Cuanto más se prolonga en el tiempo la historia de un determinado modelo, más oportunidades surgen para que dicho modelo adopte filosofías diferentes a la que le dio la ‘vida’ por primera vez. Así ha sucedido con algunos, los cuales han llegado a cambiar varias veces de segmento y -especialmente- de aspecto.
Pero, cuando eres Land Rover y tienes en tus manos un emblema de la ‘first class’ de tu país, esto es algo que debes abordar con cierta delicadeza. Así, en sus más de cincuenta años de vida, hemos asistido a la apasionante evolución del Range Rover. Un camino a lo largo del cual, lo que comenzó como una interpretación más ‘cómoda’ del espíritu del Defender, ha transmutado en el referente entre los SUVs de lujo.
Ahora, ante un paradigma automotriz que nada tiene que ver con el de 1970 -ni, tampoco, con el de hace sólo un par de años-, el Range Rover se renueva en consecuencia. Afrontará su quinta generación con retos importantes que afrontar. Muchos de ellos, muy relacionados con la tecnología.
Con vistas a la ‘luz’
Aun a pesar de su evidente continuismo, la estética exterior ha sufrido una ‘normalización’ que ha eliminado por completo las aristas y protuberancias que pudieran quedar en la carrocería. A esta sensación de ‘monobloque’ contribuyen una parte delantera que estrena un paragolpes más ‘minimalista’ y, sobre todo, una trasera ‘simplificada’ al máximo, con un portón muy ‘limpio’ y una discreta firma lumínica. Como es costumbre, toda la gama Range Rover -incluyendo el Sport y el Velar– se actualiza al nuevo ‘aire de familia’.
A medio y largo plazo, las mecánicas de este modelo darán mucho que hablar. Ya de lanzamiento, parte con microhibridación en los dos diésel de la familia ‘Ingenium’ -D300 y D350-. Por encima, están el V8 gasolina P530 y los híbridos enchufables P440e y P510e. Estos últimos, según nos dice la marca, ven ampliada su autonomía en modalidad eléctrica hasta los 100 km. Un anticipo esperanzador de lo que veremos en 2024: el primer Range Rover completamente eléctrico.
Pueden pasar al salón
Tratándose del ‘buque insignia’ de la marca británica, no podemos menos que exigirle una subida de su listón tecnológico. Además de los refinamientos habituales -control de crucero adaptativo, mantenimiento del carril, detectores de ángulos muertos…-, el Range Rover introduce nuevos elementos harto curiosos.
Por ejemplo, una iluminación frontal en Led que puede evitar el deslumbramiento de hasta 16 coches que pudieran circular a su alrededor. Asimismo, la aplicación móvil InControl ofrece una opción ‘Remote Park Assist’ que te permite acometer la maniobra de estacionamiento… sin necesidad de estar sentado al volante.
En un interior a prueba de Covid -gracias a la tecnología activa ‘Nanoe X’ de filtrado de partículas-, la protagonista es la nueva pantalla flotante del sistema multimedia Pivi Pro. Con sus 13,1 pulgadas, incluye a la mismísima Alexa como asistente virtual a tu servicio… Y puede vincularse al equipo de audio Meridian Signature, con 34 altavoces -más ‘subwoofer’- y sonido en 3D. Ni siquiera sabrás lo que es la obsolescencia, pues el protocolo SOTA de actualizaciones ‘over the air’ mantendrá al día hasta 70 funcionalidades diferentes.
