A mediados de los 90, Seat lanzaba el primer Córdoba. Un modelo que llegó a nuestro mercado acompañado de una provocativa campaña de publicidad bajo el eslogan ‘enséñalo’, y que pretendía de alguna forma hacer referencia a que ese nuevo modelo contaba con una parte trasera de carrocería con un diseño muy llamativo. Y es que, básicamente, dicho modelo no era otra que un Ibiza… ‘con culo’.
En realidad, lo de poner ‘culo’ a los coches o, dicho de manera más elegante, convertir un compacto en una berlina tricuerpo ha sido algo de lo más habitual en la historia del automóvil, pero que en los últimos años había caído bastante en el olvido por el hecho de que las marcas apuestan ahora por modelos con portón trasero, ya sean los compactos ‘de toda la vida’ o los SUV, que están mucho más de moda.
Sin embargo, la idea de añadir un volumen a un coche, seguramente haya creado algunos de los modelos más elegantes de la historia; no solo eso, también han servido para contar con un buen espacio para llevar bolsas y maletas con mayor desahogo.
Pues bien, tal vez eso, y por el hecho de que disponer de un modelo de tres volúmenes en la actualidad ya puede ser un elemento diferenciador, Citroën ha transformado su compacto C4 en una berlina, denominada C4 X. Y como su hermano, los dos se fabricarán en la planta de Villaverde, en Madrid.



No será la única característica común de ambos coches… pero vamos a empezar hablando sobre los aspectos que diferenciar a los dos vehículos. Evidentemente, el diseño es el elemento principal: la nueva variante ‘X’ estira su parte trasera para ganar un tercer volumen. Ese el motivo principal por el que este modelo se va a los 4,6 metros de largo, frente a los 4,36 del C4 ‘normal’. El resto de cotas no varían, con 1,8 m de ancho e, incluso, los mismos 1,52 de altura y la distancia entre ejes de 2,67 m
Por estética, como es lógico, los cambios se encuentran de mitad del coche hacia atrás; es algo complejo definir el estilo del coche, porque el perfil tiene algo de berlina, pero también algo de ‘SUV’ con sus pasos de rueda de gran tamaño, cierta altura libre al suelo -15,6 cm-…
Otro aspecto que ha salido beneficiado es la aerodinámica, pues la marca anuncia un Cx de 0,29, un buen valor que, como veremos, tiene incluso una repercusión en aspectos relacionados con la eficiencia del coche.
Interiormente, el principal beneficiado es el maletero, que sube de 380 a 510 litros, si bien cambia un portón trasero de cierto tamaño como es el que tiene el C4 ‘normal’ con una tapa trasera más reducida. Por lo demás, el aspecto del interior es el mismo, aunque con una novedad importante: la relacionada con el sistema multimedia.



El C4 X cuenta con un nuevo dispositivo denominado MyCitroën Drive, procedente de su hermano mayor, el C5 X. En apariencia, el sistema es parecido, con su gran pantalla de 10″, pero hay algunas mejoras, como el nuevo asistente de voz natural, que te permite interactuar con el coche mediante frases no predefinidas -y en 20 idiomas diferentes-, que sirven para manejar funciones relacionadas con la climatización, las fuentes de sonido, telefonía…
El dispositivo, en el que se pueden crear hasta ocho perfiles que se adaptan a otros tantos usuarios, también cuenta con un correcto nivel de conectividad. Por ejemplo, cuenta con navegación conectada que proporciona TomTom durante tres años, que puede recibir información del tráfico en tiempo real y actualizaciones remotas relacionadas con la cartografía.
Por otra parte, el C4 X se puede vincular con una app en el móvil del usuario para mostrarle información a distancia o, en algunas versiones, poder controlar la climatización de forma remota. Evidentemente, dispone de los protocolos Android Auto y Apple Car Play, así como de la llamada de emergencia y la asistencia en carretera.
Para finalizar con el interior, otros detalles tecnológicos con la iluminación ambiental interior -aunque solo en blanco-, el sistema de proyección de datos en el parabrisas -que complementa a una instrumentación principal digital, pero con una pantalla de 7″-, cuatro tomas USB -una de tipo A y el resto de tipo C-, asientos delanteros con masaje…
Un extra de autonomía… por su ‘trasero’
En el aspecto de mecánicas o asistentes a la conducción, los datos son casi idénticos a los del C4 ‘normal’. Por ejemplo, la gama de motores dispondrá de variantes gasolina de 102 y 131 CV, mientras que en diésel hay un 1.5 de 131 CV, siendo manual de seis marchas el menos potente de ellos y automáticos de ocho velocidades los otros dos.

Como en el C4, también va a disponer de una versión eléctrica dotada de un motor de 136 CV y una batería de 50 kWh, que contará con una autonomía de 360 km. Una cifra ligeramente superior a los 357 km del C4 ‘normal’ por el hecho de contar con una mejor aerodinámica. Lo que no varía es la compatibilidad de la batería con sistemas de recarga de hasta 100 kW de potencia, lo cual le permitiría alcanzar el 80% de carga en media hora.
Por último, los asistentes a la conducción también son ya conocidos del modelo del que se deriva. De esta forma, puede disponer de una combinación de control de velocidad adaptativo y de centrado de carril para disfrutar de un asistente de conducción en autopista, equivalente a un nivel 2 de conducción autónoma. Aparte de eso, según acabados o bien como opciones, dispondrá del lector de señales de tráfico, sistema de aparcamiento semiautomático, aviso de obstáculo en el ángulo muerto, frenada automática en caso de emergencia o el cambio automático entre luces cortas y largas.
Precios y acabados para elegir
Aunque las primeras entregas en nuestro país no comenzarán hasta comienzos de 2023, desde el 10 de noviembre el coche ya se puede encargar y configurar. La gama inicial cuenta con cinco versiones, resultado de combinar cuatro motores -dos gasolina, un diésel y un eléctrico- con tres niveles de acabado.
Una vez aplicadas las diferentes promociones, queda que el C4-X más barato sería el de gasolina con 100 CV y el acabado Feel -que es el único que se puede combinar con este propulsor ‘de acceso’- por 22.785 euros. Por encima está el gasolina de 130 CV con los acabados Feel Pack, por 26.545 euros o Shine, por 28.535 euros.
Curiosamente, el diésel de 130 CV deja de estar disponible con la carrocería ‘normal’ del C4, pero se mantiene en el C4-X por precios que arrancan en los 28.035 euros del Feel Pack y terminan con los 30.075 euros del Shine.
En cuanto al eléctrico, se puede elegir con los tres acabados disponibles: 35.635 euros para el Feel, 36.745 euros por el Feel Pack y 38.035 euros para el Shine. Igualando en los posible, este tipo de carrocería supondría un incremento de entre 900 y 1.100 euros de más en la variante ‘X’.