Qué debes saber del Yaris Cross de nuestra prueba
Que es un B-SUV, es decir, un SUV del segmento de los urbanos o, dicho de otra forma, la versión ‘todo camino’ del propular Toyota Yaris. Hablamos de un modelo que tiene un tamaño de 4,18 m de largo, 1,76 m de ancho y 1,595 m de alto, con una distancia entre ejes de 2,560 metros. Disponible con una carrocería de cinco puertas, es un vehículo que rivaliza, entre otros, con los Seat Arona, Ford Puma, Renault Captur, Kia Stonic… entre otros.
Que en nuestro mercado solo se vende con un sistema de propulsión híbrido auto-recargable. Eso sí, se puede combinar con tres acabados diferentes, que varían -lógicamente- en cuanto al equipamiento que ofrecen… pero también en alguna característica técnica. El de nuestra unidad es el conocido como Style, que podríamos considerarlo como el más completo… pero que no es el más caro, porque en la gama también se ofrece el llamado Adventure, cuya principal característica es que añade la tracción total y un aspecto más aventurero.
El modelo que hemos analizado tiene un precio habitual de 29.625 euros, aunque con su actual promoción se queda en los 26.625 euros -si deseas el Adventure con su tracción total, el precio asciende a los 29.125 euros con la rebaja incluida-. Este coche ya viene de serie con elementos como: freno de mano eléctrico, iluminación ambiental -solo en las plazas delanteras-, acceso y arranque sin manos, espejos eléctricos y abatibles, climatizador bizona, cámara trasera de ayuda al aparcamiento, volante multifunción, lector de señales de tráfico, cambio automático entre luces cortas y largas, llamada de emergencia, sensor de presión de neumáticos, sistema multimedia con pantalla táctil de 9″, compatible con los protocolos Android Auto y Apple Car Play de manera inalámbrica…
Que es un modelo de cinco puertas y unas dimensiones compactas: de hecho, mide 4,18 m de largo, 1,76 m de ancho y 1,595 m de alto, contando con cinco plazas y una capacidad de maletero de 397 litros. Rivales de su tamaño hay varios, pero que dispongan de una mecánica similar hay muy pocos; de hecho, podríamos destacar al Kia Stonic o el Hyundai Bayon -pero que son micro-híbridos-, el Renault Captur y el Nissan Juke -que son más potentes, con 145 CV- o el Honda HR-V.
El Yaris Cross se vende en España solo en versión híbrida auto-recargable. El motor principal es un 1.5 gasolina de tres cilindros con 92 CV que se combina con un propulsor eléctrico que aporta otros 80 CV. En conjunto, la potencia total es de 116 CV, solo se vende con un cambio automático por variador continuo y la tracción es a las ruedas delanteras. Básicamente, la parte mecánica es idéntica a la del un Yaris o a la del nuevo Mazda 2; en cuanto a las prestaciones, este coche alcanza una velocidad máxima de 170 km/h con una aceleración de 0 a 100 km/h en 11,2 segundos.
Que el consumo medio es uno de los puntos fuertes del coche. Apoyado en su parte eléctrica -que también le permite disponer de la tarjeta ECO-, la marca declara una cifra homologada de 4,9 litros cada 100 km, que es equivalente a unas emisiones de 112 gramos de CO2 por km. Por otro lado, teniendo en cuenta que su depósito tiene una capacidad de 36 litros, su autonomía media puede rondar los 700 litros.
Disfrutar de la carrocería SUV en un Yaris y contar con el apellido Cross supone un desembolso adicional de 4.675 euros
El fenómeno SUV es algo que lo invade todo. Con esta frase, seguramente, podríamos empezar cualquier prueba redactada a día de hoy. Una de las consecuencias es que casi cualquier modelo del mercado se ha desdoblado, a día de hoy, para contar con una variante ‘convencional’ y otra de tipo ‘todo camino’ o ‘crossover’ -hay denominaciones para todos los gustos-.
Tradicionalmente, el segmento que más ha ‘padecido’ esta tendencia ha sido el de los modelos compactos. Así, donde antes había un Seat León, un Hyundai i20, un Ford Focus o un Renault Mégane, ahora hay un Ateca, un Tucson, un Kuga o un Austral, respectivamente.
Sin embargo, un escalón por debajo también se ha reproducido el mismo fenómeno, del tal forma que prácticamente ya no existe un vehículo del segmento urbano que no cuente con un hermano mayor -en tamaño- y más joven -en tiempo en el mercado- que no solo complete la oferta del fabricante, sino que se constituya en un éxito de ventas que, en cierta manera, ‘arrincone’ al modelo urbano tradicional del que deriva, llegando a poner en duda su permanencia en el mercado.



Toyota ha sido de las últimas que ha ‘regalado’ al popular Yaris una variante de tipo SUV, que en este caso recibe el apellido ‘Cross’. Y aunque digamos que es una de las últimas, resulta paradójico que la marca japonesa fuese de las primeras que exploró la categoría, si bien durante el primer intento no obuvo tanto éxito.
Y es que, si miramos atrás en el tiempo, hace unos 13 años que la marca japonesa ofrecía en países como España su Urban Cruiser, que por su carrocería elevada, puesto de conducción dominante, diseño general e, incluso, la posibilidad de elegirse con tracción a las cuatro ruedas, encajaba sin lugar a dudas en este segmento tan exitoso a día de hoy… si bien resultaba muy compacto, con sus apenas 3,93 metros.
Quizá porque no era el momento para este tipo de coches, el Urban Cruiser no triunfó, a pesar de que resultaba un modelo de lo más interesante… y tal vez también por ese motivo, en Toyota decidieron que su oferta de modelos pequeños quedaba bien cubierta con los Aygo y Yaris.
Pero pasado un tiempo, al igual que cuando en la Fórmula 1, si un equipo ve que las escuderías rivales entran a cambiar el tipo de neumáticos y sus tiempos mejoran notablemente, la marca japonesa vio que casi todos sus competidores comenzaban a apostar por la fórmula del ‘baby-SUV’ con un impresionante éxito. Y, claro, no les quedó otra que plantear su propuesta para un segmento donde, cuando ellos llegan -en 2020- ya hay vehículos que llevan tiempo triunfando, como los Renault Captur, Peugeot 2008, Seat Arona, Mazda CX-3, Fiat 500X, Nissan Juke…
¿Cuál fue la apuesta de Toyota? La esperada: un derivado del popular Yaris, que compartiese numerosos elementos mecánicos, que se pudiera ensamblar en la misma planta… pero que aportase un mayor tamaño, un extra de practicidad, un puesto de conducción más elevado y que supusiera un incremento de precio ‘razonable’.
Seat Arona, Renault Captur, Peugeot 2008… el Yaris Cross llega a una categoría en la que no hay un solo líder, sino varios
Vamos a comenzar, precisamente, por este último aspecto. El Yaris Cross que estamos analizando dispone del acabado Style, que podríamos definir como el más completo de la gama; si lo comparamos con el Yaris dotado de la misma terminación, resulta que el precio es unos 4.400 euros, que es una cantidad notable. No es que lo digamos nosotros, sino otros fabricantes que tienen alternativas parecidas y cobran menos.
Por poner unos ejemplos, un Seat Arona cuesta unos 3.360 euros más caro que un Ibiza equivalente; en el caso de Renault, te piden unos 4.000 euros más si eliges un Captur frente a un Clio. Si te fijas en el Ford Puma, verás que supone unos 3.880 euros más que un Fiesta. Por su parte, Volkswagen pide en torno a 3.250 euros más por el T-Cross que por el Polo… Mientras tanto, Peugeot sí que supera a todos ellos -por encima- al cobrar cerca de 6.450 euros más caro su 2008 que un 208 equivalente.

Pero, como todo es relativo, el Yaris Cross analizado tiene una buena promoción y una tecnología a su favor que pocos competidores ofrecen. Con el descuento, el modelo que hemos analizado se queda en 26.625 euros; es cierto que no es tan barato como hace un año y medio, cuando rondaba los 24.350 euros… pero sigue siendo una cantidad interesante frente a sus rivales, respecto a los que ofrece la tecnología híbrida auto-recargable.
Y vamos a empezar, precisamente, hablando de lo que es la parte mecánica, que es lo que hace diferente a un modelo que, por otra parte, en mercados como España solo se ofrece con esa configuración. Una configuración que, por cierto, es prácticamente idéntica a la del Yaris ‘normal’, en el sentido de que comparte un motor principal, que es un 1.5 tricilíndrico, de gasolina, con 92 CV, combinado con un propulsor eléctrico que aporta otros 80 CV.
Este último toma la electricidad de una batería de iones de litio que solo tiene 0,76 kWh; aunque parezca que es muy pequeña, en realidad teniendo en cuenta que hablamos de un modelo híbrido auto-recargable, eso es algo bueno, porque se puede cargar y descargar muy rápido.
Este modelo no se carga con enchufes, sino que lo hace tanto con la energía del motor principal como durante las frenadas o las deceleraciones; es como si el coche tuviese un pulmón adicional, que le sirve de apoyo en situaciones puntuales… y muy necesarias, porque son aquellas en las que cualquier modelo tiene un mayor consumo. Por ejemplo, en los arranques en frío, en los momentos de máxima aceleración, en circulación urbana o en momentos con retenciones y atascos, es cuando la parte eléctrica del coche muestra todo su valor.
Todo esto se traduce en un excelente consumo medio, tal y como hemos comprobado durante los días de prueba. De hecho, el dato conseguido en un uso habitual y con una conducción cuidadosa -que no lenta- se ha quedado en 4,6 litros cada 100 km, de tal forma que sería muy factible cumplir con el dato que declara la marca, que es de 4,9 litros. En una conducción más exigente, con aceleraciones más constantes y haciendo más carretera, el dato sube… pero tampoco demasiado, pues se queda en torno a los seis litros.
La cifra tiene aún más valor si tenemos en cuenta que no es un vehículo especialmente aerodinámico -con un Cx de 0,35; para hacerse una idea, el Yaris ‘normal’ tiene un Cx de 0,32… y el anterior Yaris apenas tenía un 0,29-, mientras que el peso es ajustado para lo que es un modelo de este tipo, pero no dejan de ser casi 1.200 kg.



Son datos muy buenos, algo que también se agradece si tenemos en cuenta que la capacidad del depósito es de 36 litros, lo cual no condiciona la autonomía, que es fácil que ronde los 700 km. Con todo, con un depósito algo más grande, de unos 45 litros, habría sido perfecto para conseguir un dato de alcance récord entre los SUV urbanos, que se podría haber aproximado a los mil km.
En cuanto a sensaciones de conducción, más allá de la mencionada eficiencia, hay que decir que respecto a anteriores modelos de Toyota con tecnología híbrida, esta es la primera versión que cuenta con un motor principal gasolina de tres cilindros. Más que por rendimiento -de hecho, con sus 92 CV es más potente que el de cuatro cilindros que llevaba el anterior Yaris, que contaba con 75 CV-, lo que se nota es una ligera pérdida de ‘refinamiento’, en el sentido de que su sonoridad es ‘diferente’ y también vibra algo más; también es cierto que, en ambos aspectos, el ‘Cross’ es mejor que el ‘Yaris’ normal, transmitiendo la sensación de encontrarse mejor aislado.
Pero no hay más pegas que ponerle, porque por prestaciones, para ser un modelo de 116 CV -que, en realidad, cunde más de lo que parece, gracias al empuje de la electricidad-, cumple más que de sobra. La velocidad máxima es de 170 km/h -un valor correcto, sin más-, con una buena aceleración de 0 a 100 km/h en unos 11 segundos. Para ver ‘de todo lo que es capaz’, hay que aprovechar otra de las tecnologías que tiene, como es el selector de modos de conducción.
Esta tecnología, que se activa desde unos botones situados cerca de la palanca del cambio, permite elegir entre tres modos diferentes, siendo el más ‘estimulante’ el ‘power‘, porque es donde el coche ofrece la respuesta más instantánea al acelerador y permite sentir la mayor sensación de empuje que ofrecen sus dos motores. Aparte, dispone de un modo ‘eco’ que lo que hace es suavizar la respuesta del acelerador con el objetivo de mejorar los consumos… y de un modo ‘normal’ que persigue el mejor equilibrio entre los dos anteriores.
Tecnológicamente hablando, en lo que tiene que ver con el apartado dinámico, no hay muchos más aspectos sorprendentes. Como suele ocurrir en los modelos de este segmento, no hay una amortiguación regulable; tampoco una suspensión trasera especialmente sofisticada -al menos en la versión de tracción delantera-… pero, con todo, el resultado es más que bueno. Ayudado por la ya mencionada ligereza del conjunto, una dirección rápida y un buen equipo de frenos -con discos tanto delante como detrás-, este Yaris Cross se maneja muy bien.
¿Qué tiene de especial este coche respecto a toda la competencia? No es el caso del modelo probado, pero el Yaris Cross se puede solicitar con el acabado Adventure que, además de mostrar una imagen más ‘campera’, también cuenta con el aliciente de su tracción total, algo que consigue mediante el empleo de un segundo motor eléctrico para las ruedas traseras… y una suspensión posterior más elaborada.
Por esta versión 4×4, la marca pide un suplemento de precio de 2.500 euros, que no está mal; el principal inconveniente es que pierde maletero respecto a la versión de tracción delantera, pues pasa de tener 397 litros a 320.
El súper-Yaris… ha crecido
Si hay algo que se puede decir que Toyota ha hecho muy bien en apenas un lustro ha sido la de apostar por diseños muy modernos y atractivos para sus modelos. El desencadenante fue el CH-R, al que seguirían los Yaris, Corolla, Supra… Lo cierto es que teniendo en cuenta que el urbano Yaris ya era un modelo muy vistoso, se podía esperar un buen resultado de su versión SUV.
El resultado es un modelo que, aun siendo ligeramente más conservador, tiene un estilo propio, es muy compacto, moderno y puede incluir numerosos detalles de personalización que le hacen muy atractivo. Entre los modelos del segmento, con sus 4,18 m de longitud, resulta uno de los más pequeños, aportando unos 24 cm más en esta cota que un Yaris convencional. También es más alto que su hermano, con sus 1,59 m… es decir, nueve centímetros más, si bien de esa medida hay 3,5 cm que se van en ampliar la distancia al suelo, que resulta de 17 cm en el Cross.



Tecnológicamente hablando, el Style viene con lo necesario, como lo demuestran sus faros delanteros de leds -con la función de cambio automático entre cortas y largas-, el sistema de acceso y arranque manos libres, la cámara trasera de ayuda al aparcamiento…
También hay tecnología led en los faros traseros -con los intermitentes de tipo ‘secuencial’-, espejos plegables eléctricamente e, incluso, es posible dotarlo de un portón posterior con apertura eléctrica, pero esa opción viene en un pack bastante caro que supone cerca de 2.000 euros y que también incluye algo tan convencional -y que debería ser de serie- como son los sensores de ayuda al aparcamiento.
Como prácticamente toda la gama Toyota, el Yaris Cross luce la etiqueta ECO en el parabrisas… pero no hay una opción completamente eléctrica o híbrida enchufable que cuenten con la etiqueta ‘cero’
En la versión probada solo hay una cámara en el vehículo, concretamente la que va situada en la parte posterior… aunque, curiosamente, la versión con acabado inferior -Active Tech- es la única que puede incluir en opción un pack de cámaras con visión 360º.
Por lo que se refiere al interior, de nuevo la fuente de inspiración en cuanto a diseño y tecnología ha sido el urbano Yaris; aparte de los progresos en habitabilidad o maletero, así como la postura de conducción más elevada, el salpicadero muestra un aspecto muy similar, y eso es extensible a los dos dispositivos tecnológicos más relevantes: el cuadro de instrumentos y el sistema multimedia.
El primero de ellos es ‘muy Toyota’, en el sentido de que -como en casi todos los vehículos actuales de la marca- combina una parte analógica con otra digital, representada esta última por un display en posición central con un tamaño de 7″ a color -equivale a un tamaño de 17,78 cm en diagonal-, que es lo que permite cierta personalización del cuadro de mandos.



A la izquierda de la misma se emplaza un indicador que muestra si estamos regenerando energía, si practicamos una conducción ‘eco’ o si estamos demandando toda la potencia -‘pwr’-, mientras que en el lado derecho queda el indicador de nivel de combustible y el de temperatura del motor.
La pantalla central, además de mostrar el dato de la velocidad -en formato analógico o digital, que es lo que hace que varíe ligeramente la apariencia del cuadro-, la temperatura exterior, el consumo medio o la autonomía, también refleja cómo de eficiente es tu conducción, qué porcentaje de la distancia recorrida se ha efectuado en modo ‘cero emisiones’…
También sirve para mostrar cuáles de los asistentes a la conducción están activos -como el de mantenimiento de carril, el lector de señales de tráfico…-, información de las fuentes de sonido, un gráfico del funcionamiento en tiempo real del sistema híbrido, el lector de presión de neumáticos… Asimismo, se puede acceder desde aquí a ajustes como los que permiten desactivar diferentes ayudas a la conducción.
Quien lo desee puede completar la información de la instrumentación con un HUD de proyección de datos en el parabrisas que, como las demás opciones de este modelo, viene en un pack que cuesta 2.000 euros.
La parte multimedia: un puente hacia el futuro
De serie, el modelo analizado dispone de un dispositivo de info-entretenimiento con pantalla táctil de 9″. Se trata de un sistema que ya representa una evolución respecto al que puede llevar este modelo en sus versiones de acceso, que llevan una de 8″ con una concepción algo más antigua. Es algo que se nota en el propio diseño, pues han desaparecido botones y, sobre todo, los mandos en forma de ruedecita. Con todo, se mantiene en un lateral cuatro botones para el control del volumen, volver a la pantalla inicial o retroceder en algún menú.



Esa ‘simplificación’ también ha llegado al menú principal, que solo necesita de una gran pantalla con seis grandes ventanas para poder acceder a la parte multimedia -con las fuentes de sonido… que siempre aparecen en la parte inferior de la pantalla, lo cual está bien pensado-, la telefonía, la navegación -que proporciona TomTom-, los protocolos Android Auto y Apple Car Play -hay que recordar que, hace no mucho tiempo, los Toyota no eran compatibles con el primero de ambos-, los ajustes del vehículo y los servicios de conectividad, conocidos en Toyota como ‘My T’.
Con una decoración en tonos azules, el Yaris Cross demuestra que es un coche bastante conectado; de hecho, entre las aplicaciones que lleva instaladas se encuentra una que te informa de los aparcamientos, otra que suministra datos sobre posibles incidentes en la carretera -gracias a que la navegación está conectada en la nube; algo que también sirve para que puedas enviar destinos al vehículo desde el móvil o permitir la actualización remota de los mapas, además de que tú puedes marcar alertas que te encuentres en el camino: puede ser la presencia de lluvia, firme resbaladizo, zona con obras, carretera cortada, presencia de personas en medio de la calzada-… También puede recibir actualizaciones y activar para que se descarguen de manera automática.
Además, el vehículo permite crear diferentes perfiles que se pueden personalizar con las preferencias de más de un usuario, si es que el coche lo piensan utilizar varios usuarios. Por lo demás, otra cosa que ofrece el Yaris Cross es que cuenta con WiFi, pero no para crear una red que puedan usar los pasajeros, sino que el coche es el que puede captar redes inalámbricas -por ejemplo, la que generes con tu móvil- para conectarse a ella y ofrecer sus servicios conectados.
¿Algo que nos gusta mucho y en lo que ha ido progresando Toyota en los últimos años? La aplicación que ofrece para el móvil del usuario, cuyo proceso de vinculación con el vehículo es sencillo y que se debe concluir dentro del vehículo. Permite ver cosas como el estado de puertas y ventanas, pero también consultar información que tiene que ver con tu conducción, como los consumos, la autonomía restante, la posición del vehículo… y también se puede utilizar para llevar a cabo acciones remotas, como activar o desactivar los seguros de las puertas a distancia.



Por otro lado, como ocurre en muchos híbridos de la marca, hay bastantes elementos destinados a mostrar información del sistema de propulsión del modelo. De hecho, puede reproducir -a mayor tamaño- el gráfico del vehículo que muestra lo que llaman ‘flujo de energía, donde se puede comprobar en tiempo real si está funcionando el motor térmico, el eléctrico, ambos al unísono, ninguno, si actúa la frenada regenerativa y el nivel de carga de la batería. También replica información que puedes ver en la instrumentación, como el indicador de presión de neumáticos, información del ordenador de a bordo -como velocidad media, tiempo que has estado conduciendo, históricos de tus consumos…-.
En cuanto a la privacidad, es cierto que ha desaparecido el ‘modo portero’, que permitía proteger con un PIN de cuatro cifras el acceso al dispositivo -algo parecido al bloqueo de pantalla de tu teléfono móvil-, pero también es cierto que, ahora, para utilizar elementos como la navegación y otros servicios inteligentes, te pide desde el principio que aceptes los términos y condiciones antes de poder seguir adelante.
También nos ha parecido interesante que es sencillo borrar destinos anteriores que tuvieses en el navegador, con una pulsación larga… que siempre es bueno hacer cuando le dejas el coche a alguien o te toca devolverlo si es de alquiler o se trata de una compra flexible. Esa sencillez también es extensiva a los móviles que tengas vinculados por Bluetooth, lo cual es un detalle interesante de ciberseguridad.
Como sucede también en muchos modelos actuales, desde el menú de los ajustes es posible realizar un reseteo global para que el vehículo regrese a su configuración de fábrica. Es curioso que sea posible cambiar el nombre del sistema -por defecto, Toyota Smart Connect-.

¿Qué cosas mejoraríamos de este sistema? Hay ciertas tipografías -como las de la navegación- que son algo pequeñas y puede que a ciertas personas les cueste leerlas. Por otro lado, movimientos como el de hacer zoom con los dedos sobre el mapa no es del todo instantáneo.
Visto todo lo anterior, es sencillo comprender por qué el Yaris Cross está siendo todo un éxito de ventas que ha logrado comercializar 12.766 unidades durante 2022 y quedándose muy cerca del Yaris con sus 13.999 unidades. La tecnología híbrida juega a su favor desde el principio, su precio es medianamente razonable y siempre está ahí la imagen de marca fiable de Toyota.