Unos crackers robaron seis coches de lujo en un concesionario estadounidense usando un ordenador para acceder a los vehículos y arrancarlos. El valor de los coches sustraídos asciende a unos 300.000 dólares -unos 250.000 euros-.
Todo sucedió una noche del pasado mes de octubre en un centro de Twin Auto Sales situado en la ciudad estadounidense de Redford. Según informa Fox2, los ladrones forzaron las cerraduras de los accesos a la explanada donde estaban aparcados los coches del concesionario. Una vez hecho eso, seleccionaron los vehículos a los que acceder y se los llevaron.
Los vehículos sustraídos son los siguientes:
- Dodge Durango SRT del año 2020.
- Jeep Grand Cherokee SRT del año 2017.
- Dodge Charger SCAT del año 2020.
- Dodge Challenger RT del año 2018.
- Jeep Grand Cherokee SRT del año 2014.
- Dodge Challenger HellCat del año 2015.
La policía aún está buscando a los ladrones que participaron en este robo.
¿Cómo lograron robar los coches?
En declaraciones recogidas por Fox2, Al Saad, dueño del centro de venta, dijo que los ladrones “sabían lo que estaban buscando, era como si lo hubieran hecho antes”. Además, confirmó que se trata de un crackeo: “Tenían una especie de ordenador con la que podían ponerlos en marcha de inmediato y salir del estacionamiento, como si tuvieran las llaves en el bolsillo”.
Por las declaraciones del propietario, todo parece indicar que los crackers lograron llevarse los coches gracias a las vulnerabilidades que presentan los sistemas de apertura y arranque sin llave, también conocidos como keyless.
Los sistemas keyless son una evolución de los tradicionales mandos a distancia: si con estos tienes que apretar un botón, con el keyless no. La llave cuenta con una pequeña antena que está esperando de forma constante una señal de radio procedente del vehículo. Esa señal se envía cuando el dueño se acerca al coche, aunque, según el modelo, también es posible que necesites tirar de la maneta de la puerta o apretar un botón situado en la propia maneta. Si mando y coche encuentran su respectiva señal y la reconocen, el coche se abre sin que el dueño tenga que hacer nada más que llevar la llave encima. Lo mismo sucede al apretar el botón de arranque.
Pero esta comodidad supone una vulnerabilidad de ciberseguridad en bastantes modelos. Muchos ciberdelincuentes se han dado cuenta de que pueden abrir coches que equipen keyless mientras sus dueños están dentro de sus casas. Como este tipo de llave suelen emitir su señal de forma constante tratando de localizar su coche en todo momento, un cracker solo tendría que situarse cerca de la casa de la víctima con una antena que detectase la señal y enviarla a un receptor situado al lado del vehículo. Entonces, la señal se amplifica y el coche cree que la llave está cerca de él, así que los ladrones podrán abrirlo, arrancarlo y llevárselo.
Para protegerse de este tipo de robos, existen unas fundas para introducir las llaves dentro de ellas, de forma que quedan aisladas del exterior y se vuelven indetectables si los ladrones las tratan de localizar. Probamos la efectividad de varias de ellas en esta comparativa.