Hace ya un par de años que saltó la noticia: un vehículo había sido utilizado para acosar a una persona. ¿El culpable? Un australiano que confesó haber espiado los desplazamientos en coche que realizaba su expareja, además de la ubicación del automóvil en tiempo real.
Todo gracias a una aplicación móvil vinculada con el coche que mostraba en el smartphone del acusado toda esa información. Gracias a ello, el hombre pudo tener controlados todos los movimientos de su antigua novia.
Cyberstalking, un problema creciente
Aunque sí es novedoso que este tipo de intromisiones en la intimidad tengan como protagonista a un coche, estas situaciones de acoso no son nuevas. Se conocen como cyberstalking, un concepto que se puede definir como el acoso, el espionaje o la intimidación a través de dispositivos tecnológicos o de Internet.
Para el ‘stalker’ -el acosador-, Internet es un gran aliado porque la mayoría de las personas difunde parte de su vida y determinados datos personales de forma abierta en sus redes sociales. Es decir, espiar puede ser tan sencillo como seguir las cuentas de Twitter, Facebook e Instagram de la persona a acosar.
¿Cómo evitarlo?
Por eso, los expertos en ciberprevención de DPC360 advierten que «es vital» mantener tu información personal privada. Básicamente, se trata de «que monitorear tu actividad online o localizarte físicamente sea más complicado» explican estos expertos en prevención y proteccion cibernética.
En el caso de un divorcio en el que uno de los implicados sospeche que su expareja le está espiando o acosando -como en el ejemplo que abre este artículo- los expertos piden aumentar las precauciones: «Revisa tus redes sociales, utiliza localizaciones falsas cuando subas tus publicaciones y no confirmes que asistirás a un evento en tal sitio».
Desde DPC360 también consideran que hay que tener mucho cuidado con las contraseñas tras una ruptura sentimental. Por eso, recomiendan cambiar todas las claves y utilizar un gestor de contraseñas. Este tipo de herramientas permiten almacenar, gestionar e incluso generar contraseñas seguras. Usar una de estas aplicaciones sería útil «para protegerte de una expareja, incluso aunque pienses que él o ella no haría nada de esto o que no conoce tus contraseñas».
¿Y en los coches?
Y sobre el caso concreto de cyberstalking a través de un coche, el problema está en los datos que recopilan las aplicaciones de los fabricantes de vehículos y quién puede consultarlos. Este tipo de app son cada vez más frecuentes y ofrecen al usuario diversas funciones. Las posibilidades exactas dependen de cada modelo de coche concreto. Pero las más habituales son geolocalización, registro de rutas pasadas o abrir y cerrar el coche y arrancar su motor desde el móvil.
Desde DPC360 afirman que «los fabricantes deberían ofrecer mucha más transparencia» y dejar claro si la geolocalización se está registrando y si es posible activar y desactivar esa funcionalidad. «Otra opción es dar a los usuarios la posibilidad de eliminar su histórico de desplazamientos en ese tipo de app o en el sistema multimedia, e incluso realizar un reseteo completo del sistema -devolverlo a su estado de fábrica-» concluyen los expertos.