En junio, la firma japonesa Mazda anunció que dejaría de equipar sus próximos vehículos con pantallas táctiles. Se han dado cuenta de que, al mirarlas y tocarlas, los conductores pueden distraerse con más facilidad.
Las investigaciones realizadas por Mazda cuantificaron el tiempo que tarda el usuario en realizar una selección en la pantalla; y, a continuación, en volver a centrar la mirada en la carretera. El ingeniero jefe de Mazda North America para sistemas de infoentretenimiento, Matthew Valbuena, relató los hallazgos de su equipo: “Durante nuestra investigación, cuando un conductor alcanzaba una interfaz táctil en cualquier vehículo, acababa empujando el volante [involuntariamente], y el coche se desplazaba de su posición en el carril”. Así lo contaba Valbuena durante la presentación del nuevo Mazda 3 en Los Ángeles. Por no hablar de que, inevitablemente, la pantalla táctil exige mirar lo que uno está seleccionando…

Es más, los estudios de Mazda revelan que estas pantallas no sólo suponen un riesgo para la seguridad, sino que la ganancia en comodidad tampoco está clara. El Mazda 3 lanzado este mismo año es el primer vehículo de la marca que no las incorpora.
Hay alternativas
En sustitución de lo táctil, Mazda se decanta por controles manuales como son los botones y diales, colocados en posiciones en las que el conductor no tenga que apartar la mirada. Es lo que sucede en el habitáculo del Mazda 3, donde la pantalla de la consola central se maneja con un dial giratorio (que la marca ha bautizado como “HMI Commander”), próximo a la palanca de cambios.
La marca realiza todo tipo de esfuerzos por facilitar las cosas al conductor, simplificando también los controles del sistema de audio. Por supuesto, también es una firme defensora del uso de comandos de voz, y de «head-up displays» proyectados en el parabrisas.
Me parece una decisión acertada si además simplifican el número de botones, que no sé si será el caso