La automoción moderna ha apostado por la tecnología -como bien demuestran las cifras-, no ya únicamente como manera de optimizar sus procesos fabriles, sino también para reducir la contaminación que su labor deja en el entorno.
En los últimos tiempos te hemos hablado de fabricantes que han modernizado sus plantas -o construido otras nuevas– con la meta de que su actividad no deje lo que los técnicos han venido en llamar ‘huella de carbono’. Evidentemente, en una fábrica de coches sigue siendo necesario emitir humo… por ejemplo, en procesos como el ‘horneado’ de la pintura. Ello nos deja preguntándonos cómo funciona en realidad este concepto de la ‘huella neutra de carbono’.
Básicamente, se trata de un ‘juego de suma cero’. Es decir, que por cada gramo de CO2 emitido a la atmósfera, es preciso realizar alguna acción ecológica que lo compense. Muchas marcas consiguen esto asegurándose de que la energía empleada procede de fuentes renovables. Sin embargo, otras prefieren pasar a la acción… y restituir el daño ocasionado directamente sobre el terreno.
Combinando ecología y empleo
Esta última vía es la que ha elegido el Grupo PSA. En colaboración con dos asociaciones locales, ha llevado a cabo un pequeño plan de reforestación en el departamento de Loiret, próximo a París y rodeado de parques naturales. El esfuerzo conjunto de las tres entidades ha permitido reconstruir una superficie de cuatro hectáreas –poblada por pinos y robles– en la localidad de Neuvy-en-Sullias, que quedó arrasada en 2018 tras una tormenta.
Como bien recuerda Bernadette Vallée -directora de Duramen, una de las organizaciones participantes-, «los bosques son ecosistemas amenazados en todo el mundo. En Europa -y, especialmente, en Francia- tenemos suerte de poseer garantías de administración sostenible para nuestros bosques, pero no es suficiente. Para que los hábitats forestales tengan futuro, necesitamos hacer un gran esfuerzo plantando más árboles que refuercen la presencia de especies adaptadas al cambio climático».
Para Karine Hillaireau -delegada general de la Fundación PSA-, el proyecto también ha supuesto una posibilidad de inclusión laboral: «Neuvy-en-Sullias tiene ahora el turno para recibir a personas que están intentando acceder de forma activa al mercado laboral. Nos enorgullecemos de contribuir al proyecto proporcionando una solución de movilidad a los trabajadores y, por tanto, abriendo para ellos nuevas oportunidades de empleo».