Con la transformación del mundo del automóvil hacia una era de conectividad y digitalización, la carrera hacia una conexión V2X -vehicle-to-everything, es decir, del vehículo con todo lo que le rodea- viable y cibersegura esta iniciada.
La posibilidad de realizar conexiones con otros vehículos, infraestructuras o otros dispositivos podrían impulsar el vehículo completamente autónomo, ya que facilitarían la toma de decisiones del algoritmo, por ello, la conectividad de los vehículos con el entorno es una clave por resolver.
Una posibilidad para conectar los vehículos con los diferentes actores es el VANET -Vehicular Ad Hoc Network-, que se basa en utilizar los propios vehículos como nodos de comunicación, realizando una comunicación descentralizada.
Es decir, los vehículos en vez de realizar una conexión con una estación de comunicaciones -del mismo modo que se realizan las comunicaciones de nuestros teléfonos móviles-, se conectarán directamente entre ellos sin ningún intermediario.
Estas redes vehiculares en fase de desarrollo facilitarán una conexión rápida entre vehículos con diferentes velocidades, posibilitando comunicar alertas predictivas de incidentes, cambios meteorológicos…
Por otra parte, estas redes deberán diseñarse de forma cibersegura, ya que podrán sufrir ataques de DDoS -Distributed Denial of Service, es decir, de denegación de servicio que lo haga que deje de funcionar- o Sybil. Este último ataque trata de crear y suplantar nodos no existentes en la red, con la intención de influir en los demás vehículos, creando alertas falsas o congestiones de tráfico inexistentes.
Para lograr esta red VANET, todavía deberán avanzar las tecnologías de la comunicación inalámbrica, siendo más eficientes, asequibles y ciberseguras. Con el vehículo autónomo asomando por la ventana, esperemos que la conectividad vehicular crezca de forma exponencial y se pueda disfutar de unas carreteras seguras y ciberseguras.
Mikel Bilbao Hernández / Área Técnica EUROCYBCAR