Compras inteligentes

Renault Kadjar Black Edition

Una serie especial a un precio muy interesante

Imagen tres cuartos delantero Renault Kadjar

Renault ya ha anunciado la denominación del que será su próximo gran lanzamiento: el Austral. Un modelo de tipo SUV y tamaño medio para competir en el segmento donde se desata una de las mayores rivalidades de todo el mercado, con modelos como el Hyundai Tucson, el Ford Kuga, el Seat Ateca, el VW Tiguan, el Peugeot 3008… o, cómo no, el Nissan Qashqai.

Es decir, la llegada del nuevo modelo, prevista para la próxima primavera, quiere decir que al Kadjar, su antecesor, le quedan unos meses de permanencia en el mercado. Y, sin embargo, eso no deja de ser una magnífica noticia porque se trata de un modelo que representa a la perfección lo que nosotros denominados ‘compra inteligente’ o, dicho de otra forma, cuál es la mejor forma de invertir tu dinero en un vehículo.

El Kadjar lleva entre nosotros desde 2015, incluyendo una actualizacion en 2018; dentro de la gama Renault vino a ocupar -un poco por precio, por dimensiones… y, en todo caso, por necesidad- el lugar del primer Koleos. Un modelo imprescindible, un buen ‘escudero’ del Captur y, al igual que su hermano pequeño, un modelo fabricado en España.

El Kadjar siempre ha funcionado bien; no ha sido un éxito ‘tremendo’, pero se ha mantenido en puestos altos del ránking de ventas por un tema principal: su buen precio. Siempre se le ha dado bien a la marca francesa lo de estudiar el mercado y ponerle una tarifa ajustada a sus productos, y en el caso de este SUV compacto ese hecho es más que evidente.

La nueva variante Black Edition se emplaza con un nuevo acabado de lujo, situado en lo más alto de la gama, combinado con el motor más potente de la gama y la caja de cambios automática; su precio habitual de tarifa sería de 34.320 euros, que se antoja una cantidad razonable para ser la versión top de la gama. Pero si financias con la marca, esa cantidad queda reducida a 26.317 euros o, lo que es lo mismo, 7.000 euros de rebaja y la certeza de que no vas a encontrar un modelo de este tamaño, potencia y equipamiento más asequible.

Basta decir, por lo tanto, que estamos a todas luces antes una compra muy inteligente; por lo tanto, hemos quedido saber en qué asectos un coche como el Kadjar, que el año que viene ya tendrá siete años en el mercado, sigue siendo un modelo plenamente vigente y en cuáles denota más el paso del tiempo, especialmente cuando se habla de tecnología.

Sigue siendo un modelo muy actual por…

En primer lugar, por el excelente trabajo que hacen motor y cambio; puede que el Kadjar sea un modelo veterano, pero su parte mecánica es magnífica, actual… y el resultado está ahí. Este SUV dispone del motor 1.3 turbo de gasolina, con turbo y cuatro cilindros que desarrolla 160 CV y que con diversas adaptaciones también puedes encontrar en varios modelos de Mercedes -como los Clase A y B- o en Nissan -sin ir más lejos, en el nuevo Qashqai-.

Hablamos de un coche de cierto tamaño -4,48 m de largo, 1,83 m de ancho y 1,60 m de alto- y peso -1.517 kg- que no es el más aerodinámico del segmento; pues, con todo, su velocidad máxima es de 205 km/h con una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,3 segundos; pero el buen rendimiento del propulsor no termina ahí. Con un consumo declarado en uso combinado de 6,2 litros, junto con un depósito de 55 litros, permite largos viajes con pocas paradas a repostar.

Con todo, no sólo son las cifras las que hacen buena a una mecánica: luego está el propio funcionamiento del motor. En una época en la que dentro de estas cilindradas comienzan a abundar los motores de tres cilindros, este de cuatro que lleva el Renault -con bloque y culatas de aluminio- demuestra ser muy equilibrado en el sentido literal de la palabra, pues vibraciones y sonoridad están muy contenidos. También destaca por su respuesta progresiva y bastante constante -hasta donde se inicia la zona roja, que es bastante pronto: en torno a las 6.000 rpm-. Y en todo esto también tiene su ‘parte de culpa’ el otro elemento de la ecuación: la caja de cambios.

Conocida por las siglas EDC, es la única que se ofrece con este propulsor: una caja automática de las de doble embrague y con siete velocidades. Puede que las haya más rápidas, pero es que el Kadjar tampoco lo necesita: suavidad ante todo, mucho agrado de conducción y tan sólo se le podría reprochar que no disponga de unas levas tras el volante, por si en algún momento queremos hacer uso de su función secuencial, subiendo y bajando de marchas de manera manual. Pero, claro… si compras un coche automático, lo suyo es que lo utilices siempre en modo automático.

Por lo que se refiere a tecnologías, vamos a ver que hay elementos que siguen funcionando razonablemente y otros que, por pura lógica de la edad del producto, no están presentes en este modelo y se harán de rogar hasta la llegada del Austral. Comenzando por el exterior, no falta ‘un clásico’ que popularizó hace ya 20 años, precisamente, Renault y que funciona muy bien: nos referimos al sistema de acceso y arranque manos libres, en este caso mediante el uso de un mando con forma de tarjeta y muy cómodo de llevar en cualquier bolsillo.

Como curiosidad, si quieres leer una prueba que elaboramos en colaboración con los expertos de EUROCYBCAR sobre este tipo de dispositivos Keyless, y cómo evitar de manera muy sencilla su gran cíber-vulnerabilidad, no dejes de ver la prueba que hicimos en vídeo.¿Una funda de 5€ evita que te roben el coche?

Interior Renault Kadjar

Y luego están los faros delanteros de leds, incluidos de serie -como casi todo- en esta variante Black Edition. Se denominan LED Pure Vision, disponen de una estética atractiva y dan un resultado excelente; su luz es clara, con un haz ancho y bien definido. Pocas veces, incluso cuando circulas por autopista, necesitas conectar la luz larga: el alcance de las cortas es más que suficiente para circular con total seguridad, incluso bajo condiciones climatológicas adversas.

De serie en este acabado, el Kadjar cuenta con la función de cambio automático entre luces cortas y largas -la marca lo denomina ‘Luces de carretera automáticas-. El principio de funcionamiento es que, con la ayuda de una cámara situada en la zona del retrovisor interior, el Renault puede detectar la presencia de tráfico cuando circula por la noche.

Puede tratarse tanto de coches que van por delante de ti como los que se aproximan de frente; cuando eso sucede, este SUV puede cambiar de luz larga a luz corta para no deslumbrar. El sistema funciona siempre que el vehículo supere los 40 km/h, la luminosidad exterior sea baja -por ejemplo, en una vía de circunvalación bien iluminada no se activará- y, por supuesto, cuando no detecte la presencia de otros vehículos.

Dentro del Kadjar el aspecto general es bastante sencillo, lo cual seguramente agradecerán muchos usuarios. No es de esos modelos que te abruma con grandes pantallas o con muchos botones: todo es sencillo, en general todo está bien dispuesto y la ergonomía se merece una nota bastante alta. En realidad, esto es así porque hay tecnologías que ya se ofrecen en Renault más modernos pero que en este no han llegado ni ya van a llegar por el mencionado cambio generacional que está a punto de producirse. Un buen ejemplo es la instrumentación, que sólo es parcialmente digital, concretamente lo que es la zona central -en la que se concentra la velocidad y el cuentavueltas-.

Sin embargo, eso no significa que no sea lo suficientemente completa -de hecho alberga un completo ordenador de a bordo e, incluso, funciones como la de medir la distancia en segundos que te separa del vehículo que circule por delante de tí- además de que resulta clara y sencilla de entender. Y luego está toda la parte multimedia; este sistema es un veterano pero que funciona realmente bien.

¿En qué nota el paso de los años?

Hablábamos de lo eficaces que son los faros y de cómo te facilitan mucho la conducción nocturna; sin embargo, las funciones más modernas -aunque para el usuario normal pueden ser prescindibles- aún no se ofrecen, como las luces matriciales, con las cuales podría circular de manera permanente con las luces largas, encargándose el propio vehículo de crear zonas de sombra sobre otros vehículos para no deslumbrarles.

Este modelo no puede contar con la instrumentación de 10,2″ que ya empieza a extenderse por toda la gama Renault -Clio, Captur, Mégane…- y que resulta más vistosa, configurable -de hecho, una de sus apariencias consiste en imitar el diseño clásico de un cuadro de mandos convencional-, ni tampoco con elementos como el HUD, lo cual es llamativo porque sí que lo empezó a incluir otro modelo de su misma época, el Mégane de la actual generación.

Lo que tampoco hay es un selector de modos de conducción, el llamado Multi-sense que sí ofrecen otros modelos de la gama; en el caso del Kadjar sí que hay un botón ‘ECO’ que, cuando se acciona, suaviza la respuesta del acelerador y también hace los cambios de marcha a una superior se hagan lo antes posible para no aumentar mucho las revoluciones y así favorecer unos buenos consumos.

Por lo que se refiere a la parte multimedia, el tamaño máximo de pantalla son las 7″ que lelva el dispositivo de este acabado Black Edition -un coche como el Clio ya se va a las 9″-; el R-Link no puede incluir actualizaciones remotas, llamada de emergencia o las funciones más completas de la app para móvil ‘My Renault’. Esto sucede por el simple hecho de que la conectividad en este modelo es inferior, por ejemplo, a la del mencionado Clio por no disponer de tarjeta SIM integrada, que le permitiese tener una línea telefónica y conexión a Internet -o también de llamada de emergencia-.

Finalmente, en lo que se refiere a asistentes a la conducción, los que por ahora no puede incluir el modelo son los dispositivos que le pudiesen dotar de un cierto nivel de autonomía; por lo tanto, no está disponible el control de velocidad adaptativo con función de parada en caso de encontrarse con un atasco. Lo mismo sucede con el control de seguimiento por la parte central del carril, ya que ambos podrían conseguir un nivel 2 de conducción autónoma. Este modelo te avisa si te aproximas a las líneas que delimitan el carril y puede efectuar correcciones en la dirección, pero no mantenerte de forma constante por el centro.

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