El pasado mes de julio, el Congreso de los Diputados aprobó una reforma del impuesto de gases fluorados. La medida forma parte de las impulsadas por el Gobierno para fomentar el ahorro energético, a través del Real decreto-ley 14/2022. Se trata de la misma ley que obliga a apagar los escaparates de las tiendas a partir de las 22 h, y a mantener los aparatos a una temperatura de 27 grados en establecimientos comerciales.
¿Por qué afecta a los automóviles?
Como consecuencia del nuevo impuesto, a partir del 1 de septiembre, cualquier aparato de aire acondicionado, congelador o equipo de refrigeración verá incrementado su precio en un 10%. Dado que, hoy en día, el aire acondicionado se ha convertido en un equipamiento casi imprescindible en cualquier coche nuevo, el impuesto afecta directamente al sector de la automoción. En realidad, todo actor que trabaje con gases fluorados se verá obligado a aplicarlo; generalmente, será porque fabrica, importa, adquiere o instala equipos de refrigeración.
Hasta ahora, este gravamen sólo afectaba a los vendedores de los aparatos. Pero, con la reforma de la ley, alcanza a la industria del motor, la hostelería, los supermercados, grandes almacenes… Ante esta repercusión, organizaciones empresariales como la Asociación de Empresas del Frío y sus Tecnologías (AEFYT) presentaron numerosas alegaciones al anteproyecto. Temen su fuerte impacto en tantos sectores de la economía española.
Además, una empresa siempre debe tener cuidado con su obligación de inscripción en su registro territorial para el Impuesto sobre Gases Fluorados de Efecto Invernadero. Si no cumple con ella, se puede llevar hasta 1.500 euros de multa.
Difícil escapatoria
Fuentes de la industria calculan que la aplicación del impuesto de gases fluorados a los automóviles encarecerá su producción entre un 5 y un 10%. También prevén que, prácticamente, será el comprador quien le costee al fabricante la nueva carga fiscal. La mayoría de los modelos ya incluyen el aire acondicionado de serie desde su acabado más básico. Asimismo, si te compras un eléctrico, aunque encuentres uno sin aire será imposible que te libres, ya que sus sistemas de bomba de calor incorporan gases fluorados igualmente sujetos a este gravamen. No obstante, todavía existen algunas contadas formas de evitarlo. Una de ellas es el Dacia Sandero con acabado Essential, en el que la climatización es opcional por 440 euros más.
El gas fluorado sirve para enfriar el aire, antes de expulsarlo al habitáculo o sala. Circula por las dos conducciones que tiene un aire acondicionado doméstico, tanto si está instalado en un coche como si es un aparato para una tienda o nuestro salón. Mientras tanto, en un hueco dentro del aparato entre los dos conductos, se concentra el aire caliente para su expulsión al exterior.