De cara a la prohibición de vender coches nuevos de combustión a partir de 2035, la Comisión Europea podría abrir la puerta a aquellos combustibles que no generen emisiones perjudiciales. Así lo admitió el vicepresidente de la CE, Frans Timmermans, en un discurso oficial.
Timmermans habló de la “posibilidad de matricular vehículos con motores de combustión solo si sus emisiones son nulas”, aunque añadió que probablemente los costes no compensarían a los constructores.
Esta “manga ancha” habría llegado gracias a la presión de fabricantes como Porsche. La firma alemana se ha convertido en una de las mayores defensoras de los “e-fuels”. Mientras esta marca analiza el potencial del hidrógeno como uno de esos combustibles limpios, ha proporcionado una estimación de cuanto costarían estos productos sintéticos.
El CEO de Porsche, Oliver Blume, calcula que el precio del combustible sintético se situará por debajo de los dos dólares por litro. Esto lo situaría a la par con los precios actuales de la gasolina, teniendo además en cuenta que, en estos momentos, existe aproximadamente la paridad entre el dólar y el euro.
Blume cree que el precio definitivo dependerá “del nivel de producción que haya en el futuro. Si se hace a escala industrial, será posible alcanzar un precio inferior a dos dólares”. Pensemos que, en noviembre de 2020, el precio estaba en 8,85 euros por litro. Por su parte, en marzo de 2021, Bosch hizo su propia predicción: para 2030, cada litro de “e-fuel” costaría tan sólo 1,20 euros.
Razones para un futuro sintético
Una de las ventajas de los combustibles sintéticos es que se podrían adaptar los vehículos de combustión actuales para que funcionaran con estos carburantes alternativos. Hace dos años, Blume recordaba que «el 70% de los coches que hemos fabricado aún están en la carretera«.
También se beneficiarían los aviones y los grandes barcos, medios de transporte para los que, hoy por hoy, las baterías se quedan cortas. La asociación FuelsEurope, en la que participa la práctica totalidad de los productores de petróleo de la Unión Europea, estima que el combustible sintético contribuiría a reducir las emisiones de CO2 en 100 millones de toneladas para 2035; o lo que es lo mismo, el equivalente a lo que conseguirían 50 millones de vehículos eléctricos.
Además de su motor alimentado por hidrógeno, existe otro proyecto que revela las intenciones de Porsche. La marca ha instalado una planta en Punta Arenas -Chile– capaz de producir 130.000 litros de combustible sintético al año. La factoría pertenece a la empresa HIF Global, en la que, este año, Porsche ha invertido cerca de 75 millones de dólares.
La energía que requieren estas instalaciones se generará mediante sistemas eólicos, aprovechando las rachas de viento de hasta 120 km/h de la zona. De momento, los combustibles producidos en esta fábrica se destinarán a competición, pero a continuación llegarían a modelos de calle. HIF Global tiene planes para abrir plantas similares en Australia y EE.UU.