Los dispositivos electrónicos cada vez están más presentes en la rutina de todas las personas, desde smartphones, televisiones inteligentes, vehículos conectados…
Gran parte de estos dispositivos hacen uso de las comunicaciones inalámbricas para su funcionamiento, como el Wi-Fi o el Bluetooth, emitiendo ondas electromagnéticas que se propagan por la atmósfera.
Las ondas electromagnéticas son oscilaciones de los campos electromagnéticos, que transportan energía de un lugar a otro. Así, mediante las características de estas ondas -como la amplitud o la frecuencia-, se pueden codificar mensajes de todo tipo, convirtiendo los mensajes binarios en ondas mediante protocolos estandarizados.
Por ello, cualquier modificación o perturbación que afecte a la onda, como pueden ser las interferencias de otros dispositivos, puede afectar a la información codificada que se transmite en la onda, imposibilitando la completa o correcta decodificación del mensaje.
Para que las ondas electromagnéticas no se vean afectadas por las demás ondas, existe una normativa de la compatibilidad electromagnética -EMC, de Electro Magnetic Compatibility-, regulada por Comisión Electrotécnica Internacional 61000-1-1 y por la Directiva 2014/30/UE en la Unión Europea.
Así, las comunicaciones inalámbricas están protegidas contra perturbaciones involuntarias de otros dispositivos, garantizando un diseño correcto y compatible con el entorno.
Mediante esta estandarización, se regula que tanto los dispositivos de emisión de ondas electromagnéticas no emitan señales residuales que perturben otras ondas, como la capacidad de los receptores de poder filtrar porcentajes pequeños de perturbaciones.
No obstante, los atacantes que actúan al margen de la ley utilizan inhibidores de señales, que tratan de perturbar cualquier señal existente para que el receptor no pueda interpretar el mensaje recibido.
Por ello, la compatibilidad electromagnética no garantiza la ciberseguridad de las comunicaciones inalámbricas ante un DoS, pero sí establece un entorno seguro donde los usuarios no realicen denegaciones de servicio involuntarias entre ellos.
Mikel Bilbao Hernández / Área Técnica de EUROCYBCAR