Ataques

Así puede un cracker engañar a un concesionario

Este ciberdelincuente consiguió no uno, sino ¡dos! coches gratis. Eso sí, por su culpa, un comprador honrado se quedó sin su vehículo. ¿Qué fue lo que hizo el cracker y qué consecuencias ha tenido?

Dos hombres delante de un ordenador con cara de sorpresa

No hace falta forzar un coche para robarlo. Las nuevas tecnologías abren nuevas opciones para este tipo de delitos que hacen innecesaria la violencia física. Un ejemplo de esto es lo sucedido en Kenia en las últimas semanas.

Allí, un ciberdelincuente accedió a la base de datos de un concesionario de importación de coches para cambiar los datos del pedido de un vehículo.

¿El resultado? El comprador que había reservado el coche originalmente se quedó sin su automóvil… mientras que el cracker recibió dos.

Fraude informático

Todo comenzó con una compra de un profesor de universidad keniano. El docente encargó un Mercedes a través de BeForward Car Importers, una empresa de importación de coches. Sin embargo, nunca llegó a recibir su flamente vehículo nuevo.

La culpa la tuvo Hesbon Otieno, quien supuestamente se hizo pasar por un comercial de BeForward y logró cambiar las especificaciones del pedido, pasando de uno a dos coches: un Lexus y un Smart ForTwo, según recoge el medio local Citizen Digital. Además, exigió al damnificado varios pagos alegando que, de lo contrario, podría haber retrasos en la entrega.

Una vez que la víctima hubo picado y los coches llegaron, el cracker se quedó con el Lexus y lo estuvo disfrutando antes de que la policía keniana lo arrestase. Respecto al Smart, el vehículo aún se encontraba en un contenedor del puerto de Mombasa en el momento de la detención del sospechoso.

Además, otras tres personas fueron arrestadas en Mombasa junto con Otieno después de que el profesor enviara otro pago para facilitar los trámites de importación.

He estudiado Periodismo para aprender cada día algo nuevo y Humanidades para pensar por mí mismo. Después de ponerme tras los micrófonos de COPE, estoy dispuesto a pasar página en el periodismo del motor. Desde bien pequeñito, los coches han estado en el centro de mis intereses y (según cuentan mis padres) ya con 3 años dejaba alucinada a la gente porque sabía reconocer la marca y el modelo de los coches que veía. La curiosidad es algo fundamental para un periodista, y ¡cómo no iba a sentir curiosidad por los coches del futuro y las tecnologías que los harán posibles!

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