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La batalla de coches eléctricos en las Montañas Rocosas

La carrera del Pikes Peak tiene lugar cada año en Colorado, y en ella los conductores se juegan la vida y el prestigio por ser los mejores. Los coches eléctricos han entrado hace tiempo e incluso ya la han ganado, ¿pero cómo?

Carreras vehículos eléctricos

Cuando pensamos en vehículos eléctricos -EVs-, la mayor parte de las veces nos vemos atraídos hacia los beneficios medioambientales, y hacia los viajes suburbanos y tranquilos para los que encajan tan bien. Sin embargo, los EVs también una «función screaming», especialmente debido a su torquímetro, el cual les da gran impulso frente a vehículos de combustión interna.

En años recientes, esto ha llevado a gran variedad de esfuerzos independientes y apoyados por fabricantes. Con ello se hacen cargo de algunos eventos deportivos clásicos y de motor. Hoy, echamos un vistazo a un puñado de entradas recientes que han abordado uno de los eventos más extenuantes en el mundo del motor. Se le conoce como el «Pikes Peak International Hillclimb».

Historia del evento

Características, y por qué beneficia a los EVs

Para aquellos sin conocimiento, esta competición popularmente conocida como «Carrera hacia las nubes», es un evento en la carretera que sube la montaña Pikes Peak, en Colorado. La trayectoria de casi 20 kilómetros es un lazo de asfalto torcido que sube hasta más de 4.200 metros sobre el nivel del mar. Esta carretera estaba muy sucia hasta hace unas pocas décadas, pero fue de nuevo asfaltada por interés medioambiental.

El trayecto es famoso por sus engañosas caídas, que se han llevado numerosas vidas a lo largo de los años. La distancia relativamente corta de esta carrera de montaña es adecuada para vehículos eléctricos, poco capaces para eventos más duraderos y con varias vueltas. Esto se debe a las limitaciones en el almacenamiento de la batería.

El trayecto estrecho y serpenteante también permite a los EVs beneficiarse de las ventajas que ofrece su torquímetro y, en la mayor parte de los casos, por que no necesitan cambiar de marchas. Es por tanto posible construir un EV relativamente ligero, con autonomía justa para completar el Pikes Peak si tiene la carga completa, y competir con rivales de combustión interna.

Hechos resaltables

Hay una larga historia de coches eléctricos compitiendo en el evento, con Joe Ball como uno de los pioneros en 1981. Este completó el recorrido en alrededor de 32 minutos utilizando un Sears eléctrico, a pesar de tardar el doble que otros rivales con motor de combustión. Y es que el primer EV en romper la barrera de los 20 minutos fue un Honda Civic Shuttle, en 1994 y pilotado por Katy Endicott. Concretamente le llevó 15:44.710. El legendario conductor Nobuhiro Tajima fue el primero en romper la barrera de los 10 minutos, en 2013 y ya con el pavimento actual. Conducía un E-RUNNER Pikes Peak Special «customizado», y le llevó 9:46.530.

La competición ha subido de tono en los últimos años, debido a que la tecnología de coches eléctricos ha alcanzado el punto en el que permite conducir a estos coches con los de combustión. Con motores muy eficientes, baterías capaces de llevar enormes corrientes, y tecnología de carga capaz de hacerlos funcionar por todo un día, las cosas en Pikes Peak han comenzado a cambiar.

Y es que en 2015 la ganó por primera vez un eléctrico, con Rhys Millen tras un EV «customizado». Sin embargo llevaría varios años más para que uno de este tipo rompiese el récord absoluto de la carrera. Fue en 2018, con un Volkswagen’s I.D.R pilotado por Romain Dumas. Fue además el primero en bajar de los ocho minutos, con un récord de 7:57.148. Pikes Peak se mantiene como uno de los principales eventos del mundo del motor en caer ante un vehículo eléctrico.

Lo que implica

Las condiciones para poder competir

Obtener un acceso competitivo para Pikes Peak es un logro, sin importar el tren de potencia del coche. La ingeniería de carreras tiene mucho que ver, en términos de un equipamiento de suspensión adecuado, balance aerodinámico, y asegurarse de que la temperatura de los neumáticos es óptima para la superficie y las condiciones de ambiente. Combina esto con un conductor de carreras de clase mundial y podrías tener una oportunidad. Pero al tratar con un EV, hay una serie de condiciones específicas que se deben superar.

Pikes Peak es, al fin y al cabo, una montaña, y no está especialmente bien equipada para ofrecer montones de corriente eléctrica para coches de carreras a medida y sin batería. Es por esto que los equipos deben encontrar una forma de proveer su propia electricidad. En caso de un Volkswagen ID.R e utilizó un generador gigante que funcionaba con glicerol, para así no arruinar las credenciales ambientales del ejercicio. La carga del EV llega a un ratio de 89 kW, y se completa entre 20 y 30 minutos.

Esta carga veloz es crucial para todo aquel eléctrico que compita en Pikes Peak, debido al potencial cambio de rumbo de tiempo entre carreras competitivas. Para evitar el sobrecalentamiento de las baterías, estas se enfrían de manera activa con ventiladores en el área de boxes. No hacerlo podría comprometer la salida de corriente, así que este proceso previo es clave para optimizar el funcionamiento.

Inconvenientes extra a considerar

También se debe considerar el tamaño de las baterías. Y es que, al contrario que un coche que utiliza combustible para su motor, el EV debe soportar el peso completo de la batería de principio a fin. Los paquetes intercambiables o con módulos son posibles, pero pueden venir con penalizaciones en su eficiencia, debido a la energía perdida en los conectores. Idealmente, estos paquetes serían diseñados con el tamaño justo para completar una carrera, para evitar que la carga escasee y el rendimiento se vea afectado.

Un gran ejemplo de este dilema es el Palatov D2EV. Este participó en la edición de 2019, y fue diseñado para correr durante 480 kilómetros por las calles, en vez del puro rendimiento para los casi 20 km de carrera de montaña. El coche soportó un peso extra de 500 kilogramos de batería montaña arriba, dañando el manejo y entorpeciendo la aceleración.

Otros problemas de la montaña afectan a todos los conductores por igual. Lluvia, nieve y fuertes vientos son peligrosos para cualquier coche. También está el riesgo constante de desplomarse por una caída, pues los guardarraíles son pocos y hay grandes distancias entre ellos. Sin embargo los corredores se han estado enfrentando a dichos peligros por décadas, y sean o no eléctricos no tienen pensado dejarlo.

*Artículo escrito por Lewin Day y publicado originalmente en Hackaday.

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