A menos que seas un auténtico ‘nativo digital’ -o, por qué no, un fanático de la supervivencia-, en más de una ocasión habrás sentido que el navegador de tu coche conectado te ha jugado ‘una mala pasada’.
La realidad es bien distinta: el sistema no ha ‘entendido’ bien tus órdenes. Una de las causas más comunes suele ser -por ejemplo- el cambio de nombre de la calle a la que deseas dirigirte… y sobre el cual no te percataste. También la falta de actualizaciones en la cartografía tiene mucho que ver, especialmente si la zona ha sufrido profundos cambios en su red viaria.
Por último, no deja de ser cierto que algunos sistemas -sobre todo, si recurres a sus asistentes vocales– parecen algo ‘duros de mollera’. Por mucho que te esfuerces, simplemente… no logran comprenderte.
El mundo… como una bilbioteca
En 2013, una revolucionaria ‘startup’ británica quiso replantear la manera de orientarse en el mundo. Con el nombre de ‘what3words’, su tecnología ofrece un nuevo tipo -y muy curioso- de geolocalización.
Básicamente, su sistema divide toda la superficie del planeta en pequeños cuadrados de tres metros de lado. Y, mediante un complejo algoritmo, asigna a cada uno una dirección compuesta por tres palabras en el idioma del interesado. ‘Palabras clave’ que, con mucha frecuencia, apenas tienen relación con el lugar… pero ello no impide que esta tecnología haga su trabajo.

En colaboración con la paquetera alemana DPD, Mercedes-Benz quiso ponerla a prueba. Para ello, juntó dos Sprinter de la empresa -equipadas con el sistema multimedia MBUX-, y programó una de ellas para utilizar what3words durante una ruta diaria de trabajo de 50 repartos.
El resultado no pudo ser más claro: el mensajero que utilizó las ‘palabras clave’ para entregar los paquetes terminó la jornada 30 minutos antes que sus compañeros, quienes seguían empleando las instrucciones estándar. Desde DPD, cifraron este aumento de eficiencia en un 15%.
Analizando dicha ganacia en profundidad, su origen radicaba en la mayor precisión que disfrutó el mensajero para encontrar aparcamiento en las calles. Ello le permitió ahorrar tiempo en su tarea más lenta y tediosa: llegar hasta el domicilio -o empresa- y completar la transacción.