La empresa RM Sotheby’s sacó a subasta hace unos días el Ferrari 340 MM Spider by Vignale de 1953. Un vehículo del que solo quedan en todo el mundo cuatro de los diez ejemplares que se fabricaron -en su momento, para imponerse en el World Sportscar Championship de 1953, lo que lo convierte en uno de los coches más exclusivos -aparte, por supuesto, de por el hecho de ser un Ferrari-. Pues bien, se estimaba que la puja final rondaría entre los seis y los ocho millones de euros… y, sin embargo, finalmente no encontró propietario.
Fue el día 14 de mayo cuando en Montecarlo buscaba la puja el que podríamos considerar uno de los roadsters más icónicos de los años 50 y una de las obras cumbre de Enzo Ferrari como ingeniero.. Algo normal, si tenemos en cuenta que su motor 3.3 V12 de 300 CV era una proeza para la época. No solamente eso: los subastadores destacan que el pedigree de este coche está más que garantizado, entre otras cosas porque ya se hizo con la Copa Phil Hill del concurso de elegancia de Pebble Beach en el año 2015.
Eso y que como, recuerdan, un coche de este tipo no tendría mayor problema para tomar parte en certámenes como la Mille Miglia, Mónaco Historic, Le Mans Classics, Cavallino Classic o el Colorado Grand.
Los orígenes de esta unidad, con chasis 0350AM, se remontan a principios de la década de los 50 cuando fue comprado por Sterling Edwards. El corredor americano compitió con el Spider en carreras por todo los Estados Unidos.
Años más tarde, Edwards se lo vendió a Jim Pauley, que le añadiría unas entradas de aire para ayudar al motor en las tareas de refrigeración. El histórico bólido compitió hasta 1958 y con el paso de los años fue cambiado de propietario. Uno de ellos cambió su mítico color rojo por el azul.
En 2012, después de haber participado en varios desfiles de elegancia automovilística, el Spider 340MM fue subastado por 4.440.000 euros. El coche volvió a vestir de rojo e incorporó una serie de retoques estéticos.
Una década después, el legendario Ferrari Spider 340MM sigue a la búsqueda de un nuevo propietario. Una joya legendaria al alcance de unos pocos que tras casi 70 años de vida, sigue conservando la clase del primer día.
