Lotus nombraba hace poco tiempo como su nuevo director de diseño exterior a un habitual de las marcas exclusivas británicas. John Paul Gregory se incorpora al Centro Técnico Creativo de Lotus -Lotus Tech Creative Centre, LTCC– en dicho cargo.
El equipo del LTCC, situado en la localidad inglesa de Coventry, se ocupará de los detalles de diseño de la próxima hornada de eléctricos de la marca. Está liderado por Ben Payne, otro fichaje reciente de la firma, tras salir del centro de diseño en el Reino Unido de la china Geely en febrero de 2022. El LTCC tiene que colaborar con los especialistas del otro equipo de diseño de Lotus: el de los superdeportivos, situado en Hethel.

Un CV con grandes marcas
Este graduado con honores en Diseño del Transporte por la Universidad de Northumbria, cursó también un Máster en Diseño Automotriz en la Universidad Hochschule Pforzheim, en Alemania. inició su andadura profesional como diseñador de exteriores en Volkswagen.
Más recientemente, Gregory procede de puestos de responsabilidad de diseño en Aston Martin y Bentley. En la primera de estas compañías, sólo ha pasado siete meses como director de diseño. En la segunda, en cambio, estuvo 13 años -hasta enero de 2022-, y se le puede atribuir gran parte del mérito de la apariencia exterior de los Bentley actuales.
Gran parte de su papel en Bentley consistió en supervisar el paso de la marca de unas formas redondeadas a otras más angulosas. Pero sobre todo, en Bentley Gregory tenía que contribuir a demostrar que hasta una firma de superlujo se preocupaba por la movilidad del futuro.
El principal resultado fue el prototipo EXP 100 GT con el que, de paso, se conmemoraba el centenario de Bentley. “Decidimos usarlo como una oportunidad […] para establecer qué tipo de marca queremos ser en el futuro. Queríamos enseñar qué tipo de coches pretendemos hacer”, contaba Gregory hace casi dos años en una entrevista para la web “Gear Patrol”.

Su visión de los eléctricos
En esa misma conversación, Gregory lanza otra declaración de intenciones más desafiante: “los coches eléctricos no tienen por qué ser cajas sin alma“. Ello a pesar de que reconoce que conllevan “sus constreñimientos técnicos”.
No obstante, éstos también aportan sus ventajas: Gregory sostenía que, gracias a las dimensiones de cualquier Bentley, los diseñadores se podían permitir apartar las baterías hasta ofrecer “un interior único y configurable”. Por otra parte, la arquitectura eléctrica también impone determinadas proporciones al exterior del vehículo.
En particular, “el parabrisas delantero se encuentra mucho más adelantado de donde estaría normalmente. En un modelo de combustión “tendrías esos enormes capós porque dentro hay motores enormes, y el parabrisas queda muy retrasado”.
Para Gregory, trabajar en Bentley fue “un gran privilegio como diseñador, pero también como británico”. Con Aston Martin y Lotus, completa un currículum inequívocamente “british”. ¿Algunas de las máximas que guían su trabajo? Gregory dio pistas en declaraciones al medio Robb Report, de Singapur.
“Nunca deberíamos seguir tendencias que puedas ver por toda la industria de la automoción. Tenemos que pensar en un diseño intemporal. Tenemos que visualizar este coche en el “Concours d’Elegance” de dentro de 50 años y tener a todo el mundo diciendo: ‘vaya, diseñaban coches preciosos en aquella época'”.