
Con la llegada de una nueva ola de frío, es necesario recurrir al sistema de climatización del coche para estar a gusto en el interior del vehículo. Sin embargo, aunque resulte sorprendente, hay muchos usuarios que no hacen un uso adecuado de la calefacción, lo que puede afectar el funcionamiento del vehículo y aumentar el consumo de combustible. ¿Como utilizar de manera correcta este dispositivo?
Según nos cuentan desde ALD Automotive, la temperatura ideal para el interior del coche es entre 19 y 22 grados, tanto en invierno como en verano. Temperaturas más altas pueden provocar somnolencia y fatiga en el conductor, además de que generan un mayor desgaste del motor del sistema de climatización, lo que acorta su vida útil.

Hay que tener en cuenta que antes de arrancar el coche, es importante asegurarse de que los conductos del radiador no estén obstruidos. Una vez puesto en marcha, debemos esperar unos minutos antes de conectar la calefacción, ya que el sistema de climatización está ligado al motor y necesita que este adquiera cierta temperatura para funcionar de manera correcta.
De cara a mejorar la distribución del aire caliente dentro del habitáculo, se recomienda orientar la salida de la calefacción hacia los pies. De esta forma, el aire caliente tiende a subir y calentará el resto del habitáculo.
Aunque es muy común utilizar estas prendas en la estación en la que nos encontramos, no se debe conducir con abrigos ni guantes, ya que limitan la movilidad del conductor y su capacidad de reacción en caso de emergencia, además de que puede provocar que el cinturón de seguridad no retenga el cuerpo de manera correcta. Eso y que te pueden multar con hasta 200 € por infracción, en su lugar, se recomienda usar ropa cómoda y ligera para mantenerse calientes en el interior del vehículo.
Por último, dos cosas que debes saber de la calefacción: si los cristales del vehículo se empañan, es buena combinar la climatización con el aire acondicionado, porque reduce la humedad. Por otro lado, no hay que olvidar que la calefacción en muchos vehículos eléctricos supone una merma considerable de su autonomía, que puede rondar entre el 5 y el 10% mientras la lleves conectada.