La industria del reciclaje lleva ya mucho tiempo formando parte de nuestras vidas. Si te paras a pensarlo, casi la totalidad de los residuos que produces en el día a día acaban en una planta de procesado, separados y clasificados para su recuperación.
De entre todos ellos, la más reciclada en el mundo es la ‘lata’ de bebida. Gracias a que está hecha enteramente en aluminio, es fácil reutilizar por completo el material para crear un nuevo envase.
¿Y si, en lugar de ese envase… quisiéramos construir un coche? ¿Cuánto material haría falta para ello? Éstas son algunas de las preguntas que Jaguar Land Rover busca responder con su proyecto Reality.
Construir un coche… a partir de otro
El proceso comienza con la llegada a la fábrica de un vehículo viejo, el cual se desmantela y envía a una trituradora. Más tarde, un sistema compuesto por sensores de alta tecnología escanea los restos y separa las partes de aluminio de las de otros materiales -como, por ejemplo, los plásticos del salpicadero-. Una vez queda sólo el aluminio, se añade el recogido de los residuos domésticos. Entre ellos -aparte de las mencionadas latas- figuran tapones y otros envases.
En los primeros ensayos del proyecto, el grupo británico empleó varias unidades de preserie del Jaguar I-Pace. Eso sí, antes de achatarrar el coche las baterías se extrajeron y trataron por separado.

En el último paso, el metal recuperado se funde y se transforma para obtener aluminio RC5754. Esta aleación contiene un 75% de material reciclado… y soporta las fuerzas a las cuales se ve sometida la estructura de un automóvil.
Jaguar Land Rover espera sacar el máximo partido de esta iniciativa con la renovación de sus flotas de coches compartidos. En el futuro, el grupo quiere construir cada nuevo vehículo empleando únicamente metal reciclado de un modelo antiguo.
En palabras del responsable del proyecto, Gaëlle Guillaume: “Gracias a este proyecto hemos recuperado por primera vez el aluminio de grado automovilístico de alta calidad de la chatarra de los vehículos y hemos reutilizado sus exclusivas propiedades. El potencial de esta operación en el proceso de producción permite reducir el impacto de CO2 y reutilizar una mayor cantidad de aluminio”.