A día de hoy, la fábrica que Nissan posee en la región de Sunderland -en el Reino Unido– es una pieza clave de su presencia en Europa. De sus cadenas de producción salen, entre otros, decenas de ejemplares del eléctrico Leaf, listos para hacer del mundo un lugar más sostenible.
Echando para atrás el reloj, parecería que fue ayer. Pero han pasado ya 35 años desde que esta factoría comenzó a funcionar. Algunos de los que aún hoy están, formaron parte de aquel emocionante momento de comenzar la producción. Máquinas entonces nuevas y relucientes dieron forma, en 1986, a las primeras unidades del Bluebird.
A caballo entre un compacto y una berlina, supuso el primer acercamiento de la marca nipona a los gustos del mercado europeo. Y, desde aquel rincón de Inglaterra, llegó a los concesionarios de todo el continente -también a los españoles de la recientemente extinta Motor Ibérica-.
Un ‘sueño eléctrico’ que une dos épocas
En los pequeños ‘micromundos’ que son las fábricas de coches, puede suceder de todo. Y el hecho de que los trabajadores ‘a pie de línea’ le tomen cariño al producto que ensamblan es un fenómeno muy recurrente. Máxime en el caso del Bluebird, icono de una época que -suponemos- no pocos de ellos considerarán ‘más feliz’…

Tal vez por ello, han querido aprovechar el aniversario para rescatar del olvido a su ‘Pájaro Azul’, con un ‘restomod’ muy único y especial. A simple vista, aparenta una fiel restauración del modelo original, sin nada fuera de lo esperado. Pero la insignia ‘Newbird’, en su verde chillón, delata que algo ha cambiado en esta ‘vuelta a la vida’… Y, en efecto, así es. Bajo el capó, el motor de combustión original -posiblemente, un CA18DE- se ha visto reemplazado por la planta propulsora del actual Leaf.
Gracias a la ayuda de Kinghorn Electric Vehicles -un especialista en este tipo de conversiones, radicado en la misma región-, la transformación no deja casi ningún rastro: en el panel de instrumentos, el indicador del antiguo depósito marca ahora la energía que queda en la batería. Y, para recargarla, basta con descubrir el enchufe situado bajo la tapa que, antaño, protegía el bocal de llenado.

Si queremos encontrar más cambios, tenemos que mirar al ‘Newbird’ con lupa. Por ejemplo, la suspensión es completamente nueva, más preparada para soportar el peso de las células de energía. Asimismo, elementos como la dirección asistida, los frenos o la calefacción -accionados, anteriormente, por circuitos hidráulicos o de correas- se han replanteado para funcionar sólo con electricidad. De todas estas ‘reformas’ se hace eco, en el exterior, una ‘retroiluminación’ en Led que envuelve el emblema de la calandra frontal. Eso sí, sólo se enciende cuando el coche está parado. Que, por mucho menos, a otros ya los ‘abroncaron’…