Esta nueva tecnología surge también como un importante esfuerzo por reducir los robos de automóviles, ya que el usuario requerirá de un vínculo directo móvil-coche-propietario, no sólo para abrir el vehículo, sino para poner en marcha el motor y conducirlo.
Algo similar a las tarjetas de crédito contactless -para pagar sin introducirlas en el datáfono, tan sólo aproximándolas al terminal de pago- que ya existen en la actualidad.
Muchos interesados para hacer que sea popular
El plan ha sido desarrollado por el Consorcio de Conectividad Automovilística, en conjunto con compañías tecnológicas como Apple y Panasonic, y automovilísticas como General Motors, Hyundai, BMW, Audi y Volkswagen.
De momento, esta tecnología se encuentra en sus primeras etapas. Sin embargo, su versión 2.0 contemplada para estos primeros meses del 2019 estará mejor desarrollada y será más accesible para los usuarios. El mayor reto por ahora será superar lo hecho por Volvo, que en 2016 presentó un sistema similar, pero que resultó insuficiente en cuanto a seguridad para contener a los delincuentes.