Es muy probable que, hace diez años, ni se nos pasase por la cabeza que muchos de los vehículos se podría conectar a Internet. Es solo un ejemplo de cómo, en poco tiempo, el nivel tecnológico de los coches ha evolucionado de manera exponencial; sin embargo, ¿ha ido acompañada esa evolución de una preocupación por la ciberseguridad?
Que los vehículos se hayan vuelto tan sofisticados -y cada vez más- es algo que, indudablemente, ha traído muchas cosas positivas a la hora de conducirlos o viajar a bordo como pasajeros; pero también es algo que ha provocado que surjan una serie de riesgos como, por ejemplo, ser atacado por crackers profesionales. Y es que un coche o cualquier otro tipo de vehículo conectado a la red es un objetivo apetecible para los ciberdelincuentes.
Por este motivo, la ciberseguridad es clave para proteger nuestro coche conectado ante posibles ciberataques. Y ojo; porque aunque cada vez encontramos más prestaciones y servicios en los vehículos, es importante saber que, a día de hoy, todavía se encuentran en una fase inicial.
Por ejemplo, la gran mayoría de vehículos que hoy se fabrican ya cuentan con un ordenador y una tarjeta SIM que los conecta a Internet. También ofrecen navegación por GPS, te permiten vincular tu teléfono con el sistema multimedia -y así tener WhatsApp y Spotify en el vehículo-o puedes mejorar el rendimiento del automóvil con aplicaciones móviles.
Un coche conectado y tecnológico también puede controlar su velocidad de manera automática e, incluso, intervenir sobre la dirección o los frenos por si solo en caso de que el conductor se despiste y se pueda producir una situación de peligro. Por no hablar del sistema e-call de llamada de emergencia que está conectado a la red de manera permanente y que comparte tu ubicación.
Además, también se pueden realizar otras tareas menos importantes como encender la calefacción o cambiar la iluminación del interior del vehículo. Según los expertos EUROCYBCAR, en 2021 y en 2022 se batieron todos los récords de ciberataques a vehículos de todos los países y de todas las marcas… y todo apunta a que la tendencia se mantendrá en 2023.
Es cierto que hace unos años no existían tantos coches conectados, pero, aun así, es un dato a tener en cuenta porque se espera que con el paso del tiempo, cada vez haya más vehículos conectados a Internet y con una conectividad más amplia y compleja, por lo que es de esperar que los ciberataques sigan aumentando.

Si un ciberdelincuente logra crackear nuestro vehículo, puede tener consecuencias fatales, que van desde el robo de datos personales, activar o desactivar los airbags, atacar el sistema de llamada de emergencia e-call para impedir la asistencia en caso de accidente, o incluso manipular el vehículo desconectando los frenos o moviéndolo de forma remota.
Así pues, la ciberseguridad en los vehículos conectados no debería ser considerado como un extra… sino una necesidad para velar tanto por la privacidad como, sobre todo, por la integridad y la seguridad de las personas que viajan a bordo…
Pero es que aquí no acaba la cosa: Las aplicaciones móviles también están sujetas a posibles ataques, ya que son fáciles de controlar para los ciberdelincuentes. Por supuesto, hay que tener en consideración también a los coches eléctricos porque también pueden ser pirateados, provocando fallos en el sistema eléctrico, averías en los puntos de recarga, etc.
Por todo lo anterior, la ciberseguridad será parte integral de los vehículos a partir de 2024. De hecho, la venta de vehículos nuevos sin certificación de ciberseguridad estará prohibida en la Unión Europea a partir de julio de ese año.
Con una buena estrategia se pueden evitar amenazas o ataques, proteger nuestros datos personales y conducir de forma más segura. De esta forma, la ciberseguridad se convertirá en una parte muy importante de la industria del automóvil en los próximos años.
Artículo publicado originalmente en el blog de Utimaco