El Grupo BMW lidera esta iniciativa que explora la economía circular en la producción de automóviles, contando con un importante financiamiento estatal –6,4 millones de euros del Ministerio Federal de Economía y Acción por el Clima de Alemania en el marco de sus directrices de financiación de “Nuevas tecnologías de vehículos y sistemas”-.
El fabricante alemán trabaja con representantes de la industria del reciclado, procesadores de materias primas y el mundo de la ciencia en formas de mejorar la calidad de las materias primas secundarias obtenidas del reciclado de vehículos en desuso.
El objetivo es que, en el futuro, los innovadores métodos de desmontaje y clasificación automatizada permitan aprovechar los recursos – aluminio, acero, vidrio, cobre y plástico – recuperados de los automóviles para fabricar coches nuevos en cantidades mucho mayores de lo que se hace hasta la fecha.
“Una economía circular más fuerte que conserve y reutilice los recursos es un paso clave hacia la neutralidad climática y salvaguarda al mismo tiempo las cadenas de suministro. Por ello, los proyectos de innovación en este campo son de gran importancia”, destacó Michael Kellner, Secretario de Estado Parlamentario del Ministerio Federal de Economía y Acción por el Clima.
El funcionario destacó que la financiación estatal contribuirá a que la industria del automóvil sea menos dependiente de las importaciones de materias primas y garantizará un suministro a largo plazo de materias primas para la economía, impulsando así la creación de valor industrial.
Acciones y metas
El Grupo BMW se ha fijado el objetivo de aumentar la proporción de materiales secundarios en los nuevos modelos de sus marcas de alrededor del 30% actual al 50%. Para lograrlo, la reciclabilidad de los materiales utilizados ya se tiene en cuenta durante el proceso de diseño de los nuevos modelos.
También es fundamental replantearse cómo se recuperan los materiales de los vehículos al final de su ciclo de vida. Las materias primas obtenidas del reciclaje sólo pueden utilizarse como parte de una economía circular si también cumplen los elevados estándares de calidad que el Grupo BMW espera de los materiales para de alta gama.
“Los conocimientos acumulados por los distintos socios que participan en este proyecto podrían abrir nuevas vías para la obtención de valiosas materias primas secundarias. Esto permitiría ahorrar recursos naturales y reducir las emisiones de carbono”, dijo Uwe Köhler, Vicepresidente Senior de Desarrollo de Carrocería, Exterior e Interior de BMW Group.

La compañía alemana, como socio principal del proyecto y único fabricante de automóviles participante, suministra 500 vehículos en desuso a Car2Car – -desde Mini hasta exclusivos Rolls-Royce con motores de combustión, sistemas híbridos enchufables y unidades de propulsión totalmente eléctricas-, que están siendo reciclados para producir un espectro representativo.
Aquí, los socios del consorcio estudiarán posibles formas de mejorar los flujos de materiales de vehículos cerrados. Ellos se proponen evaluar cómo afecta la limitación del flujo de materiales a los vehículos a la calidad y pureza de las materias primas secundarias.
El papel de la Inteligencia Artificial
Actualmente, los procesos de reciclaje implican un alto grado de esfuerzo manual y ocasionan una pérdida de pureza del material recuperado, lo que significa que sólo son económicamente viables para un número muy reducido de componentes del vehículo.
Car2Car estudia el equilibrio óptimo entre el proceso de desguace y las tecnologías posteriores a la fragmentación desde una perspectiva cualitativa, económica y ecológica, con el fin de conservar la mayor parte posible del valor invertido inicialmente en la fabricación de un coche.
En ese escenario, la tecnología digital y la inteligencia artificial -IA- pueden utilizarse para automatizar y acelerar cada vez más los procesos de reciclaje. El proceso de desmontaje, por ejemplo, puede automatizarse parcial o incluso totalmente con ayuda de la tecnología robótica.
Asimismo, la integración de sistemas de detección y clasificación óptica y asistida por IA de materiales reutilizables en el proceso posterior a la fragmentación supone una mejora significativa de la calidad y pureza del aluminio, el acero, el vidrio, el cobre y materiales plásticos.
Para lograrlo, se trata de desarrollar, entre otras cosas, una tecnología de sensores que utilice la detección de materiales basada en IA y otros métodos espectroscópicos capaz de identificar diferentes aleaciones de acero y aluminio.
De este modo, es posible obtener materias primas con un grado de pureza mucho mayor, lo que aumenta la cantidad de materias primas secundarias aptas para la producción de coches nuevos, al tiempo que significa que se requiere mucho menos trabajo de procesamiento para convertir la chatarra en materias primas reutilizables.