación de residuos y compensando el CO2 de los productos fabricados con inversión en proyectos medioambientales.”
En las marcas de automóviles, Lynk & Co es una de las que apostado por este modelo de negocio desde su fundación hace apenas seis años. Para hacerse una idea, en nuestro país ofrecen el modelo 01, que por una cuota de 550€ mensuales -siempre que no recorras más de 1.250 km al mes-, permite disponer de este modelo, todo incluido – hasta las actualizaciones remotas – y devolver el coche cuando se desee, pues no tiene permanencia.
Pero ten cuidado… cuando ‘canceles’ la suscripción
Pero en este tipo de vehículos es importante no dejar de lado la ciberseguridad; y es que, cuando se trata de un coche que no es en propiedad -al estilo clásico-, los riesgos podrían ser mayores, especialmente a la hora de desvincularse del vehículo. Es por ello, que Pablo F. Iglesias, CEO de CyberBrainers, detalla brevemente con qué debe contar el vehículo para que se devuelva de forma cibersegura.
Desde un principio, determina que para impedir el uso tergiversado de la información del cliente cuando se devuelve el vehículo, es necesario definir bien un sistema accesible para el usuario. Por tanto, dice textualmente: «se trata de la necesidad de que la propia interfaz del vehículo cuente con un sistema de reseteo a fábrica, pero también que haya seguridad que los datos almacenados en caché se eliminan, y que no es posible recuperarlos sin credenciales de acceso en el mismo vehículo, o en un tercero».
Pero al mismo tiempo, comenta que es importante determinar unos controles que eviten que esta funcionalidad sea aprovechada, por ejemplo, para robar vehículos o consiguiendo que el antiguo cliente pague el servicio a los nuevos dueños legítimos. ¿Cómo harían eso?
Copiando los sistemas que tienen otros sistemas operativos, como Android e iOS. Estos solo permiten acceder a un terminal limpio, si antes de vaciarlo se eliminó la cuenta de usuario -para lo que es necesario volver a identificarse – o si tras la limpieza con los credenciales de acceso anteriores y, por tanto, podemos demostrar que somos sus legítimos dueños.