Que la industria automotriz está cambiando por completo, es algo que ya no coge de sorpresa. Un automóvil futuro conectado, eléctrico y autónomo, se da por sentado. Pero pocas veces podemos congratularnos con un final feliz para una marca que tenía muy negro su porvenir a medio plazo.
Y, sin embargo, ha ocurrido: podemos decir que Mitsubishi continuará en Europa… y, además, con savia renovada. Todo gracias a una revolución ocurrida en una marca tan -aparentemente- lejana como Renault. ¿’Efecto Mariposa’? No, más bien cabría llamarlo ‘Efecto de Meo’.
No en vano, el recién nombrado CEO del rombo ha hecho retumbar los cimientos de la marca que ahora preside… y, también, la alianza estratégica que la une a la firma japonesa, cuya cúpula se ha replanteado su estrategia de abandonar el Viejo Continente.
‘Gambito de gama’
La primera buena señal la recibimos nada más comenzar el 2021, con la noticia de la llegada del nuevo Eclipse Cross. Una actualización de calado que trae consigo, además, una variante PHEV. A no mucha distancia, aguarda su turno la siguiente generación del Outlander, la cual está basada en la misma plataforma del Nissan Rogue.
Éste no es más que el primer paso en un ‘juego de chasis’ que ahora acaba de ampliarse. Mitsubishi ha anunciado la firma de un nuevo acuerdo con Renault que le permitirá engrosar su gama con modelos nuevos… pero producidos en las plantas de la Régie -incluidas las de Valladolid y Palencia-. Por el momento la marca de los diamantes no puede desvelar más detalles de estos últimos, si bien se especula con que serán entre dos y tres nuevas denominaciones, con carrocerías compactas.
Así lo expresó Jean-Dominique Senard, presidente de la junta operativa de la Alianza: “Estoy muy feliz de ver a Mitsubishi Motors construyendo una nueva gama en Europa. La Alianza tiene como objetivo mejorar la competitividad y permitir un intercambio de recursos más eficaz en beneficio de las tres empresas. Nuestro enfoque es colaborativo, apoyado en el respeto mutuo, con una clara intención de impulsar el desempeño de cada empresa, permitiendo que cada una de ellas capitalice sus propias fortalezas, evite la duplicidad de recursos y mejore la eficiencia”.