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Qué hemos visto en el interior del nuevo Mercedes Clase A

Hace ahora 21 años, Mercedes decidió cambiar para siempre su imagen de marca con el lanzamiento de la primera generación del Clase A.

Mercedes-Benz Clase A

Con el tiempo, este coche fue evolucionando, creciendo en tamaño y se terminó transformando en un compacto que, desde 2012, lucha con vehículos de la talla del Audi A3 o el VW Golf.C

Cómo cambiar (a mejor) la historia

En verano de 2018, el fabricante de Stuttgart va a la lanzar la que será la cuarta generación de su Clase A (modelo del que Mercedes ya lleva vendidas más de tres millones de unidades en todo el mundo desde su aparicion).

Seguirá enmarcado dentro del mismo segmento del mercado, pero la marca germana quiere incrementar la imagen lujosa, premium y refinada de su producto. Y lo va a hacer, principalmente, apostando por un interior mucho más trabajado, tanto desde el punto de vista del diseño como del de la calidad o el equipamiento, sin olvidar que el habitáculo va a ser más amplio y espacioso (uno de los puntos mejorables del modelo que aún sigue a la venta).

Mercedes-Benz A-Klasse, W177

Comenzando por el diseño se busca, sin lugar a dudas, mantener esa tendencia de rejuvenecimiento de la imagen de Mercedes y, de paso, encajar mejor con el perfil tipo de los compradores de los coches de este segmento.

Un público cuya edad media, según la marca, se ha visto reducida en 13 años entre el momento en el que la anterior generación de este automóvil vio la luz y el momento presente. Según el jefe de diseño de Daimler AG, Gorden Wagener, el interior pretende dar una imagen de “lujo moderno, hasta ahora desconocido en este tpo de modelos”.

Queda claro que el protagonismo principal recae en el escultural salpicadero, de formas muy verticales, poco intrusivo y con dos zonas claramente diferenciadas. En la parte superior, las versiones más equipadas disponen de una doble pantalla de 10,25” (eso equivale a un tamaño de 26 cm), de las cuales una se encarga de mostrar todo tipo de información al conductor (básicamente la instrumentación configurable), y otra en la consola central, se utiliza para manejar, con la ayuda de un mando tipo ratón situado entre los asientos delanteros, gran parte de las funciones del vehículo (equipo de sonido, navegador, telefonía, climatización…); en las variantes básicas, el tamaño de las pantallas se reduce a 7”.

Quizá lo más chocante es que esos displays ya no van recogidos o cubiertos por una capilla superior, sino que dan cierta apariencia de flotar.

También hay detalles muy trabajados, como las salidas de aireación (hay cinco en total) inspiradas en la turbina de un avión, el sistema de iluminación ambiental con led’s que permite escoger entre 64 colores, el volante inspirado en el del lujoso Clase S o los materiales empleados para las inserciones y que, en opción, pueden ser de auténtica madera, por ejemplo.

Mercedes-Benz A-Klasse, W177, 2018

Mención aparte se merecen los nuevos asientos delanteros. Hay tres opciones para elegir: los de serie, unos ergonómicos con mayor número de regulaciones (hasta 20) y otros deportivos.

Según el elegido, el asiento puede incluir calefacción y ventilación, ajustes eléctricos, masaje y también puede ser ‘activo’ (es decir, gracias a unas bolsas de aire que se inflan en su interior ofrecen mayor sujección al cuerpo en las curvas).

El puesto de conducción también se beneficia del progreso en visibilidad. Por ejemplo, todos los pilares son ahora más finos y sus recubrimientos interiores menos voluminosos, de tal manera que se reduce un 10% los puntos ciegos (algo que contribuye a la seguridad).

Además, los retrovisores laterales ahora van anclados no a la zona de la ventanilla, sino a la puertas, mientras que el alerón posterior ha sido diseñado para que la escobilla limpiaparabrisas sea más eficaz y barra mayor superficie en caso de lluvia o suciedad.

Este nuevo Clase A también es claramente más amplio en la totalidad de sus cotas; con el metro en la mano descubrimos que hay más espacio para los hombros, tanto en las plazas delanteras (9 mm) como en las traseras (22 mm), al igual que para los codos (35 mm delante y 36 mm detrás) o para las cabezas (7 mm delante y 8 mm detrás).

Pero eso no es todo, ya que el espacio para carga se incrementa en 29 litros (debido a que ahora hay una zona de carga 11,5 cm más larga), llegando a los 370; la practicidad se beneficia de un asiento trasero abatible en dos o tres mitades y cuyo respaldo puede ajustar varios grados su inclinación para ganar un extra de volumen en la zona de carga o en la de los pasajeros.

Además, ahora es más fácil introducir objetos de gran tamaño, porque el portón posterior es nada menos que 20 cm más ancho que en su antecesor.

Mercedes-Benz A-Klasse, W177, 2018

Con su tamaño y formas cúbicas, la marca asegura que cabe sin problema un carrito de niño, una bicicleta de adulto a la que se le hayan desmontado las ruedas, una bolsa de palos de golf (o dos, si se retira la bandeja cubre-equipaje)… o dos cajas más de bebidas si se compara con el anterior modelo.

Otra cosa que nos ha llamado la atención es que ahora los pasajeros cuentan con huecos de mayor tamaño en los que depositar objetos, como el situado en la parte baja de la consola central (donde cabe una billetera, el móvil, el mando del garaje), que se complementa con otro para botellas de medio litro y espacios en las puertas delanteras donde se puede alojar una botella de litro y medio (en las traseras caben de un litro) o revistas en tamaño A4.

¿Dos detalles muy curiosos? Ahora el libro de instrucciones tiene un tamaño más reducido, para aprovechar mejor la guantera principal, mientras que en todas las puertas hay unos alojamientos para los chalecos reflectantes, de tal manera que los pasajeros los tienen muy a mano por si tiene que salir del vehículo debido a una avería en mitad de la carretera.

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