El uso de algoritmos de cifrado para ocultar mensajes decisivos se remonta a miles de años. Durante las hazañas bélicas se cifraban los mensajes de estrategia ofensiva y defensiva, con tal de protegerse ante una intercepción del enemigo.
Durante la segunda guerra mundial, todos los ejércitos hicieron uso de estos métodos, refinados por los mejores matemáticos, creando la máquina de cifrado Enigma por los científicos alemanes.
Debido a la importancia de los mensajes transferidos con dicho cifrado, los aliados intentaron romper el cifrado con los métodos tradicionales, sin obtener un resultado positivo.
En Bletchley Park, una villa cercana a Londres, el gobierno inglés reunió a los mejores matemáticos, criptoanalistas, jugadores de ajedrez y de bridge y fanáticos de los crucigramas, entre ellos Alan Turing, con tal de descifrar las claves de Enigma.
Alan Turing, creador de la Máquina de Turing, una máquina capaz de simular la lógica de cualquier algoritmo de computación, logro crear otra máquina, denominada la Bombe, que fue capaz de desencriptar muchos mensajes cifrados del bando nazi, siendo la primera persona en utilizar una máquina de computación para realizar un ataque a una comunicación cifrada.
Así, una de las primeras computadoras se utilizó para realizar un ciberataque a un algoritmo criptográfico, del mismo modo que hoy en día existen investigaciones para romper los cifrados más modernos.
No sabemos con exactitud si Alan Turing fue el primero en realizar un ciberataque, pero podemos afirmar que no fue ni será el último. Si quieres conocer más de su interesante historia, no dejes de ver ‘The Imitation Game’.
Mikel Bilbao Hernandez / Área Técnica de EUROCYBCAR