Justo antes de verano, Audi anunciaba sus planes para extender en Europa dos nuevos sistemas de ayuda a la conducción, el Traffic Light Information -TLI- y el Green Light Optimized Speed Advisory -GLOSA-.
Mediante estos sistemas, el conductor puede saber la velocidad a la que debe circular para encontrar el siguiente semáforo en verde, lo que ellos llaman ‘green wave’. ¿Para qué sirve esto? Con este sistema, se minimizarían así no solo los acelerones y frenazos bruscos en ciudad -haciendo más eficiente la conducción– sino también muchos de los problemas de tráfico que solemos encontrarnos en el día a día. Además, si no es posible evitar la luz roja, el conductor verá en el panel una pequeña cuenta atrás que indica los segundos que faltan hasta que cambie el semáforo. A mí personalmente me vendría fatal. Siempre intento estar muy atento para salir el primero en los semáforos… si todos tenemos la misma información, ¡perderé esa pequeña ventaja!
Ambos sistemas llevan ya un par de años funcionando en más de 1.000 intersecciones en Estados Unidos. Sin embargo, en Europa todavía no había sido posible utilizarlos debido a la falta de homogeneidad en la tecnología que utilizan los semáforos. De momento el proyecto va a desplegarse allá donde Audi juega en casa, es decir, en Ingolstadt.

Además, a Audi le viene muy bien ir probando esta funcionalidad porque facilitará mucho la llegada de los coches autónomos a las ciudades. Todo lo que sea posible avanzar en la comunicación V2I -vehicle-to-infrastructure- son pasos que no habrá que andar -y testear con vidas humanas- dentro de unos años cuando empecemos a ver los primeros vehículos autónomos en nuestras ciudades.
Comunicación indirecta
En realidad el sistema no funciona de una forma tan clara como podría parecer en un principio: el semáforo no envía ningún tipo de información al coche. Sorprendente, ¿verdad? A simple vista, podría parecer que esta es la forma más sencilla de implementar el servicio: un semáforo equipado con algún tipo de tecnología como 4G, el súper esperado 5G -que aún tardaremos en ver a pleno rendimiento por mucho que algunos se empeñen en decir que ya está aquí- o el estándar wi-fi 802.11p -Wireless Access in Vehicular Environments, que se diseñó especialmente para estos menesteres-, pero no.
En este caso, el semáforo envía la información en bruto al organismo que gestione el tráfico en la smart-city y es este quien distribuye la información a los servidores de Audi, entre otros. Para que el coche sea capaz de recibir esta información, necesitaremos tener contratado el paquete ‘Audi connect Navigation & Infotainment’ con la opción ’camera-based traffic sign recognition’, además de contar con una conexión permanente 4G o similar.
Buena idea, pero…
Personalmente, me parecía una buena idea -aunque ya no me pueda ‘picar’ con otros conductores en los semáforos al disponer todos de la misma información- hasta que caí en la cuenta de todos los servidores de terceros por los que pasa dicha información. Es complicado asegurar no solo la disponibilidad en el tiempo justo –cualquier retraso en la transmisión por alguna de las partes haría que no tuviéramos la información a tiempo– sino también la integridad de dicha información para estar absolutamente convencidos de que nadie ha podido manipularla en tránsito.
Por suerte, no es una información safety-critical o life-critical como sí que podría ser la información de posicionamiento GNSS del vehículo, pero aun así hay fabricantes que no confían en esta forma de transmitir los datos y Ford, por ejemplo, ha dicho que la comunicación entre vehículos -V2V- haría más sencilla esta integración y potencialmente podría incluso eliminar la necesidad de utilizar semáforos y señales de STOP simplemente manejando prioridades y adecuando las velocidades de los vehículos.
Por desgracia, una vez más nos encontramos en una situación donde varias tecnologías compiten por ver quién se lleva el gato al agua y se convierte en el estándar que vayan a utilizar todos los fabricantes. Incluso podría darse segmentación según zonas, más o menos lo mismo que pasa con los tipos de combustible, ya que en Estados Unidos es mucho más común la gasolina frente a Europa que es más de diésel.
Mientras tanto, los usuarios solo podemos ir probando dichas tecnologías para ver cuál de ellas se adapta mejor a nuestras necesidades reales y ver si con el paso del tiempo van saliendo vulnerabilidades o nuevas funcionalidades que nos hagan descartar unas u otras. El tiempo lo dirá.