Fiat aceleró su proceso de electrificación, anunciando que será una marca totalmente eléctrica en el 2027 en Europa. La marca italiana ya cuenta con una gama completa de modelos electrificados, pero será a partir de 2024, cuando todos sus nuevos modelos solo estarán disponibles con propulsores “cero emisiones”.
En el primer semestre de 2022, el Fiat 500e es un eléctrico -el primero que lanzó la marca- que ya estodo un éxito para la marca, al haberse convertido en el coche urbano con cero emisiones más vendido en el mercado europeo. Es más, también se ha alzado hasta el tercer puesto entre los coches eléctricos más vendidos en Europa.
Los límites de emisiones de CO₂ son cada vez más restrictivos y para cumplirlos la opción más directa es dejar de producir y vender coches de combustión. Fiat, no es el único fabricante de coches que está pensando en un futuro 100% eléctrico, varias marcas a lo largo de los últimos años han anunciado su transición eléctrica y han puesto fecha al fin de sus coches de combustión.
Estos son los planes de las distintas marcas para producir únicamente coches eléctricos y dejar de lado los coches de gasolina o diésel:
El plan de electrificación de Audi, llamado Vorsprung 2030, proyecta un abandono gradual del motor de combustión y una mayor electrificación. A partir de 2026, solo se venderán nuevos modelos eléctricos en los principales mercados del mundo, mientras que en 2033 se acabará la producción de motores de combustión.
Volkswagen, por su parte, pretende ‘acabar’ con la combustión en el 2040, pero contando con una gama de coches eléctricos muy completa desde mucho antes, en 2030 -de hecho, en la actualidad ya tiene una oferta envidiable; uno de sus últimos anuncios ha sido el ID.2-.
Del mismo modo, la firma alemana, Opel se prepara para un futuro exclusivamente eléctrico, a partir de 2028 y como paso intermedio, a partir de 2024, todos los modelos del catálogo contarán con al menos una versión electrificada.
El gigante automovilístico estadounidense Ford, establece 2026 como el año en el que solo ofertará turismos híbridos enchufables o 100% eléctricos. Asimismo, si todo sale como está previsto, en 2030 la firma del óvalo dejará de fabricar versiones de combustión interna. Su último anuncio ha sido el Explorer… que, a diferencia de su antecesor, será un modelo mucho más compacto y, eso sí, completamente eléctrico.
Los superdeportivos de lujo también serán eléctricos. Al menos en el caso de Maserati. La firma del grupo Stellantis ha confirmado, a través de Davide Grasso, director ejecutivo de Maserati, que todos los vehículos que componen su flota serán electrificados en los próximos cinco años.
Jaguar, conocida por -entre otros- sus deportivos de sonido llamativo, se convertirá en una marca totalmente eléctrica a partir de 2025.
Volvo ha garantizado que todos sus modelos serán exclusivamente eléctricos en 2030 y además solo se venderán online. La firma de origen sueco y perteneciente al gigante automovilístico chino Geely espera que para 2025 el coche eléctrico sea la mitad de sus ventas globales, mientras que el resto serán híbridos.
Bentley planea abandonar los motores de combustión interna en 2030, convirtiéndose en una marca exclusivamente eléctrica.
Toyota, el fabricante japonés más grande tiene como objetivo completar la transición en 2035, apostando en este caso por fórmulas como el hidrógeno, además de los modelos con batería.
El grupo Jaguar-Land Rover pretende alcanzar la neutralidad de emisiones en 2039 y el primer cambio pasará por Jaguar. En 2025, el fabricante espera que todos los Jaguar sean eléctricos. Para el caso de Land Rover, el objetivo es menos ambicioso y apuntan que para 2030 el 60% de sus vehículos sean eléctricos.
Mercedes-Benz anunció hace ya más de un año que destinará 60.000 millones de euros hasta 2026 a la electrificación de la gama de vehículos de lujo de Mercedes-Benz. La firma apunta a ser totalmente eléctrica a finales de esta década, “siempre que las condiciones del mercado lo permitan”.
En concreto, en Europa el abandono progresivo de la fabricación de los coches de gasolina y diésel sigue estando en el centro de los planes de las grandes marcas y grupos automovilísticos, impulsados por una normativa de emisiones cada vez más estricta. Una transición encaminada a incentivar una clara mejoría medioambiental y una calidad del aire mucho más limpio, fomentando medios de transportes de bajas emisiones.