Nos protegen de las inclemencias del tiempo, evitan que cualquiera ‘suba a bordo’ cuando dejas el vehículo aparcado y, por supuesto, son un elemento de seguridad importante. Además, a veces por su diseño pueden aportar mucha personalidad a un determinado modelo.
Hablamos de algo tan sencillo -o complejo- como son las puertas. Todo esto nos lo ha hecho recordar la aparición del original Fiat 500 3+1, con su atrevida fórmula de tener una puerta lateral en el lado izquierdo, pero dos -con apertura en sentido inverso-. Sin embargo, no es la primera vez que una puerta llama la atención. Estos son algunos ejemplos…
Puertas que se elevan… a los cielos
Es, sin duda, el sistema que más llama la atención. Estas puertas, de apertura vertical, suelen asociarse a modelos deportivos o, cuando menos, especiales -aunque, a veces, también se asocian al mundo del túning-. De hecho, son el sistema utilizado, desde hace años, por la exclusiva firma Lamborghini, que ya las utilizaba en el mítico Countach. A día de hoy, también las emplea en coches como el Aventador, incluso en sus variantes descapotables.

Pero no es la única marca: McLaren también recurre a esta solución o incluso lo hace la exclusiva Koenigsegg, que tiene el mérito de hacerlo en su Gemera, un hiper-deportivo de cuatro plazas. Y luego está el caso de BMW, que lo empleo en su i8 mientras estuvo a la venta.
Sin embargo, para llamar la atención, nada mejor que las puertas ‘de tipo halcón’, que equipa un eléctrico tan futurista como el Tesla Model X. En concreto, sus puertas traseras no sólo se elevan, sino que también se pliegan de distintas maneras para que entrar en el coche sea una tarea cómoda -la aperuta es completamente automática- y llamativa.
Puertas con ‘forma de libro’
También denominadas puertas con apertura ‘en forma de armario’, son bastante habituales en la parte posterior de muchos vehículos comerciales. Sin embargo, en el caso de los turismos, no ha habido tantos ejemplos a lo largo de este siglo. Por ejemplo, recordamos el Mazda RX-8 de mediados de la pasada década o más recientemente el caso del Opel Meriva de segunda generación.

Este tipo de solución se supone que aportaba un extra de practicidad para facilitar el acceso a las plazas traseras; en el caso del RX-8, cuando se abrían todas las puertas no había un pilar central que separase la parte delantera de la trasera del habitáculo. En el caso del Opel, si que existía ese pilar, pero una de las ventajas de esas puertas traseras de apertura en sentido contario es que facilitaban tareas como las de situar una sillita para niños en los asientos posteriores.
Puertas corredizas
Definitivamente es la solución más práctica… que, lógicamente, se emplea en los vehículos que presumen, precisamente, de su utilidad y practicidad los monovolúmenes y los comerciales. Se trata de un dispositivo mediante el cual, una gran puerta -de formas bastante cuadradas- se desliza ligeramente hacia fuera y luego hacia atrás para dejar un gran hueco de acceso al habitáculo o a la zona de carga.
Además, en muchos de los turismos, el esfuerzo que supone la apertura de estas puertas se reduce a pulsar un botón, bien dentro del coche o en el propio mando a distancia de la llave. Vehículos como el Mercedes Clase V, los VW Sharan / Seat Alhambra… son ‘habituales’ de esta solución.

Sin embargo, esta idea tan original y práctica también se ha utilizado, en algún momento, en vehículos de otros segmentos. Por ejemplo, a mediados de los 2000 Peugeot lanzó un microurbano, el Peugeot 1007, que dispone de dos únicas puertas laterales correderas y con accionamiento eléctrico. Una solución muy interesante para un modelo de vocación urbana… y que también empleó el minivolumen Ford M-Max.
Puertas ‘asimétricas’
Dentro de esta categoría incluiríamos aquellos modelos que tienen un número de puertas diferente en cada lado de la carrocería. Es algo ‘raro’… pero que existe y el mejor ejemplo es el nuevo Fiat 500 3+1; este urbano, basado en el 500 de tres puertas ya conocido -y sin aumentar la longitud de su carrocería- dispone de una puerta en el lado izquierdo… y dos en el derecho.
¿Cómo lo han logrado? Por una parte, la puerta delantera derecha es un poco más pequeña y eso añadir una segunda puerta, que se abre en sentido contrario a la delantera… y que sólo se puede abrir una que la otra puerta ya está abierta. Esta modificación en la carrocería ha conllevado que se tengan que introducir una serie de refuerzos en el vehículo que han aumentado su peso en cerca de 100 kg.

Con todo, esta solución ya la ofreció la anterior generación del Mini Clubman que, además de esta puerta ‘añadida’, también utilizaba un portón con doble hoja para acceder al maletero.
Otro coche que apuesta por la ‘asimetría’ es un coche que conocimos en España en su primera generación, pero que ya no se ofrece; nos referimos al Hyundai Veloster, un compacto deportivo que, en la actualidad, se vende en mercados como el estadounidense. ¿Su peculiaridad? En en lado izquierdo sólo tiene una puerta, mientras que en el derecho tiene dos, que se abren en sentido convencional.
Y otras rarezas…
A lo largo de los años ha habido también otro tipo de puertas ‘diferentes’. Por ejemplo, el BMW Z1 era un roadster que contaba con unas puerta que se metían hacia abajo en la propia carrocería. Más recientemente, el Renault Avantima fue un concepto de monovolumen deportivo que disponías de unas enormes puertas laterales… con un original sistema de apertura para que no ocupasen mucho sitio al abrirse.

Por lo demás, quien no recuerda el mítico BMW Isetta con su puerta de apertura frontal -sistema que recuerda a un frigorífico y que ahora están intentando recuperar desde la marca Microlino-, las ‘alas de gaviota’ de modelos de Mercedes como el 300 SL o el SLS… e, incluso, las puertas ‘opcionales’ de un eléctrico como el Renault Twizy. Por no hablar del actual Citroën Ami, con sus dos puertas idénticas… que hace que una de ellas se abra en una dirección.