Prueba a fondo

CarLab: analizamos el Opel Mokka 1.2T GS LINE

Hasta hace poco, los Opel eran modelos bastante 'serios'... pero el nuevo Mokka varía ese enfoque con un diseño mucho más original y elementos mecánicos y tecnológicos de sus 'primos' franceses. ¿Ha tolerado bien este cambio radical?

Imagen tres cuartos delantero Opel Mokka Hackercar

Qué debes saber del modelo de nuestra prueba

Que es un modelo de tamaño bastante compacto. De hecho, mide 4,15 m de longitud -es decir, apenas si es 10 centímetros más largo que un urbano como el Corsa-, 1,791 m de ancho -o 1,98 si se miden los retrovisores- y 1,53 m de alto.

Que la versión analizada lleva un motor 1.2 turbo de gasolina. Se trata de un tres cilindros con turbo, que ofrece una potencia total de 130 CV -hay otra variante por debajo que se queda en 100 CV-. En nuestro caso, la mecánica se combina con una caja automática-secuencial de ocho velocidades -también se puede elegir con una caja manual de seis marchas-.

Que su rendimiento es muy satisfactorio. Este SUV urbano tiene una velocidad máxima de 200 km/h, con una aceleración de 0 a 100 km/h en 9,2 segundos, según cifras oficiales. Por lo que se refiere a los consumos, registra una media de entre 5,9 y 6,0 litros cada 100 km, equivalentes a unas emisiones de entre 133 y 135 gramos de CO2 por km. No cuenta con ningún tipo de hibridación, de tal manera que le corresponde una etiqueta medioambiental de tipo ‘C’ otorgada por la DGT.

El peso del coche es bastante razonable, pues se queda en los 1.295 kilos. Por lo que se refiere a la aerodinámica, el valor que declara la marca alemana es un Cx de 0,32. Por su parte, el depósito de combustible -igual en todas las versiones y que no es ampliable en opción- tiene un volumen de 44 litros. El Mokka está homologado como un cinco plazas con un maletero de 350 litros.

Que el precio de la versión probada es, en estos momentos, de 29.628 euros, sin incluir promociones, si bien con las llantas tricolor de la unidad de pruebas y su carrocería en tono blanco alpino, el precio final es algo superior a los 30.500 euros. Su equipamiento de serie incluye como principales elementos tecnológicos los siguientes: asistente de mantenimiento de carril, faros delanteros de leds, selector de modos de conducción, cámara trasera de ayuda al aparcamiento, sistema multimedia con pantalla de 7″, radio digital, Bluetooth, llamada de emergencia, compatibilidad con Android Auto y Apple Car Play, climatizador automático, alerta de fatiga del conductor…

Como opciones puede incluir un pack con servicios conectados por 300 euros, sistema de navegación por 958 euros, sistema multimedia ampliado con pantalla de 10″ junto con cuadro de mandos virtual de 12″ -1.167 euros- sistema de apertura y arranque manos libres -312 euros-, pack ampliado de ayudas a la conducción -668 euros-, pack de ayuda al aparcamiento con control de obstáculos en el ángulo muerto -827 euros-.

¿Es el Mokka el primer ‘Opel no Opel’ de la historia? ¿Cambia por completo la imagen que teníamos de esta marca alemana, tradicionalmente muy sobria?

Todos tenemos ese amigo, amiga o conocido de aspecto y actitud bastante seria y formal, del cual en más de una ocasión hemos pensado… ¿Qué pasaría si se ‘desmelenase’ un poco? ¿Si un día, teniendo en cuenta que no prueba el alcohol se tomase una copa? ¿Si cambiase de estilo en cuanto a ropa, peinado o look en general?

Si esa persona a la que hacemos referencia fuese una marca de coches, probablemente se trataría de Opel. Como es evidente, no hay nada de malo en ser o parecer formal; incluso reconozco que a lo largo de mi ‘historia’ hay varios Opel de esos considerados ‘un pelín serios’ que marcaron mi infancia y mi juventud, por lo que estaba claro que veía en ellos más allá de su estética o presentación.

Y es que estos modelos alemanes siempre han sido buenos en muchas otras cosas. La principal: unos magníficos motores de gasolina, algunos de ellos considerados los mejores del segmento durante décadas -¿quién ha dicho 2.0 16V?-. Pero también por su buena calidad, por los excelentes asientos que solían incluir, por su cuidado medioambiental -hay que recordar el primer Astra europeo, el de 1991, que presumía de que toda su gama era ‘catalizada’-, por sus ‘brillantes’ -nunca mejor dicho- sistemas de iluminación, por su buena relación precio/producto…

Seguramente Opel tuvo en mente desde hace tiempo el hecho de acometer un cambio de imagen para conseguir que sus vehículos, aparte de buenos, fuesen ‘deseables’, es decir, que un posible cliente deseara tener uno de los coches de la marca del rayo… ‘porque sí’. Sin embargo, un hecho en la historia reciente del fabricante germano lo cambió todo.

Y es que, hasta hace bien poco -concretamente hasta 2017-, Opel perteneció a General Motors, una relación que se extendió durante 90 años. Sin embargo, en esa fecha pasa a formar parte del Grupo PSA que, recientemente, se convirtió en Stellantis.

Los primeros pasos fue que Opel comenzó a beneficiarse del banco de órganos mecánicos y plataformas de su nueva casa matriz; pero con esa suficiente. Quedaba como tarea pendiente acometer una revolución; una que se centrase en la estética, en lo visual, en la imagen de marca… y en lo tecnológico.

Y esa revolución dio comienzo en 2020 con el Mokka: un SUV urbano que, en realidad, heredaba el nombre de un vehículo de concepto similar que el fabricante ya ofreció durante la anterior década -bajo el paraguas de GM-.

Este Mokka fue el primero Opel 100% desarrollado bajo la órbita del nuevo grupo industrial al que pertenece; por eso, elementos como la gama de motores, la plataforma, algunas tecnologías, las cajas de cambio… son parecidas -por no decir idénticas- a las que te podrías encontrar en un Peugeot 2008 o un DS3 Crossback.

Sin embargo, aunque la parte mecánica sea compartida, con este Mokka la marca quería diferenciarse de sus posibles rivales. Este modelo sería algo así como la primera página de nuevo libro de estilo, bastante diferenciado de los modelos de la anterior gama que vieron la luz en la anterior etapa bajo ‘el mandato’ de GM. Aquellos coches por supuesto que eran modernos, con buena aerodinámica… pero no tenían una fuerte personalidad ni llamaban mucho la atención.

Ahora, al menos con este Mokka, sucede todo lo contrario. Estamos ante uno de los SUV urbanos más equilibrados del segmento. Podrían haber apostado por la fórmula de ‘llamar la atención’, más palpable en un modelo como el DS3 Crossback. También haber apostado por una fórmula más clásica, como puedes encontrar en un VW T-Cross. Pero es que el Opel consigue ser un poco todo eso y creemos que puede contentar a un sector de público muy amplio.

Aparte de en su conjunto, el coche tiene detalles muy interesantes, desde el punto de vista de la tecnología… si bien veremos que muchos de ellos suelen conllevar un sobreprecio, algo que suele ser una política más habitual de las firmas premium. Por ejemplo, puede que no lo parezca, pero la combinación cromática con hasta tres colores que lucía nuestra unidad de pruebas resulta aparente y sofisticado.

En nuestro modelo se combinaban el blanco -denominado Artik White, que supone 520 euros-, el rojo y el negro, no solo en la propia carrocería, sino también en las vistosas llantas -de serie son de 17″ y en un tono, pero las de 18″ del modelo de las fotos son 385 euros-.

Y luego está el que viene siendo un punto fuerte en los últimos años de la marca: los faros delanteros, aunque con matices. Los del Mokka GS line que hemos analizado tienen tecnología led de serie y también una vistosa firma lumínica a la que contribuyen las luces diurnas… pero si quieres que cuenten con todas las funcionalidades, tendrás que optar por el Mokka con el acabado superior, denominado Ultimate -que sale por 33.843 euros-.

Luego, debes pagar por un completo pack tecnológico, por un incremento de precio de 1.450 euros y en el que están incluidos los datos conocidos como Intellilux, los más completos con leds matriciales -con 14 diodos por faro-… y capaces de permitir circular de noche en carretera con luces largas, pues permiten crear zonas de sombra sobre otros vehículos para no deslumbrarles.

imagen del salpicadero de un Opel mokka

La tecnología led también se emplea en los faros traseros, que son especialmente llamativos por su forma alargada… y que se constituyen como un elemento notorio de la nueva personalidad… aunque puede que recuerden ligeramente a los que encontrarías en un VW Golf 8. También en la zona trasera, dos elementos a destacar: el primero es el portón, que no cuenta con apertura eléctrica, si bien no se hace imprescindible porque no es muy pesado.

Y, por otro, la cámara de visión trasera. Viene de serie y con su gran angular permite captar un amplio campo de visión, al tiempo que combinado con un software apropiado, permite ver en la pantalla del sistema multimedia una especie de simulación ‘a vista de pájaro’, algo que solo ofrece cuando vas circulando marcha atrás y donde es el vehículo el que va ‘rellenando’ la imagen conforme el vehículo se desplaza. De todas formas, y aunque la solución no deja de ser ingeniosa, de momento no ofrece el hardware con cuatro cámaras que sí podrías encontrar en algunos modelos de la competencia.

Incluso el frontal, llamado Opel Vizor, transmite sensación de tecnología con su cubierta de plástico cubriendo el frontal de lado a lado cubriendo el logo, los faros o ciertas tomas de aire. La marca lo asemeja ‘con la visera de los cascos de moto y probablemente debería ser un detalle que ayudase a mejorar la aerodinámica, si bien teniendo en cuenta el dato oficial de 0,32 de Cx no parece que haya sido este apartado el que ocupe la mayor preoupación del modelo.

… y Opel dijo adiós a los botones -pero no a todos-

Puede que, al primer golpe de vista, el interior del Mokka parezca conservar esa imagen sobria de modelos del pasado… porque predominan las tonalidades oscuras -si bien hay algún elemento ‘disruptivo’, como el marco en plástico rojo que envuelve parte del salpidadero-.

Pero nada más lejos de la realidad y hay multitud de detalles que demuestran que este Opel ya es una cosa diferente. Para empezar, se ha vuelto claramente más ‘esquemático. La marca lo define como ‘puro, preciso y reducido’, entendiendo que lo hace en referencia a su cuadro de mandos.

El interior de los Opel ha llevado a cabo un proceso de ‘desintoxicación’… digital. Y no lo decimos nosotros, sino la propia marca

Y es que como los dispositivos modernos, se tiende a una simplificación que, si bien es cierto, la marca ya lleva unos años practicando, con el Mokka llega a su máxima expresión. Lejos quedan los tiempos en los que los modelos de esta firma aglutinaban una ingente cantidad de mandos, botoncitos y ruedas en su consola central.

Ahora el protagonismo es para el conocido como Pure Panel, es decir, dos grandes pantallas integradas -pero no unidas- para conformar el cuadro de mandos y la parte multimedia.

De nuevo, hay que puntualizar que para que el coche resulte tan ‘pintón’ como puedes ver en las imágenes, es necesario invertir dinero. Lo comentábamos anteriormente, tendrás que pagar algo más de 1.100 euros para tener un Mokka completamente ‘digital’.

Si lo haces, pasarás del cuadro analógico con una pantalla central de 7″ -no tan llamativa, pero lo suficientemente completa- a un display de 12″ bastante configurable y que es el primero de este tipo que ha llegado a un Opel -después lo ha incorporado el Astra-.

Desde un anillo giratorio en el mando de los intermitentes -con la leyenda ‘set/clr’- es posible seleccionar entre varios modos de visualización para la instrumentación. El modo de presentar las distintas opciones, en formato carrusel vertical, recuerda mucho a lo ya visto en los Peugeot, si bien es cierto que, por ejemplo, aquí las transiciones entre diferentes modos no son tan espectaculares. En todo caso, es posible elegir entre:

  1. Modo ‘navegación’ -para mostrar la imagen del mapa a gran tamaño-.
  2. Modo ‘conducción’ -donde se puede ver la activación y funcionamiento de los asistentes principales, como el de mantenimiento en el carril o el control de velocidad activo con distancia ajustable-.
  3. Modo ‘personal’ -donde puedes elegir la información que tú desees que se muestre: por ejemplo, una mitad para el mapa del navegador y la otra mitad para ordenador de a bordo, ayudas a la conducción… y que se seleccionan desde un menú en la pantalla multimedia-.
  4. Modo ‘cuadrantes’ -que adopta el estilo de un cuadro de mandos tradicional, con las grafías habituales en los Opel-.
  5. Modo ‘mínimo’ -con información básica, para no distraer mucho al conductor-.
  6. Modo ‘ordenador’ -con la velocidad media, distancia recorrida, consumo medio, autonomía, tiempo en el que ha estado activado el stop/start o consumo instantáneo-. En cualquiera de ellos siempre permanecen tres relojes redondos, pero cuyo tamaño ‘encoge’ cuando se muestra otro tipo de información en la parte central del cuadro.

Además de esto, el cuadro puede cambiar mínimamente de apariencia según el modo de conducción seleccionado -desde el mando situado en la consola, cerca del cambio-: eco -con un tono más verde-, normal -en tono blanco- y sport -que adopta un color rojo-.

Por lo que se refiere al sistema multimedia analizado, nuestra unidad de pruebas equipaba el superior, con su pantalla de 10″ -equivalente a 25 cm en diagonal-. Llama la atención que no existe como tal un menú principal, sino que con la ayuda de unos mandos físicos a modo de ‘accesos directos’ vas desplazándote por el menú o sistema que quieras manejar: fuentes de sonido, sistema de navegación, telefonía mediante Bluetooth, ajustes del sistema o del vehículo, aplicaciones… Por supuesto, resulta compatible con los protocolos Android Auto y Apple Car Play -mediante la toma USB-.

¿Una cosa que también puedes manejar desde la pantalla? La temperatura o la velocidad del ventilador en la climatización, lo cual no impide que Opel -de forma acertada, según nuestro criterio- conserve los mandos físicos del climatizador -por cierto, de una sola zona-.

Si pulsas el icono con el símbolo de la ‘i’ dentro de un recuadro, accederás a funciones de conectividad y también de privacidad, como pueden ser la red Wi-Fi -para que capte redes cercanas, sean seguras o sin clave de conexión: recuerda que si quieres que el vehículo se conecte a una red, mejor utilizar una zona que crees desde tu propio móvil-, los datos de servicio -es decir, si cuentas con algún plan de datos para que el coche esté plenamente conectado- o lo que se conoce como ‘modo privado’.

El Mokka implementa medidas interesantes para el borrado de datos del usuario… e, incluso, para la ciberseguridad de su red WiFi

Al seleccionarlo, un menú te va a indicar que elijas entre tres niveles, en los cuales puedes elegir transferir todos los datos, así como la posición del vehículo, también te puedes decantar por compartir únicamente datos… o no compartir datos, salvo que aquí hace una mención de “excepto vehículos de empresa”.

Desde esta misma pantalla, si diriges la vista abajo de la misma encontrarás lo que es la posibilidad de ‘restaurar a la configuración de fábrica’, que es algo que interesa hacer si el vehículo no es tuyo -porque sea de alquiler o prestado-, pero en especial si lo tenías en forma de compra multi-opción y te toca devolverlo al concesionario en el cual lo adquiriste.

Si seleccionas la opción, el dispositivo se reinicializará y desaparecerán destinos de navegación, llamadas de teléfono, datos de perfiles de usuario que hubieses creado, memorias de radio almacenadas -entre otros-…

Otra manera de borrar datos, pero en este caso sin necesidad de reiniciar el sistema, lo encontrarás dentro del menú de las aplicaciones. Desde ahí, entrando en el icono de ‘Apps conectadas’ y después en ‘Ajustes’ te lanzará esa posibilidad de hacer el borrado.

Por lo demás, también abajo de este menú es donde puedes entrar en ‘información del sistema’, después en ‘consultar’ y ahí hallarás la función denominada ‘actualizaciones‘ centradas en el dispositivo, donde puedes ver si hay alguna pendiente y, en ese caso, instalarla. Algo que, como solemos recalcar desde HackerCar, es interesante tener en cuenta de la misma forma que lo harías con tu teléfono u ordenador doméstico, ya que esas puestas al día no solo suelen incluir mejoras de funcionamiento, sino también los llamados ‘parches’ o arreglos de ciberseguridad.

Hablando de elementos de ciberseguridad, hay que destacar que el Mokka está preparado también para actuar de hotspot y que se conecten dispositivos a su propia red WiFi. El detalle positivo es que se puede cambiar tanto el nombre de la propia red como la contraseña de conexión, que debe tener un mínimo de ocho caracteres.

Además, cuenta con un nivel de seguridad WPA2, que es una buena noticia. Asimismo, permite ver el número de dispositivos que están conectados, que puede ser otra pista para comprobar si algún ‘intruso’ está accediendo a tu red.

Como en otros dispositivos multimedia, y ante la posibilidad de que el vehículo lo puedan utilizar varias personas, es posible crear hasta tres perfiles de conducción, seleccionando la configuración del sistema que más te convenga: por ejemplo el idioma, ajustes de pantalla, emisoras memorizadas…

Aspectos que pueden mejorar del sistema: aunque la pantalla tiene unas generosas diez pulgadas de tamaño, la anchura no está del todo aprovechada y en los laterales apenas si se muestra información, más allá de la temperatura exterior o la hora. Este ‘defecto’ se percibe especialmente cuando llevas seleccionado el mapa del navegador.

Por lo que se refiere a la propia fluidez de manejo, normalmente es rápido, pero en ocasiones ‘se engancha’ levemente desde que pulsas el icono hasta que reacciona y ejecuta la orden. Y en los mapas del navegador puedes hacer movimientos de desplazamiento verticales y horizontales sin mayor problema, pero lo que es el movimiento de ‘pellizco’ para hacer zoom o alejar le cuesta más.

¿lo mejor? Su tecnología multimedia no apabulla. ¿Qué puede mejorar? las funciones de su app móvil

Finalmente, un detalle que recuerda que este sistema guarda parecido con el que llevan los modelos de Peugeot son los sonidos que emite de confirmación al pulsar una tecla o dar marcha atrás hacia un menú anterior. Con todo, si no te gusta, es posible desconectar ese ‘sonido de las teclas’ desde lo que son los ‘reglajes de audio’.

Dos apartados en los que Opel aún tiene margen de mejora para un coche tan moderno como el Mokka: por un lado, la aplicación móvil, básicamente un ‘calco’ de la que ya ofrecen otros modelos de Peugeot-Citroën, que si bien puede ofrece información interesante de tus recorridos -para ello se conecta por Bluetooth cuando accedes al vehículo-, no puede llevar a cabo acciones remotas -por ejemplo, abrir las puertas o activas las luces.

Ayudas a la conducción: el siguiente -y esperado- nivel

Por lo que tiene que ver con el rendimiento en carretera, destacaríamos variso aspectos. El primero, que la versión que hemos probado, lleva un moderno motor de aluminio que, pese a su reducida cilindrada, tiene un rendimiento muy bueno tanto por consumos como por prestaciones.

De hecho, sorprende lo contenido que es el gasto -ayuda si seleccionas el modo de conducción ‘eco’ para moverse en una media en torno a los 6,5/7 litros en uso normal, poco más de cinco si eres muy cuidadoso y algo más de ocho cuando conduces muy rápido- o el empuje que se puede percibir… con la ayuda, también está claro, del turbo y del modo ‘sport’. De hecho, los 200 km/h están a su alcance, así como bajar de los diez segundos en la aceleración de 0 a 100 km/h.

imagen tres cuartos trasero Opel Mokka

A todo ello contribuye que, respecto a su predecesor, aquel lejano Mokka, el actual modelo sea cerca de 120 kg más ligero, al tiempo que su carrocería presenta un 30% más de rigidez torsional.

Interesante también es que se pueda combinar con un cambio automático-secuencial de nada menos que ocho velocidades, siendo uno de los mejores de la categoría. El detalle tech lo pone el mini-selector del cambio; si quieres subir o bajar de marchas en el modo manual -pulsando la tecla ‘M’- tienes que hacerlo desde unas pequeñas levas ubicadas en el volante.

Por lo que se refiere a las ayudas a la conducción, una vez más toca pasar primero por caja para ver de qué es capaz este modelo. En concreto, debes abonar 668 euros por el pack ampliado de asistentes y que en esta versión automática ofrecen todas sus posibilidades. En concreto, cuentas con el control de velocidad adaptativo que se puede combinar con el de mantenimiento de carril.

Si tenemos en cuenta que el primero de ellos dispone de la función stop&go, de tal manera que puede encontrarse con un atasco y llegar a detener el vehículo; o que el segundo tiene suficiente capacidad como para llevar al Mokka centrado dentro de su carril, estaríamos hablando de ayudas que quitar mucha carga al conductor mientras circula… pero recordando, como hacemos siempre, que son eso: ayudas y asistentes, pero nada de coche autónomo donde la persona a los mandos pueda despreocuparse ni por un segundo del volante y los mandos. En general, todas las ayudas funcionan bien; no sólo las ya mencionadas, sino también el lector de señales de tráfico -que las muestra en la instrumentación-, el asistente de aparcamiento automático…

Tan solo nos ha llamado la atención que el detector de obstáculos en el ángulo muerto de los retrovisores te avisa -encendiendo un testigo luminoso en la esquina superior del espejo- cuando realmente tienes el vehículo que te va a rebasar muy cerca de ti.

En resumen, si Opel quería cambiar su imagen, ha empezado con un primer buen movimiento. Y eso que nosotros hemos probado la versión de gasolina, pero hay que recordar que este Mokka también se puede elegir con una variante completamente eléctrica. Lo mejor de todo es que esa evolución -profunda- no ha significado que se queden por el camino otros aspectos en los que la marca alemana siempre ha destacado; si bien es cierto que, todo ese cambio positivo, ha hecho que el precio aumente.

De esta forma, la versión que hemos analizado se queda ligeramente por debajo de los 30.000 euros, siendo superada entre sus rivales directos por su primo el Peugeot 2008 GT con el mismo y más equipamiento de serie -31.140 euros-, pero superando a un superventas como el Renault Captur 1.3 TCE EDC con sistema micro-hibrido, 140 CV, cuatro cilindros y el completo equipamiento Techno con un precio muy ajustado de 25.831 euros… o también por encima del VW T-Cross 1.5 TSI, el más potente con sus 150 CV y que en el acabado Sport, con sus actuales promociones, se queda en 27.450 euros.

DISPOSITIVOCUÁNTO CUESTA QUÉ TAL FUNCIONA¿DEBES PAGAR POR ÉL?
Confort Pack*1.650€BienTÚ DECIDES
Imágenes exteriores Mazda CX-60Techo panorámico1.350€BienNO
Convenience Pack**2.850€BienTÚ DECIDES
Imagen instrumentación Mazda CX-60Driver assistance1.650€Muy bienTÚ DECIDES
Cable de recarga para híbrido enchuifableCable de carga373€Bien
*Con asientos delanteros ventilados y los traseros con calefacción, el volante con calefacción y múltiples reglajes eléctricos para los asientos. **Con equipo de sonido Bose, las cámaras 360º, el portón trasero con apertura eléctrica o el cargador inalámbrico para el móvil.

¿Quieres ver la prueba en vídeo del ‘hermano pequeño’ del CX-60?


VALORACIONES
Conectividad
7.5
Asistentes a la conducción
8.5
Tecnologías de confort
7.5
Tecnologías de entretenimiento
7.5
App
6
Llevo años dedicándome al mundo del motor; porque me gusta, porque es el único que he practicado y porque es un sector que no deja de evolucionar. Me gusta buscar la noticia -a veces es ella que me encuentra-, soy cotilla por naturaleza y creo que la exclusiva la puedes hallar muchas veces en el sitio más inesperado.

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