Muchos detractores de la oleada de electrificación en la industria del automóvil, se quejan de la pérdida de la aguja del cuentarrevoluciones. Aducen que la entrega inmediata de todo el par motor acaba con la diversión en la conducción. Por lo tanto, la conservación del carácter de los grandes deportivos es algo que preocupa entre los apasionados del motor. Pero el jefe de desarrollo de BMW M, Dirk Häcker, contradice sin complejos a los más recelosos: “La electrificación nos abre grados de libertad completamente nuevos para crear una dinámica típica de M”.
Mediciones para cuidar la precisión
Exactamente, ¿a qué se refiere Häcker? Recordemos que el próximo M2 será el último BMW M con motor de combustión sin hibridación. En consecuencia, en pleno 50º aniversario de su división deportiva M, BMW ha comenzado la fase de pruebas de su nueva tecnología de tracción total para sus deportivos eléctricos. La tracción M xDrive comprende cuatro motores eléctricos integrados en una sola unidad de control central. Dicha unidad gestiona la dinámica de conducción que ofrece el vehículo.
Según los ingenieros de BMW, el sistema es capaz de dosificar la potencia y el par en apenas unos milisegundos, en función de la demanda que recibe del pedal del acelerador en cada microinstante. Entre otros factores, también mide el ángulo de dirección, las aceleraciones longitudinal y lateral, y la velocidad de rotación de las ruedas. En definitiva, con toda esta información, se realiza un reparto vectorial de par entre las cuatro ruedas y sus cuatro motores eléctricos. Desde BMW M aseguran que la precisión lograda “es inalcanzable con los sistemas de accionamiento convencionales”. Como no podía ser de otra manera, el sistema también recupera energía de las frenadas.
M de “mula” de pruebas
Las tests se están llevando a cabo con un BMW i4 M50, adaptado para cargar con todos los sensores de medición necesarios. En concreto, se han ensanchado sus pasos de rueda para poder alojar los motores eléctricos. Asimismo, los ingenieros han incorporado una serie de barras de refuerzo y brazos de suspensión como los de los M3 y M4, en busca de una mayor rigidez torsional. Lo mismo sucede con los radiadores: la configuración se inspira en los actuales M3 y M4.
El sistema ya ha pasado por modelos virtuales y bancos de pruebas, de manera que la división M de la firma alemana está comprobando la correlación entre las simulaciones y el rodaje real. De momento, el compacto utilizado sólo es un vehículo de tests. Por lo tanto, no implica intención alguna por parte de BMW de comercializar un i4 M50 electrificado con este sistema de tracción. Por el contrario, esta “mula” podría sentar las bases del futuro M3 eléctrico. Tal y como explica el máximo responsable de BMW M, Frank van Meel: “Cada vez que cambiamos la historia del motor -de cuatro cilindros a seis cilindros, a ocho cilindros, a seis cilindros y un turbocompresor…- la esencia se mantiene. Tal vez se vuelva eléctrico pero, si eso ocurre, siempre será un M3. Sea cual sea el sistema de propulsión, no impedirá que se note que es un M”.