Movilidad

¿Qué pasa con los 84.645 modelos ‘etiqueta cero’ que se vendieron en España en 2022?

Durante el año que acaba de concluir, se vendieron apenas 820.000 vehículos en el mercado español, una de las cifras más bajas en lo que va de siglo; pero hay un tipo de vehículos que mantienen su aceptación... pero con letra pequeña.

Imagen carga vehículo eléctrico

En un país en el que se han vendido más de 1,5 millones de vehículos en un año, hablar de ventas que apenas llegan a la mitad son el mejor ejemplo de que el mercado automovilístico no atraviesa el mejor momento. Y, desde luego, puede que haya motivos suficientes para que esas cifras sean desalentadoras -crisis energética, inestabilidad internacional, precio de los carburantes, aumento del coste de las materias primas y los vehículos, grandes listas de espera…-, pero también queda algún hueco para la esperanza, alguna lectura positiva.

Es el caso de los modelos electrificados, que continúan su progresión en nuestro país y que, incluso en un contexto tan complejo como el actual, han conseguido aumentar sus ventas un 19,1% hasta alcanzar un total de 84.645 unidades.

De todas maneras, la idea era que estos vehículos, ya sean de tipo híbridos enchufables o totalmente eléctricos, supusieran un total de 120.000 unidades durante 2022, cifra necesaria -como destacan desde ANFAC- para conseguir los objetivos de reducción de emisiones marcados por el PNIEC -Plan Integrado de Energía y Clima- para 2030.

Hay que decir que esas cerca de 85.000 unidades apenas suponen un 8,8% de la cuota del mercado total. Eso sí, si además se suman lo que se denominan ‘vehículos alternativos’, en los que ya estarían incluidos todos los vehículos con etiqueta ‘ECO‘ -híbridos auto-recargables, micro-híbridos o los que utilizan gas-, la cifra total asciende a 344.824 unidades. En estos momentos, ya representan la primera opción de compra, con un 35,84%, situándose por encima de los gasolina y diésel ‘convencionales’.

En cuanto a tipo de vehículos, los eléctricos ‘puros’ han supuesto unas ventas durante el año de 36.452 unidades, que aun siendo una cifra un 31,3% superior a la del año pasado, apenas representa una cuota acumulada del 3,79%. Por lo que se refiere a los híbridos enchufables, suman 48.193 unidades, que es un 11,3% más que en 2021, con una porción de mercado del 5,01%.

Los híbridos ‘convencionales’ siguen creciendo de manera paulatina -un 8,9%-, con unas ventas acumuladas en los últimos 12 meses de 243.267 unidades. Por último, los vehículos de gas ‘se desinflan’, perjudicados sin duda por el aumento del precio del gas natural; en concreto, se han vendido 16.901 unidades -en su mayoría de gas licuado-, lo cual representa un retroceso del 8,4% respecto al ejercicio anterior, con una cuota del 1,76%.

A modo de curiosidad, entre los modelos eléctricos se vendieron apenas 11 vehículos con tecnología de pila de combustible, lo cual demuestra que -de momento-, estos modelos no consiguen despuntar.

José López-Tafall, director general de ANFAC ha declarado que «las ventas de vehículos electrificados continúan al alza. Comparativamente con el año anterior, el mercado crece, pero el ritmo de penetración es extremadamente lento. En el último mes, se logra una cuota cercana al 10% sobre las ventas totales, cuando los electrificados tendrían que haber cerrado el año por encima del 14% de cuota para cumplir con los objetivos de descarbonización marcados por el Gobierno».

Ojo con la ciberseguridad de los eléctricos

Este este tipo de vehículos añaden un plus de tecnología en todo lo relacionado con su sistema de propulsión, que se suma a todas las que ya de por sí incluyen los coches en aspectos como la parte multimedia, de conectividad, de asistentes a la conducción…

Y eso, tal y como nos han contado los expertos del área técnica de EUROCYBCAR, se está traduciendo en que ya estén surgiendo ciberataques contra los sistemas eléctricos de los coches, los puntos de recarga, las apps para controlar y regular sus funciones a distancia… Y estos son algunos ejemplos:

Diciembre 2018: los cargadores son muy ‘débiles’

Kaspersky Lab ha encontrado que los cargadores para coches eléctricos tienen una vulnerabilidad que puede ser explotada por crackers. En caso de que ocurra, los atacantes podrían acceder a una red WiFi con el fin de alterar el uso de energía exigiendo un mayor esfuerzo al cargador.

Un atacante podría encontrar la dirección IP del cargador eléctrico, lo que les permitiría explotar cualquier tipo de vulnerabilidad. De esta manera, los posibles ataques contra esa infraestructura de carga podrían ser de todo tipo: desde deshabilitar la carga del coche, hasta incluso dañar la batería del coche eléctrico o de cualquier otro aparato conectado a la red eléctrica.

Marzo 2022: una guerra en los cargadores

Aparecen las estaciones de carga de vehículos públicas en Rusia con mensajes de apoyo a Ucrania y denunciando las acciones del presidente Vladimir Putin. El ataque sufrido por estas estaciones, produce que las pantallas informativas de los cargadores muestren los mensajes deseados, entre los que destacan «Slava Ukraini!», traducido como «¡Gloria a Ucrania!» o mensajes en contra de Putin. Los cargadores atacados se encontraban en las ciudades principales como son Moscú o San Petersburgo. Tras el ataque se inutilizaron los cargadores, sufriendo un Ataque DoS. Es decir, no permitiendo la recarga de los coches.

Se duda del origen de los ataques y el método empleado. Algunas fuentes apuntan al grupo de Hackers conocidos como “Anonymous”. Sin embargo, la compañía de energía rusa Rosseti, culpa a la empresa ucraniana AutoEnterprise, encargada de enviar piezas a los cargadores eléctricos. Según informan, habrían empleado una puerta trasera en el sistema de control de las estaciones. La empresa acusada, aumenta las sospechas publicando diferentes vídeos de las estaciones hackeadas con mensajes de apoyo.

Febrero 2016: una app para controlar varios eléctricos

El investigador de seguridad Troy Hunt demuestra que basta con saber el número VIN -de bastidor- de una unidad de este modelo eléctrico de Nissan y tener algunos conocimientos básicos de desarrollo web para, mediante la aplicación de la marca Nissan Connect EV, se pueda acceder al control de la climatización y a la información de los viajes y trayectos efectuados por cualquier Nissan Leaf -en cualquier parte del mundo- que también utilizase la aplicación NissanConnect EV. También hay que decir que Nissan dejó de ofrecer el servicio mientras duraba el problema y que en aquel entonces afectaba a unidades de la anterior generación del Leaf.

Enero 2018: un cargador, un elemento de riesgo

Mathias Dalheimer expone las vulnerabilidades que tienes las estaciones de carga para vehículos eléctricos. Este tipo de infraestructuras, antes de que comiencen a funcionar, necesitan de la identificación del usuario, para lo cual se debe utilizar una tarjeta con sistema NFC que va asociada a la cuenta del propietario y permite abonar el importe de la recarga.

El problema es que la seguridad de ese sistema es demasiado simple, el protocolo utilizado por las estaciones está basado en HTTP, el cual no cifra las transacciones. A eso se debe añadir que las estaciones de carga analizadas por Mathias cuentan con puertos USB por donde se puede extraer información fácilmente. Por ejemplo, un delincuente podría hacerse con números de identificación de las tarjetas, que luego podrá emplear para otras transacciones. También puede tomar el control completo de la estación de carga.

Mayo 2021: cómo conseguir carga gratis

Un grupo de investigadores perteneciente al consorcio tecnológico chino Tencent logran crear un dispositivo que, colocado entre el vehículo y el punto de carga, permite ignorar la pasarela de pago de este último y, directamente, desbloquearlo para comenzar la recarga. Terminada su investigación, los hackers remitieron los resultados a las compañías proveedoras de los puntos para facilitar su mitigación.

Novimebre 2020: ‘jugar’ con el punto de carga

El equipo de SwRI realizó su experimento sobre un coche eléctrico equipado con un cargador del tipo J1772 -también conocido como Tipo 1-. La marca y el modelo del vehículo no ha sido revelada.

En su investigación llevaron a cabo tres manipulaciones: limitar la velocidad de carga, bloquearla y sobrecargar el sistema. Lo lograron mediante un ataque de intermediario -o «man-in-the-middle», MITM-. Este ciberataque manipula el flujo de datos entre un emisor y su receptor para manipular el proceso. Otro ejemplo de un ataque MITM es el robo de vehículos a través de los sistemas de apertura ‘keyless’ -es el ciberataque a vehículos más habitual-.

Febrero 2020: ¿pueden provocar un gran apagón?

Las estaciones de carga de los vehículos eléctricos constituyen todo un punto de conexión entre los coches y el suministro energético de una ciudad…

En consecuencia, tienen el potencial para convertirse en puertas de entrada de los hackers maliciosos en dicha red. Así lo ha alertado en un artículo científico un equipo de investigadores de la Escuela de Ingeniería Tandon, dependiente de la Universidad de Nueva York.

Para llegar a esta conclusión, los investigadores emplearon datos de diversos organismos oficiales sobre el uso de las estaciones de carga en Manhattan. También consultaron información sobre la configuración de la infraestructura energética en la isla. Con estas cifras en la mano, calculan que bastaría con que mil vehículos se estuvieran cargando simultáneamente para que un ciberataque provocara un apagón de enormes dimensiones en la ciudad. No hay que olvidar que, en los últimos tiempos, las redes de suministro eléctrico ya han sufrido ataques a manos de hackers: Fue el caso en Ucrania en el año 2015.

En este caso, los hackers falsificaron las señales entre el cargador y el vehículo. Según el comunicado que ha publicado SwRI, el hardware y el software que utilizaron era de bajo coste.

Cuando sobrecargaron el sistema, el software de gestión de la batería del coche eléctrico detectó un nivel de potencia demasiado alto y desconectó automáticamente la carga. En segundo lugar, para limitar la carga, el dispositivo atacante solicitó la carga más pequeña permitida -6 amperios- para reducir drásticamente la tasa de carga. Por último, cuando bloquearon la carga de la batería, una señal de detección de proximidad impidió el proceso y mostró la advertencia: «No se puede cargar».

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