Cualquiera que se declare enemigo de los automatismos en los coches, a buen seguro envidiará la ‘pureza’ que aún conservan las motos. Y es que, en este aspecto, todavía permanecen ajenas a la mayoría de ayudas a la conducción que disfrutamos en los automóviles.
Sin embargo, es ilusorio pensar que se mantendrán así por siempre. Por regla general, las motocicletas más deportivas -que suelen ser las primeras en recibir adelantos- incorporan las tecnologías entre cinco a diez años después de su generalización en los coches. Así ha ocurrido, por ejemplo, con elementos como el ABS.
Ahora, los modernos asistentes -compuestos por una electrónica que añade peso sobre la máquina- plantean un dilema a las marcas: «¿Cuáles merece la pena equipar?» Y la respuesta es sencilla: los que cada tipo de moto pueda precisar. Al menos, así lo ha pensado BMW.
Viajes más cómodos y seguros
Dentro del catálogo de su división Motorrad, sus motos ‘viajeras’ son de las más demandadas por aquellos motoristas que gustan de ‘conocer mundo’ con el viento en la cara. Es una práctica que implica, por encima de todo, una conducción tranquila.
Y la firma de la hélice -en colaboración con Bosch– quiere que lo sea aún más gracias a su nuevo control de crucero activo. Basado en el ya conocido en sus turismos, es capaz de mantener -gracias a un radar frontal- la distancia con el vehículo que te precede, reduciendo o aumentando tu velocidad si es necesario. Dicha distancia, asimismo, puedes regularla hasta en tres posiciones.

Las diferencias con las ‘cuatro ruedas’ empiezan cuando te acercas a una curva. BMW asegura que el sistema adecúa la velocidad para proporcionarte una inclinación cómoda durante toda la trazada. Si, por el contrario, el ángulo es más cerrado, limitará su actuación con el fin de no ‘desestabilizarte’.
Por último, la marca recalca que este dispositivo sólo reacciona ante vehículos en movimiento: si te aproximas a un atasco, no esperes que la moto ‘se frene sola’. Tendrás que estar atento para hacerlo tú mismo.